martes, 1 de agosto de 2017

Diégesis, Metadiégesis, Construcción en abismo.


Concepto de diégesis
Apuntes generales de Literatura

Diégesis es una palabra que viene del griego “διήγησις” que quiere decir “exposición”, “relato”, “explicación”; y puede ser revisado de acuerdo con el DRAE como el desarrollo narrativo de los hechos que suelen darse en una determinada obra literaria. Entonces partiendo de dicha acepción podemos decir que diégesis es el análisis de aquellas obras literarias, cinematográficas, dramáticas o relato comprendido como continuación lógica y temporal de las acciones y hechos.
Otro importante diccionario llamado “Dictionary of Narratology”, manifiesta que diégesis puede tener dos posibles acepciones, que son: “rememorar, contar, oponiéndose a mostrar principalmente actuar en tiempo pasado”; o el segundo que expresa “el mundo ficticio, donde las situaciones y eventos narrados acontecen”. De tal manera, el cuentista o narradores quien relata la historia; por ende es el encargado de presentar al público o lector los pensamientos y acciones de todos los personajes. Cabe destacar que cada uno de los ejes de acción de la diégesis son el tiempo, el espacio y los personajes.
En tiempos remotos, como en el del filósofo científico Aristóteles y el también filósofo griego Platón, el significado de diégesis se contrapuso a mímesis, esto ocurrió puesto que la diégesis por medio de la imagen de un narrador, crea un mundo ficticio creíble cuyos acuerdos pueden distinguirse de los del mundo autentico, o hasta contradecirlas; por consiguientes en la mímesis dichos acuerdos del escrito, buscan adherirse a los tratados sociales de diferente índole. Entonces se podría decir que a comparación de la diégesis que busca originar y seguir sus propias reglas; un texto o escrito mimésico trata de reproducir hechos de tipo social o natural documentados. (©2014 Venemedia. Todos los derechos reservados).
Concepto de metadiégesis
La metadiégesis es la historia dentro de la historia; proviene del término mnta que significa “más allá” y, en este caso, más allá del “relato narrado”.
Se le conoce como “relato de segundo grado”. Gérard Genette dice al respecto:
El relato en 2º grado (también conocido como “construcción en abismo” o como el “juego de las matrioshkas”) es una forma que se remonta a los orígenes mismos de la narración épica, ya que —creo que es tan sólo un ejemplo al que Genette recurre— los cantos IX al XII de la Odisea están dedicados al relato que el héroe hace ante los feacios. Por mediación de Virgilio, Ariosto y Tasso, ese procedimiento (enormemente utilizado, como se sabe, por otra parte, en Las mil y una noches) entra en la época barroca en la tradición novelesca, y una obra como la Astrée, por ejemplo, se compone en su mayor parte por relatos aportados por tal o cual personaje. Esta práctica se mantiene hasta el siglo XVIII pese a la competencia de formas nuevas como la novela epistolar […] y ni siquiera el advenimiento del realismo le impide sobrevivir en Balzac (como ejemplos podemos recordar Sarrasine La piel de zapa) (Genette, 1989: 287).
     Aunque no tan acertado, podemos leer el siguiente texto en donde el autor da fe de la presencia de esta forma narrativa en el siglo XX.
LA METADIÉGESIS COMO UN LABERINTO SIN SALIDA.
La metadiégesis es un término acuñado por allá del siglo XX y sirve para el análisis de la narrativa. Haz de saber que a partir de las Vanguardias los artistas empezaron a experimentar muchísimo más con los tiempos, personajes y espacios. Si bien no fueron los primeros en usar este recurso, se explotó mucho durante esta época, tanto que hoy en día es común verlo en cuentos, novelas y hasta películas.
La metadiégesis es, pues, una historia en un segundo nivel narrativo; es decir, una historia dentro de otra historia. “Continuidad de los parques” de Julio Cortázar tiene a su protagonista dentro de una historia que a la vez es leída por él mismo. Como una muñeca rusa, hay un relato dentro de éste y, a su vez, ése dentro de uno nuevo. Otro ejemplo es “El brujo postergado” de Jorge Luis Borges -quien tomó el cuento de El conde Lucanor, obra emblemática del medievo español-, cuya narrativa se parte en dos para crear una “realidad alterna”. Dos historias que conviven entretejidas hasta que el deán de Santiago decide romper el segundo relato de la manera menos esperada.
Para analizar este recurso es necesario ubicar primero la historia marco; es decir, la historia que encierra a la otra u otras. ¿Recuerdas el cuento de las reliquias de la muerte, en Harry Potter, o la historia de Valerie, en V de venganza? Pues ésas son metadiégesis y los marcos son las historias principales en cada una. El conflicto entre Harry Potter y Voldemort encierra en un capítulo un cuento que será esencial para el final.
Y ése es el segundo paso, ubicar cómo regresa al relato principal. Siempre habrá un hilo conductor entre una y otra historia. La de Valerie, por ejemplo, se detiene en el momento en que Evey, la protagonista, deja de leer la correspondencia que le pasa el prisionero de al lado. Así, las cartas son el hilo entre la realidad del libro y la ficción dentro de éste. El tercer paso es pensar en cómo esos guiños narrativos, que parecen no tener relación con el clímax de la historia, influyen significativamente en el desarrollo de la trama. Harry Potter jamás hubiera podido derrotar a su enemigo, si no hubiera sido gracias al cuento de las tres reliquias, que a la larga revela el pasado de su familia, de Dumbledore y las razones por las que inicia el combate antes de su nacimiento. Evey, por su parte, jamás hubiera entendido el deseo de destrucción y lucha de V, si no hubiera sido por la historia de Valerie y las injusticias que se cometieron en nombre de la ciencia.
Sigue estos tres pasos y verás cómo en un dos por tres empezarás a encontrar cada vez más metadiégesis en libros y películas. No sólo eso, sino que ahora también podrás explicarlo.
Por Tonatiuh Higareda

(http://www.ellibrero.com/facil-digestion/como-salir-vivo-del-analisis-de-la-metadiegesis/)

Z


Principio del formulario
Final del formulario


Definición y características del cuento

El cuento. Definición y características.
Luis Quintana Tejera

Es un género de ficción, caracterizado por su unidad y brevedad relativa. La unidad del tiempo está determinada por el acontecimiento que relata. Según Wolfgang Kayser el cuento es “una forma corta en que el acontecimiento es la sustancia y está determinada exclusivamente por él”. Al ser el acontecimiento, el suceso, la materia básica a partir de la cual se estructura el cuento, es evidente que se determina en el tiempo una secuencia cuidadosamente limitada; de allí que el acontecimiento unitario y la secuencia temporal constituyan al cuento en una estructura narrativa sólida y cerrada, donde todo se subordina al suceso, reduciendo descripciones, excursos, cuadros, perspectiva histórica, etc.; limitando los cambios en el punto de vista a los indispensables, cuando éste no es único; caracterizando estáticamente a los personajes, ya que al ser la situación unitaria el personaje queda, por lo general, fijado en ella y subordinado totalmente a la acción, sin la independencia relativa del personaje de la novela.
     La limitación de la secuencia temporal correspondiente al acontecimiento establece la breve extensión y la no acumulación; determina también la no evolución de los personajes, cuya psicología se subordina, como parte integrante, a la estructura general del relato. La unidad de acontecimiento resulta en una tensión general del cuento que apunta, desde su comienzo, hacia un desenlace imprevisto que, según Poe, debe prepararse a lo largo de todo el cuento, mediante técnicas que contribuyen al logro de un efecto unitario; en el cuento moderno este efecto unitario tiende al establecimiento de un clima.
     El género presenta modelos muy disímiles desde el cuento de final sorpresivo, el de efecto voluntariamente unitario —oe— hasta el de la teoría del “trozo de vida” —Chejov—.
     Por otra parte, una historia del cuento conduciría a la inclusión de éste en el cuento folclórico, anónimo y oral en sus orígenes; de los relatos en verso o en prosa de la Edad Media —los fabliaux, lai, enxiemplos, estructurados en el renacimiento dentro de unidades más amplias.
     También es importante para la evolución del género, el cuento romántico que instaura la revaloración de lo fantástico a través de autores como el mencionado Poe, Horacio Quiroga, Hoffman y Gérard de Nerval.
     El cuento fantástico, de gran vigor en nuestros días (Jorge Luis Borges y Julio Cortázar) crea un mundo de leyes propias, donde la irrupción de lo sobrenatural es aceptada como necesaria e indispensable.