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El dolce stil novo nació entre Florencia y Bolonia en la segunda mitad del '200 (siglo XIII). Es una escuela poética posterior a la provenzal y a la escuela siciliana. En Bolonia nace una nueva poesía en lengua vulgar, más sincera que la siciliana y más dulce, un poesía “que canta de manera más noble al amor y a la mujer y se eleva a nuevas formas de espiritualidad, que son la manifestación de una concepción de la vida diferente a la anterior. Bolonia era la sede de la Universidad y de una importante escuela de retórica. Por su parte, Florencia había afianzado su dominio sobre las otras ciudades de la Toscana, no solo desde el punto de vista económico y político, sino también desde el punto de vista cultural con la consolidación del dialecto florentino como lengua de cultura. El iniciador y teórico del nuevo estilo fue el poeta boloñés Guido Guinizelli, que en la canción Al cor gentil rempaira sempre amore, verdadero manifiesto de este estilo, definió los cánones de la nueva escuela. La expresión dolce stil novo, que da nombre al movimiento, se debe a Dante. Aparece en el Canto XXIV del Purgatorio (Divina Comedia). En el círculo de los golosos, Dante encuentra al poeta Bonagiunta Orbicciani (que en un soneto había despreciado la nueva poesía acusándola de intelectualismo) que se dirige a él, diciéndole:
Dante responde y Bonagiunta continúa:
Dante utiliza la expresión dolce stil novo para referirse a su propria poesía y, especialmente al poema Donne ch’avete intelletto d’amore, Vita Nova, que constituye un manifiesto de su poesía.
Los poetas del dolce stil nuovo no forman una escuela poética propiamente dicha, porque su obra se caracteriza por las presencia de elementos originales y personales. Sin embargo, entre ellos hay puntos de coincidencia:
.. Pertenecen al mismo ambiente intelectual, están vinculados a la Universidad de Bolonia y muchos de ellos participan en la vida política de sus ciudades... Tienen conciencia de formar parte de la élite intelectual. .. Rechazan las viejas formas de hacer poesía. .. Les unen lazos de amistad. Las fuentes del nuevo estilo.. La mayoría de autores del llamado stil nuovo pasó por la Universidad de Bolonia, muy influida por el pensamiento tomista. A la Universidad de Bolonia, además, llegaba estudiantes de toda Italia y este encuentro permitió que se formara un habla italiana media en la que confluían las formas comunes a toda la península italica y en la que se atenuaban las diferencias entre los dialectos... La escuela poética siciliana de la mitad del siglo XIII, pionera en el empleo de la lengua vernácula vulgar y a la que se deben formas como el soneto, creado por Giácomo da Lentini. Desde un punto de vista temático, de la escuela siciliana procede la idea de que el amor es un instrumento de elevación espiritual y de que la finalidad de la relación amorosa no es tanto la conquista del ser amado, como la “continua tensión hacia algo inalcanzable”. La alabanza de la mujer, de la donna, cuya belleza es tal que no se puede nombrar, lo que provoca la desaparición de las descripciones físicas. La aparición de la mujer se considera un milagro. .. La tradición trovadoresca de la que toma las convenciones del amor cortés. Los temas de la poesía del dolce stil nuovo proceden de la poesía de los trovadores provenzales y de los poetas de Sicilia, pero ahora adquieren una nueva fisonomia. Permanece en estos poemas la iconografía del amor cortés y algunos motivos como el del amor no correspondido. Se mantienen algunos términos como señora o servicio, que han perdido, sin embargo su valor feudal. Desaparecen las referencias al marido de la dama, y a los aduladores. .. El franciscanismo (corriente que procede de la obra y pensamiento de Francisco de Asís) que valoraba la sinceridad y la armonía entre el hombre y la naturaleza.
La poesía de estos autores se sustenta en dos pilares temáticos: la identificación del amor con el corazón noble (cuor gentile), y la concepción de la mujer como ángel (donna angelicata). La nobleza de corazón (gentilezza) no se transmite hereditariamente y, por tanto no está vinculada al linaje. El término nobleza no se aplica sólo a una clase social, a la nobleza de sangre, ahora se utiliza para designar la nobleza de ánimo, la nobleza del corazón. Supone, en la lírica amorosa, la superación de una concepción cortés y feudal. Forma parte de la reacción de la nueva sociedad burguesa contra la nobleza feudal. Hace hincapié en el mérito individual y pretende avolir todos los privilegios de clase. La figura de la mujer ángel (donna angelicata) supone una evolución de los conceptos anteriores: la figura femenina es sobrenatural y con una sola mirada puede hacer gentil el corazón del hombre que se le acerca. El amor, que en la lírica traovadoresca buscaba siempre una recompensa, incluso carnal, pasa a ser a ser introspectivos y virtuoso. El estiloDesde una perspectiva formal, el stil novo supone una reglamentación en el terreno de la métrica, reglamentación que, en buena medida, será válida para la mayor parte de la poesía italiana posterior. Los poetas del dolce stil novo utilizaron el soneto y la canción, con predominio de los versos endecasílabos y heptasílabos.El dolce stil novo era un estilo trágico, es decir, elevado, solemne. El stil novo significa la elección del trobar leu (‘fácil, comprensible’) frente a la oscuridad (trobar clus) de los poetas anteriores. Los poetas del stil novo se proponen utilizar un lenguaje dolce (‘dulce’) tanto en los efectos fónicos como en el uso de las imágenes poéticas, adecuado a los contenidos que expresan. A partir de este momento el abuso de las figuras retóricas quedará restringido a los géneros menores, a las composiciones de tono satírico. Supone, también, la renovación expresiva del lenguaje relacionado con la temática amorosa: el léxico y la sintaxis deben orientarse hacía la dulzura (dolcezza). https://sites.google.com/site/losminutosqueprecedenalsueno/home/dante-introduccion/el-dolce-stil-novo | ||||||||
jueves, 16 de agosto de 2018
3. El dolce stil nuovo en la Edad Media italiana
miércoles, 1 de agosto de 2018
2. La controvertida Edad Media
La controvertida Edad
Media
Apuntes de Hontanar por Luis Quintana Tejera
La E. M. comprende aproximadamente diez siglos y como época
histórica alberga a la Iglesia Romana que hizo y deshizo a su antojo en todos
los aspectos imaginables: social, económico, político, personal. Aunque es
difícil determinar los períodos que comprenden estas lejanas épocas, es
factible reconocer que la E. M. inició en el siglo V con dos posibles
acontecimientos:
1.
La
división del Imperio Romano por Teodosio en el 395[1].
2.
La
caída de Roma en poder de los bárbaros en el 476. Desde fines del siglo IV las
olas de invasores germanos asolan Europa y llegan a destruir por completo el
agonizante Imperio romano. En el 476 cae Roma en poder del rey de los hérulos:
Odoacro.
A su vez, esta etapa concluye en
el siglo XV con la caída de Bizancio o Constantinopla en poder de los turcos
otomanos; esto ocurre en 1453 aproximadamente.
La E. M. fue considerada durante
muchos años como una época de crueldad, de atraso, de oscurantismo y de
regresión. El Renacimiento, sin duda por su proximidad y por su espíritu de
reacción contra ella, se caracterizó por la total incomprensión de lo medieval,
posición ésta que dominó durante los siglos XVII y XVIII principalmente y que,
por desgracia, a veces tiende a reaparecer en nuestro complicado y moderno
siglo XXI.
El Romanticismo significó un
retorno a la E. M. , pero llevó a cabo una falsa valoración, pues no vio en
ella otra cosa que una época de misterios y de hazañas caballerescas, sobre la
cual la imaginación podía desenvolverse libremente y de la cual se extraerían
motivos para la expresión de los sentimientos.
Muchos estudiosos, aunque no
todos, han realizado en el siglo XX una valoración científica y medianamente
objetiva de la E. M. Entre ellos, destacan Ernst Robert Curtius y su
continuador Peter Dronke.[2]
A la luz de estos estudios, se la considera como una de las épocas más ricas y
fecundas de la historia, admirable por la profundidad de su filosofía, por la
visión armónica y sistemática de la vida y por la belleza estética de sus
producciones artísticas y literarias.
Complementariamente, la
concepción medieval de la existencia humana se halla animada por dos grandes
ejes: la fe cristiana y el sentimiento del honor. Religión y heroísmo
constituyen las bases de este pensamiento que tendrá muchos elementos en los
que falta la verdadera realización del individuo.
1. Religiosidad.
Durante la E. M. Europa constituye
una unidad religiosa en donde lo político y lo cultural se integran plenamente.
No se excluyen, por supuesto, elementos hostiles o antagónicos, pero éstos son
impotentes para destruirla. Toda la cultura está inspirada en la religión
católica. La filosofía, el arte y la ciencia medievales descansan sobre la
teología y están a su servicio. La vida terrenal se considera sólo como un
camino que conduce a la vida eterna. Esa unidad religiosa se proyecta en el
plano político en el cual se aspira a concretar una especie de Imperio
Universal como el que busca Dante a través de su obra De Monarchia. A su vez, la unidad está favorecida por el empleo de
una lengua común: el latín, única lengua de la filosofía, la teología y la
ciencia. Posteriormente coexistirán la literatura escrita en latín con la que
se escribe en lengua romance.
La Escolástica
es la filosofía característica de la E. M. y ésta es el resultado de la
adaptación del pensamiento aristotélico a la concepción cristiana. Dentro de La Escolástica destaca el Tomismo, cuyo principal representante
—Tomás de Aquino— florece en el siglo XIII y en quien el pensamiento de Dante
hunde sus raíces.
2. Sentido heroico y caballeresco.
Después de la destrucción del Imperio
de Carlomagno (siglo IX), en la época de los primeros tiempos del feudalismo,
predomina el ideal épico y guerrero. La vida es dura, áspera, austera. La
poesía de los cantares de gesta
corresponde a este momento. Posteriormente, junto al espíritu heroico y
guerrero surge el sentimiento cortesano y caballeresco que se refleja en la
poesía de los trovadores.
Algunos caracteres literarios
1.
Espontánea
naturalidad. La literatura medieval se caracteriza por haberse formado sin
tener en cuenta los modelos de la literatura greco-romana. Si bien Grecia y,
sobre todo Roma, estaban muy cerca del pensamiento medieval, éstos —al menos al
principio— prefirieron ignorarlos e intentaron ofrecer un modelo artístico
diferente al de los clásicos; lo lograron parcialmente, porque finalmente
concluyeron abrazando la causa clásica. Por esto no podemos afiliarnos a la
afirmación de que los medievales desconocieron a los antiguos. Si bien es
cierto que en general no se leía a los griegos —Aristóteles es la excepción— en
cambio Cicerón, Virgilio, Horacio fueron traducidos e imitados durante el
Medioevo. Por lo tanto, las obras latinas eran valoradas y estudiadas de
acuerdo con la concepción cristiana. Teniendo en cuenta este aspecto, se
estableció una selección: se prefirió a Virgilio en lugar de Homero y se
despreció a Lucrecio, porque su concepción filosófica materialista no podía
armonizar con la medieval.
2.
Tendencia
moralizadora y satírica. Derivado de su carácter religioso, la literatura medieval
persigue un fin didáctico y moralizador, lo cual le resta —al menos en parte—
el desarrollo artístico que mereció tener.
3.
Lentitud
del proceso de transformación. A diferencia del impulso renovador del
Renacimiento y de la celeridad con que se suceden las tendencias literarias
contemporáneas, la E. M. se caracteriza por la lentitud de su proceso de
transformación. Existe una relativa inmovilidad o fijeza de los géneros
literarios, aún cuando no debe exagerarse ese carácter. Hacer las cosas con
tiempo puede representar un modo de actuar lento, pero ello no implica que los
logros alcanzados fueran relativos o malos. No hay que olvidar que la E. M. es
una época fecunda que contiene y desarrolla el germen del Renacimiento y no se
la puede pensar como la metafórica “noche del mundo” como llegaron a decir
algunos pensadores renacentistas y lo repitieron otros ignorantes
contemporáneos.
4.
Uniformidad.
Afirma Brunetière[3]
que existe una asombrosa similitud entre las producciones literarias medievales
de los diversos países europeos; pero esta similitud no debe exagerarse
tampoco. Por ejemplo, el Cantar de los
Nibelungos se diferencia de La
Canción de Roldán por la mayor aportación mítico mágica que no destaca
tanto en el segundo.
5.
Impersonalidad.
La falta de significación local y de significación individual le hace pensar al
mismo Brunetière en este carácter de impersonalidad.
[1] Flavio
Teodosio, Teodosio I o también en el seno católico como Teodosio
el Grande (Coca
o Itálica,
11 de enero
de 347 - Milán,
17 de enero
de 395), fue un emperador de los romanos
desde agosto de 378,
como Dominus Noster Flavius Theodosius Augustus, hasta su muerte,
deificado como Divus Theodosius. Promovido a la dignidad imperial tras
el desastre de Adrianópolis,
primero compartió el poder con Graciano
y Valentiniano II.
El 15 de mayo de 392, Teodosio
reunió las porciones oriental y occidental del Imperio, siendo el último
emperador en gobernar todo el mundo romano. Después de su muerte, las dos
partes del Imperio se separaron definitivamente.
Con respecto a su política religiosa, continuó con
la intolerable persecución a los paganos
y tomó la trascendental decisión de hacer del cristianismo niceno
o catolicismo
la religión oficial del Imperio
mediante el Edicto de Tesalónica de 380. (De Wikipedia).
[2] E. R. Curtius (1955). Literatura europea y Edad Media latina, trad. de Margit Frenk y
Antonio Alatorre, México, F.C.E.
P. Dronke (1981). La individualidad poética en la Edad Media, trad.
de Francisco Rico, Madrid, Alhambra.
[3]
Crítico francés quien en Historia de la
literatura clásica francesa desarrolla este concepto.
4. El Renacimiento en la literatura europea
El
Renacimiento
Caracteres
históricos y culturales del Renacimiento europeo
Se denomina
“Renacimiento” al brillante movimiento artístico, literario e ideológico, que
después de la Edad
Media produjo un resurgimiento de las artes y de las letras inspirado en los modelos
clásicos greco-latinos.
En el siglo
XIV cae en decadencia la cultura medieval y en ese misma centuria partirá de
Italia el impulso
creador del nuevo espíritu: el humanismo, de acuerdo con lo comentado supra.
Insistimos
en que la Edad Media tuvo sus propios valores y de ninguna manera debe
menospreciarse en
comparación con el Renacimiento. A los renacentistas se debe la frase: “La Edad Media es la
noche del mundo”, pero no refleja un contenido auténtico, sólo revela los
prejuiciosde la nueva
generación hacia sus predecesores.
Los
descubrimientos científicos y geográficos
Paralelamente
al desarrollo del humanismo, las invenciones y descubrimientos de los siglos
XIV y XV
contribuyeron a la transformación total de la cultura europea, que caracteriza
a la
época del
Renacimiento.
Estos
descubrimientos producen una intensa modifi cación de las condiciones
económicas y de las
relaciones comerciales. La afluencia de oro y plata determina la extensión del
comercio y la
aparición de los grandes banqueros. Los adelantos científi cos contribuyen a
formar una nueva
concepción del universo, entre éstos se encuentra la imprenta creada por los
chinos en el año 960
y perfeccionada por Gutenberg, en Alemania, en 1438; Gutenberg utilizó la
imprenta a gran
escala y a una tinta que permitía la impresión del papel por las dos caras.
Además de
la brújula
y otros instrumentos de navegación y la pólvora —que ya había sido usada por
los chinos—. En
el orden de los descubrimientos destaca la fecha de 1492 cuando el navegante genovés
Cristóbal Colón descubre América y abre la puerta para nuevas rutas comerciales
y renovadas
posibilidades territoriales con las que los españoles soñaban desde hacía ya
mucho tiempo.
Caracteres
literarios
Podemos
precisar los siguientes caracteres de la literatura renacentista: valores
artísticos, intertextualidad con
fundamento en el mundo antiguo, impulso renovador y diversidad, que describimos
brevemente a continuación.
1.
Predominio de los valores artísticos. Los ideales de la cultura
renacentista, individualismo y naturalismo,
inspiran las obras literarias. La glorif cación del hombre, el sentido de la
belleza del paisaje
y el amor a los goces terrenales se reflejan en la literatura.
La
literatura renacentista no persigue un propósito moralizador, sino
exclusivamente el goce artístico.
No busca la verdad, sino la belleza. Lo fundamental es la forma y el estilo.
Como ejemplo
podemos citar la poesía bucólica o pastoril, artificiosa y convencional, tan
característica
de esta
época.
2.
Intertextualidad basada en el mundo antiguo. La literatura renacentista se
inspira en los modelos
clásicos greco-latinos. Es culta y habilidosa, divorciada de la vida; recurre a
la mitología pagana y
toma de los antiguos no sólo la forma, sino también el espíritu.
3. Impulso
renovador y diversidad. La literatura renacentista evoluciona rápidamente y se caracteriza por una
ansia de progreso y de transformación. Es rica y variada, diversa según las
regiones.
El
Renacimiento en los principales países europeos
1. En
España.
El
Renacimiento español se caracteriza por continuar la tradición medieval
hispánica; tal vez por ello ha
logrado España su mayor esplendor en esta época.
Podemos
señalar los siguientes momentos que consideran las diversas expresiones de la
literatura durante el
Renacimiento:
a) Las
novelas de caballería cuyo exponente central es el Amadís de Gaula.
b) La
novela picaresca que plantea una actitud nihilista ante los ideales del medievo
y del Renacimiento.
El Lazarillo de Tormes define a la perfección este momento.
c) La
lírica inspirada en el modelo italiano: Boscán y Garcilaso de la Vega entre
otros.
d) Los
poetas místicos estimulados por el espíritu de la Contrarreforma, entre quienes
se incluyen
San Juan de
la Cruz, Santa Teresa de Jesús y Fray Luis de León.
e) Por
último, las enormes fi guras de Miguel de Cervantes Saavedra y de Lope de Vega
se ubican
en la
frontera entre Renacimiento y barroco, aunque ambos por su capacidad artística y su nivel
creador están por encima de cualquier esquema o intento de catalogación.
2. En
Italia
En las
letras y en las artes los principales representantes del Renacimiento italiano
son:
a) Entre
los prosistas, Bembo y Maquiavelo.
b) Como
poeta aparece en la primera mitad del siglo XVI Ludovico Ariosto con su obra Orlando furioso.
3. En
Francia
El
Renacimiento en Francia comprende todo el siglo XVI, desde la primera guerra de
Italia (1494)
hasta la muerte de Enrique IV y la formación de la sociedad preciosista (1610).
Fue un siglo
individualista, anárquico y lírico.
En la
literatura francesa de esta época destacan las fi guras de Rabelais en la prosa
y los miembros de la
denominada “Pléyade”, entre quienes se incluye a Pierre de Ronsard. La poesía
de la
“Pléyade” es brillante, erudita y amanerada. La lengua en el siglo XVI es
variada, indisciplinada y además se
nutre de extranjerismos: helenismos, latinismos e italianismos.
4. En
Inglaterra
El panorama
de la literatura inglesa durante el periodo analizado es muy vasto no sólo
debido a su enorme
producción, sino también por alcanzar Inglaterra la Edad de Oro justamente en ese
momento. Por tal razón, ofreceremos primero un breve panorama del Renacimiento
inglés incluyendo
algunos antecedentes, para concentrarnos luego en la figura de dos dramaturgos destacados: Christopher Marlowe y William Shakespeare.
a) Los
humanistas ingleses.
En 1499
coexistía en Inglaterra un floreciente grupo de humanistas y helenistas entre
los que destacan: John Colet, William Lily y Thomas Moro. De este
último corresponde recordar su amplio
sentido humano de la vida, así como su multicitada obra Utopía y otros
textos relevantes:
La historia de Ricardo III y El diálogo del consuelo
contra los infortunios.
b)
El drama en el periodo Tudor.
Las
características más destacadas del teatro inglés de este periodo consisten en
la transformación de
las Moralidades en Entremeses y el establecimiento de los géneros
que constituirán los fundamentos
de la dramática moderna: la comedia, el drama histórico y la tragedia.
c)
Literatura del periodo isabelino.
El
periodo isabelino abarca casi un siglo de estabilidad política y esplendor
cultural. El reinado de
Isabel I (1558-1603) unifi ca a Inglaterra en los aspectos político y
religioso. Al fi nal de su reinado
Isabel I logra unir Escocia a Inglaterra, nombrando heredero de su corona a
Jacobo I, hijo
de María Estuardo. Precisamente la producción shakespeareana se ubica en el
segundo
momento
del gobierno de Isabel y el primero del de Jacobo.
d)
La poesía inglesa desde Spenser a Donne.
El
poeta inglés más relevante del Renacimiento y la figura más importante después
de Chaucer es
Edmund Spenser (1552-1599). Se vio influido por Virgilio y por la poesía
italiana y francesa del
momento. Su máxima obra es La reina de las hadas, la cual consta de 32
000 versos; el poeta
trabajó en ella aproximadamente dieciocho años. Philip
Sydney (1554-1586). A pesar de ser otro destacado poeta de esta época, su
producción poética
—al igual que la de Garcilaso— es escasa, y en ambos casos su publicación es
póstuma.
The
Arcadia —su obra más destacada— es una novela que intercala
poemas de alta realización estética.
e)
La novela y la prosa isabelinas.
La
novela isabelina presenta tres tendencias principales: la romántica que procede
de la tradición medieval;
la intelectual y artificiosa llamada eufuística que con ciertas reservas puede relacionarse
con el conceptismo literario iniciado en España con Quevedo, y la realista que
se manifiesta en dos direcciones principales: la picaresca de origen español y la
propiamente realista,
de fuente netamente inglesa.
f)
El drama en el periodo de Shakespeare y hasta la clausura de los teatros.
Inglaterra
coincide temporalmente con España en la producción teatral más valiosa de la
literatura moderna.
En este sentido, Shakespeare y Lope de Vega son los realizadores más perfectos y
a ellos aludiremos después.
Entre
los precursores inmediatos de William Shakespeare se encuentra Christopher
Marlowe (1564-1593).
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