I
Literatura
en el mundo antiguo
INTRODUCCIÓN A LA LITERATURA
Recuerda lo que sabes
¿Cómo
reconoces una obra literaria?
¿Cualquier
texto que encuentres en una biblioteca es una obra literaria?
¿Recuerdas
alguna clasificación de las obras literarias por su forma?
¿Qué es literatura?
Lee
atentamente los siguientes textos:
Texto 1.
Los más
corpulentos de todos los animales terrestres son los elefantes, pertenecientes
al orden proboscídeos, así llamados por su nariz prolongada en una larga trompa
o probóscide muscular, flexible y prensil, en cuyo extremo se abren los
orificios nasales. Sus extremidades poseen cinco dedos, sostenidos por una
especie de almohadilla elástica común; las pezuñas son anchas y planas. La piel
está casi desnuda y desprovista de glándulas sebáceas, razón por la cual el
baño periódico constituye una necesidad a la vez que un placer.
El nombre
de colmillos que suele darse a las defensas de los elefantes no es muy
apropiado, porque carecen de caninos; son en realidad incisivos, de los cuales
tienen sólo un par en la mandíbula superior. Las enormes defensas carecen de
raíz, crecen continuamente y están compuestas de dentina, o marfil, ya que el
esmalte, que sólo existe en la punta, se desgasta con rapidez y desaparece.[1]
Texto 2.
Elefante. […] Mamífero
del orden de los Proboscidios, el mayor de los animales terrestres que viven
ahora, pues llega a tres metros de alto y cinco de largo. Tiene el cuerpo de
color ceniciento oscuro, la cabeza pequeña, los ojos chicos, las orejas grandes
y colgantes, la nariz y el labio superior unidos y muy prolongados en forma de
trompa, que extiende y recoge a su arbitrio y le sirve de mano. Carece de
caninos y tiene dos dientes incisivos, vulgarmente llamados colmillos, macizos
y muy grandes.[2]
Texto 3.
Viene desde
el fondo de las edades y es el último modelo terrestre de maquinaria pesada,
envuelto en su funda de lona. Parece colosal, porque está construido con puras
células vivientes y dotado de inteligencia y memoria. Dentro de la acumulación
material de su cuerpo, los cinco sentidos funcionan como aparatos de precisión
y nada se les escapa. Aunque de pura vejez hereditaria son ahora calvos de
nacimiento, la congelación siberiana nos ha devuelto algunos ejemplares
lanudos. ¿Cuántos años hace que los elefantes perdieron el pelo? En vez de
calcular, vámonos todos al circo y juguemos a ser los nietos del elefante, ese
abuelo pueril que ahora se bambolea al compás de una polka…
No. Mejor
hablemos del marfil. Esa noble sustancia, dura y uniforme, que los paquidermos
empujan secretamente con todo el peso de su cuerpo, como una material expresión
de pensamiento. El marfil, que sale de la cabeza y que desarrolla en el vacío
dos curvas y despejadas estalactitas. En ellas, la paciente fantasía de los chinos
ha labrado todos los sueños formales del elefante.
Comentario
Como te
habrás dado cuenta, cada uno de estos textos hace referencia al elefante, sin
embargo, la manera en que se habla de él es diferente en cada caso. En el 1, se
proporciona una descripción de este animal a partir de características
anatómicas; en el texto 2, de manera similar, se define al elefante en función
de su físico; ambos pasajes (1 y 2) resultan similares; sin embargo, existen
importantes diferencias entre ellos y el tercero. Este último alude a diversas
características del elefante, pero emplea un estilo que difiere en mucho a los
anteriores: por ejemplo, para indicar la antigüedad de la especie dice “viene
desde el fondo de las edades.” El texto 3 es literario, los otros dos no lo
son.
Actividades
Lee nuevamente
los textos anteriores; detecta con qué palabras presenta cada uno de ellos
ciertas características del elefante y transcríbelas en el siguiente cuadro:
Característica
|
Texto 1
|
Texto 2
|
Texto 3
|
Tamaño
|
|||
Piel
|
|||
Colmillos
|
|||
Marfil
|
Con el
ejercicio previo te has percatado de que la utilización del lenguaje en un
texto literario es diferente a otros, como los escritos técnicos; el contenido de los textos anteriores es el
mismo (descripción de un elefante), pero la forma
en que se manifiesta cambia. En literatura, entonces, la diferencia del texto
radica en la forma.
Has
conocido ya qué es y qué no es literatura a través de la forma del lenguaje;
ahora, se trata de definirla.
Quizá en
alguna ocasión habrás escuchado este término aplicado al conjunto de textos
propios de una disciplina o una ciencia (por ejemplo, “literatura jurídica”);
algunas personas suelen considerar literatura todo material impreso de cierto
número de hojas, de tal forma que aquí engloban cualquier libro,
independientemente de su temática, la forma de utilización del lenguaje o, lo
que es más, su calidad. En ninguno de los casos anteriores se trata de
literatura.
La literatura
se concibe como una de las bellas artes, junto con la danza, la música, la
escultura, la pintura, la arquitectura y, recientemente incluido, el cine. Su
materia prima es el lenguaje, a través del cual encuentran expresión las ideas
del artista, manifiestas en la obra literaria.
Si bien el
autor de un texto de esta naturaleza no siempre tiene en mente un lector[4]
(es decir, un receptor de su creación), la obra literaria no se realiza
plenamente si no existe alguien que la lea, alguien que reciba el efecto
estético que transmite.
Definir literatura no es un trabajo fácil, y ha
sido tarea de numerosos pensadores y estudiosos desde los tiempos de
Aristóteles; por supuesto, aquí no te brindaremos una definición contundente,
sólo dejamos establecida una aproximación que tú, según tu experiencia y los
conocimientos que vayas adquiriendo, podrás complementar y enriquecer.
Literatura,
por lo tanto, es el arte de la expresión mediante la utilización del lenguaje,
con el objetivo de provocar un efecto estético en el lector.
La
literatura surge como producto de una necesidad humana por expresar sus
emociones, sus ideas, su forma de ver el mundo; por ello, se trata de un arte
ligado intrínsecamente con el hombre.
LO
QUE HAS APRENDIDO
En seguida
se presentan algunas oraciones que implican lectura; señala con una L si
consideras que alude a un hecho literario, de lo contrario anota NL.
a. Fui
a la biblioteca a consultar una enciclopedia. ( )
b. Debo
leer Gringo viejo, de Carlos Fuentes. (
)
c. “Beso:
Acción y efecto de besar” ( )
d.
Mi maestro comentó que era necesario estudiar toda la literatura referente a
este problema químico. ( )
e.
Leí Las mil y una noches el mes
pasado. ( )
f.
“¿Qué es, señora, un beso? Un juramento hecho de cerca; un subrayado de color
de rosa que al verbo amar añaden…” ( )
g.
“Hijo: tuve que salir. Dejé tu comida en la mesa. Cuídate. Mamá.” ( )
Ahora,
deberás registrar tu propio concepto de literatura; por supuesto, debes basarte
en lo comentado con antelación.
Formas de clasificación de
la literatura
A lo largo
de la historia, en distintos pueblos y en diferentes momentos se ha estudiado
la obra literaria, también a partir de diversas perspectivas. Se habla,
entonces, de “literatura medieval” o “literatura romántica” para hacer
referencia a un conjunto de obras de una época determinada, o de “literatura
inglesa” para aludir a los textos literarios producidos en una nación, independientemente
de la época. Estas categorizaciones de la literatura tienen un enfoque
historicista.
Existe otra
forma de clasificar obras literarias: a través de su estructura, de tal modo
que se crean los géneros literarios. Aun en este ámbito no existe universalidad
sobre el establecimiento de géneros y sus características. Para este curso, no
profundizaremos demasiado, así que únicamente referiremos la existencia de
cuatro géneros básicos: lírico, narrativo y dramático.[5] El
siguiente cuadro explica brevemente en qué consiste cada uno de ellos:
Género
|
Características
|
Ejemplos
|
Lírico
|
No contiene una historia,
se presenta de forma breve, generalmente en verso, con ritmo, profundiza
sobre un solo tema y la importancia de la forma es mayor que en los otros dos
géneros (de ahí la trascendencia de las figuras retóricas que suele
contener).
|
Érase un
hombre a una nariz pegado;
éase una
nariz superlativa;
érase una
nariz sayón y escriba;
érase un
pez espada muy barbado.
Era un
reloj de sol mal encarado;
érase una
alquitara pensativa;
érase un
elefante boca arriba;
era
Ovidio Nasón más naridado.
(Francisco
de Quevedo, A una nariz, fragmento)
|
Narrativo
|
Comprende una historia
contada por alguien, por lo tanto, implica la existencia de un narrador; se distinguen, básicamente,
el cuento (narración corta) y la novela (narración extensa).
|
La Serenísima Reina de
Irlanda había muerto de parto, y el infante fue entregado a una nodriza de
casa de una mujer que vivía en una cabaña junto a la orilla del bosque. Una
noche esta mujer estaba sentada meciendo la cuna y ensimismada en la
contemplación de la belleza del niño… (W. B. Yeats, La rosa secreta)
|
Dramático
|
Involucra una historia y
su representación, por lo tanto, no existe un narrador; es un texto hecho
para ser representado, y ello se refleja en su estructura con el dominio del
diálogo.
|
Ulises.
¿Qué estás haciendo, Atena? No, no le llames, que no salga.
Atena.
Silencio, ¿o es que no sabes contenerte y vas a acarrear con una fama de
cobardía?
Ulises.
No, por los dioses, pero que quede dentro: ya hay bastante.
Atena.
¿Por qué? Pero, ¿qué temes? Él, antes, ¿no era un hombre?
(Sófocles, Áyax)
|
Cada uno de
estos géneros posee características propias; no siempre son identificables a primera
vista, puesto que determinadas obras literarias contienen rasgos que pertenecen
a uno y otro. Al mismo tiempo, cada uno cuenta con recursos propios de
análisis; a continuación se presentan sólo algunos de ellos.
Texto lírico
El texto
lírico generalmente se expresa en verso; cada uno de éstos está conformado por
sílabas; a su vez, los versos se agrupan en estrofas. Cuando se trata de un
poema con estructura clásica, las estrofas son fácilmente identificables, pero
en poemas contemporáneos en ocasiones ni siquiera está presente el verso. El
seccionamiento de éste en sílabas suele obedecer al ritmo que ofrece.
La característica
relevante del texto lírico consiste en la utilización del lenguaje figurado, es
decir, aquel que emplea formas que lo alejan del modo directo y cotidiano de
expresión; para ello, suele recurrirse a las figuras literarias; básicamente,
éstas se agrupan en figuras de pensamiento, figuras de lenguaje y tropos;
referimos aquí solamente algunas.[6]
1. Figuras
de pensamiento.
a) Antítesis:
Implica contraste entre términos o expresiones.
Ve, suspiro caliente, al pecho frío
de aquella
viva piedra por quien muero.
(Luis
Barahona de Soto, “Ve, suspiro caliente”)
b)
Apóstrofe: vocativo o invocación dirigido a alguien.
—Antonio Torres
Heredia,
Camborio de dura crin,
moreno de verde luna,
voz de clavel varonil:
¿Quién te
ha quitado la vida
cerca del
Guadalquivir?
(García
Lorca, “Muerte de Antoñito el Camborio”)
c)
Eufemismo: Expresión que sustituye a una que no desea decirse; en ocasiones
ello obedece a que resulta violenta, desagradable o prohibida.
Allí me
mostrarías
aquello que mi alma pretendía,
y luego me
darías
allí tú,
vida mía,
aquello que me diste el otro día.
(San Juan
de la Cruz, Cántico espiritual)
d)
Hipérbole: Implica una exageración; expresa una idea que traspasa lo verosímil.
Sobre el
corazón la mano
me he
puesto, porque no suene
su latido,
y de la noche
turbe la
calma solemne.
(Bécquer, Rima xxvii)
e) Oxímoron:
Unión de dos palabras de significado opuesto para crear uno nuevo.
Dulce soñar y dulce congojarme,
Cuando
estaba soñando que soñaba…
(Juan
Boscán)
f)
Personificación: Atribución de cualidades humanas a cosas inanimadas o
abstractas.
Frunce su
rumor el mar.
Los olivos
palidecen.
Cantan las
flautas de umbría…
(García
Lorca, “Preciosa y el aire”)
g)
Prosopopeya: Similar a la personificación, consiste en atribuir discurso a
entidades no humanas.
cruzó la
ancha nave,
las puertas gimieron…
(Bécquer, Rima lxxiii)
2. Figuras
de lenguaje.
a)
Aliteración: Repetición de un sonido a fin de intensificar la idea expresada.
Y al cuello el lazo atado
con que desenlazó
de la cadena
el corazón cuitado…
(Garcilaso
de la Vega , “A
la flor de Gnido”)
b) Anáfora:
Repetición de una o varias palabras al inicio de una oración, verso o periodo
sintáctico para destacar cierta idea.
¿Cómo eres
rey sin estado?
¿Cómo Dios
y estás desnudo?
¿Cómo
elocuente, si mudo?
¿Cómo
cobarde, si osado?
(Tirso de
Molina, “Chispas”)
c)
Onomatopeya: Imitación del sonido de algo con el vocablo creado para aludirlo.
Cantan las
flautas de umbría
y el liso gong de la nieve.
(García
Lorca, “Preciosa y el aire”)
3. Tropos.
a)
Alegoría: Representación de elementos abstractos mediante objetos concretos.
Me sentí de
un ardiente
deseo llena
el alma:
¡como atrae un abismo, aquel
misterio
hacia sí me arrastraba!
(Bécquer, Rima lxxiv)
b)
Comparación: Relación entre elementos a través de nexos.
En mi cielo
al crepúsculo eres como una nube
y tu color
y forma son como yo los quiero.
(Neruda,
Poema 16 de Veinte poemas de amor y una
canción desesperada)
c)
Metáfora: Comparación carente de nexos; traslado de sentidos.
El rubí de
tu boca me rindiera (Francisco Medrano, “El rubí de tu boca”)
d)
Sinestesia: Vinculación de uno o más registros sensoriales con un sentido que
no les corresponde.
Cobre
amarillo su carne,
huele a caballo
y a sombra.
(García
Lorca, “Romance de la pena negra”)
Actividades
Lee el
siguiente poema; localiza todas las figuras literarias que te sea posible,
señalando cada una.
Áspero
amor, violeta coronada de espinas,
matorral
entre tantas pasiones erizado,
lanza de
dolores, corola de la cólera,
por qué
caminos y cómo te dirigiste a mi alma?
Por qué
precipitaste tu fuego doloroso,
de pronto,
entre las hojas frías de mi camino?
Quién te
enseñó los pasos que hasta mí te llevaron?
Qué flor,
qué piedra, qué humo mostraron mi morada.
Lo cierto
es que tembló la noche pavorosa,
el alba
llenó todas las copas con su vino
y el sol estableció
su presencia celeste,
mientras
que el cruel me cercaba sin tregua
hasta que
lacerándome con espadas y espinas
Texto narrativo
El texto
narrativo implica una historia que se cuenta; ese relato es realizado por una
entidad distinta al autor: por el narrador. Otros elementos importantes son los
personajes, el tiempo y el espacio.
El narrador
El narrador
ha sido objeto de diferentes estudios que han arrojado tipologías que dependen
de la persona que narra, su participación en lo narrado y cómo refiere la
enunciación de los personajes.
Si se
considera que el narrador es un mediador que expresa los hechos relatados, se
tienen que establecer tres relaciones diferentes con los personajes, según su
conocimiento de la historia:
a) Narrador
omnisciente: sabe más que los personajes, incluso percibe lo que éstos piensan
y sienten, posee el conocimiento de lo que ha pasado antes de lo narrado y lo
que pasará después.
b) Narrador
equisciente: sabe lo mismo que los personajes, sea o no uno de ellos, por lo
tanto, no tiene posibilidad de conocer qué piensan otros ni puede predecir lo
que ocurrirá o expresar lo que desconoce.
c) Narrador
deficiente: sabe menos que los personajes, así que va enterándose de los hechos
cuando van ocurriendo, desconoce la conciencia de cualquier personaje.
En lo que
se refiere a la participación del narrador, debe considerarse que existen dos
maneras en que se presenta la historia: si es una sola o si engloba otra (u
otras) dentro de ella. Cuando el narrador pertenece a una historia sin
dependientes, es decir, cuando no incluye otras, puede ser:
a)
Heterodiegético: no participa en la historia. Ejemplo: La Ilíada de Homero en donde el narrador no forma
parte de la historia que narra.
b)
Homodiegético: interviene en lo relatado; por lo tanto, es un personaje.
Ejemplo: En numerosos cuentos de Jorge Luis Borges se observa la presencia del
narrador que adopta la condición y características de un personaje.
c)
Autodiegético: no sólo interviene en la diégesis, sino que lo contado es su
propia historia, en consecuencia, es el protagonista de lo que narra. Ejemplo: Lazarillo de Tormes de autor anónimo en
donde el personaje cuenta en primera persona su vida.
En los
casos en que se trata de una historia que incluye otras o que se circunscribe
dentro de alguna, el narrador puede ser:
a)
Extradiegético: corresponde al relato principal, es decir, al que enmarca otras
diéresis.
b)
Intradiegético: pertenece a una historia incluida en otra.
En la
novela Abel Sánchez del escritor
español Miguel de Unamuno, el narrador extradiegético abre —con el subtítulo
tanto como con el fragmento al “Prólogo a la segunda edición”— y cierra
—“¡Queda escrito!— la novela; la subtitula, cede paso después al escritor —en el prólogo—, y constantemente intercala su
relato con el de Joaquín Monegro —personaje de la novela—, este último de nivel
intradiegético.
Estilo directo e indirecto
En lo que
respecta a la manera en que el narrador manifiesta el discurso de los
personajes, existen el estilo directo, el indirecto y el indirecto libre.
El estilo
directo implica que el narrador reproduzca las palabras de los personajes como
fueron emitidas; para ello recurre a la utilización de marcas como las comillas
o el guión largo:
Llamamos.
José apareció. Mientras terminábamos con él, la escocesa murmuró tranquilamente
junto a Antonia:
—¿No tienes nada que decir a
José, pequeña?
El narrador
utiliza el estilo indirecto cuando da a conocer que el personaje se ha
expresado, pero sin reproducir exactamente sus palabras: “untó otro pensamiento
sobre éste, como mantequilla sobre pan tostado: ¿se había mirado Harriet
Winslow en los espejos al entrar aquí?…”[9]
Finalmente,
el estilo indirecto libre significa que el narrador deje asentado que el
personaje realizó un acto de habla, aunque no expresa lo dicho: “Había contado
alguno de aquellos cuentos a un amigo cuando venía a visitar la granja.”[10]
Los personajes
El narrador
relata acciones que, evidentemente, son realizadas por alguien: los personajes.
La clasificación de éstos depende de tres factores: su importancia para la
historia, su postura en ella y su composición.
En cuanto a
la importancia del personaje para la historia, éste puede ser principal,
secundario u ocasional. El principal es aquél en torno al cual giran los hechos
narrados; su presencia resulta imprescindible. El personaje secundario posee
importancia sólo en función del principal, puede aparecer o desaparecer en
cualquier momento de la narración. Finalmente, el personaje ocasional (llamado
también incidental) surge de manera esporádica en la narración, generalmente
para cumplir una función específica dentro de la historia, y luego desaparece.
En lo que
se refiere a la postura adoptada por el personaje, éste puede ser protagonista
o antagonista; el primero realiza las principales acciones narradas, mientras
que el segundo es el encargado de obstaculizarlo.
En cuando a
su composición, los personajes se dividen en individuales y en colectivos; el
primer caso es el más común en los textos narrativos, se refiere a un solo
individuo; el segundo, en cambio, aglutina dos o más entidades que se comportan
como una sola (por ejemplo, el pueblo en alguna novela histórica).
Los
personajes no solamente son humanos, sino que pueden ser animales (como en
algunas fábulas) e, incluso, entidades inanimadas.
Otro aspecto
importante de los personajes es su descripción; ésta permite que el lector sepa
cómo son los personajes tanto externa como internamente; cuando se realiza una
descripción externa, el narrador proporciona un retrato físico (edad, estatura,
género, color de piel y ojos, etcétera), mientras que si refiere una
descripción interna, ha elaborado un retrato psicológico (temperamento, humor,
personalidad).
Espacio
En el texto
narrativo, los personajes requieren de un espacio que los contenga; así, lo
espacial es transmitido por el narrador a través de descripciones que explican
cómo es el lugar en que se realizan las acciones; de manera general, se tiene
que el espacio se divide en dos tipos: abierto o cerrado. El espacio abierto se
presenta cuando el lugar se encuentra en los exteriores, como las calles, la
campiña, una plaza, el mar, etcétera. En oposición, el espacio cerrado se
establece en los interiores: dormitorios, casas, escuelas, oficinas, entre
otros.
Tiempo
Finalmente,
se halla el tiempo; por supuesto, las acciones relatadas se desarrollan en una
dimensión temporal, y no siempre son contadas conforme ocurren, es decir, el
orden. Existen básicamente dos alteraciones de orden: las retrospecciones
(analepsis) y las prospecciones (prolepsis); las analepsis significan un salto
hacia atrás en el tiempo, generalmente útil para explicar hechos previos a lo
que se narra; por su parte, las prolepsis predicen algo que va a ocurrir en el
relato.
Con los
elementos proporcionados, es posible realizar un breve análisis de la
estructura de un texto narrativo, sin importar que se trate de una novela o un
cuento.
Actividades
Lee el
texto que se ofrece a continuación. Se trata de un cuento. En seguida completa
el cuadro presentado.
El
almohadón de plumas
Horacio
Quiroga.
Su luna de
miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su
marido heló sus soñadas niñerías de novia. Ella lo quería mucho, sin embargo, a
veces con un ligero estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la
calle, echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde hacía
una hora. Él, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer.
Durante
tres meses —se habían casado en abril— vivieron una dicha especial.
Sin duda
ella hubiera deseado menos severidad en ese rígido cielo de amor, más expansiva
e incauta ternura; pero el impasible semblante de su marido la contenía
siempre.
La casa en
que vivían influía no poco en sus estremecimientos. La blancura del patio
silencioso —frisos, columnas y estatuas de mármol— producía una otoñal
impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el
más leve rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella sensación de
desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en toda
la casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia.
En ese
extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. No obstante había concluido
por echar un velo sobre sus antiguos sueños, y aún vivía dormida en la casa
hostil, sin querer pensar en nada hasta que llegaba su marido.
No es raro
que adelgazara. Tuvo un ligero ataque de influenza que se arrastró
insidiosamente días y días; Alicia no se reponía nunca. Al fin una tarde pudo
salir al jardín apoyada en el brazo de su marido. Miraba indiferente a uno y
otro lado. De pronto Jordán, con honda ternura, le pasó muy lento la mano por
la cabeza, y Alicia rompió en seguida en sollozos, echándole los brazos al
cuello. Lloró largamente todo su espanto callado, redoblando el llanto a la
menor tentativa de caricia. Luego los sollozos fueron retardándose, y aún quedó
largo rato escondida en su cuello, sin moverse ni pronunciar una palabra.
Fue ése el
último día en que Alicia estuvo levantada. Al día siguiente amaneció desvanecida.
El médico de Jordán la examinó con suma atención, ordenándole cama y descanso
absolutos.
—No sé —le
dijo a Jordán en la puerta de calle con la voz todavía baja—. Tiene una gran
debilidad que no me explico. Y sin vómitos, nada… Si mañana se despierta como
hoy, llámeme en seguida.
Al otro día
Alicia seguía peor. Hubo consulta. Constatóse una anemia de marcha agudísima,
completamente inexplicable. Alicia no tuvo más desmayos, pero se iba
visiblemente a la muerte. Todo el día el dormitorio estaba con las luces
prendidas y en pleno silencio. Pasábanse horas sin que se oyera el menor ruido.
Alicia dormitaba. Jordán vivía en la sala, también con toda la luz encendida.
Paseábase sin cesar de un extremo a otro, con incansable obstinación. La
alfombra ahogaba sus pasos. A ratos entraba en el dormitorio y proseguía su
mudo vaivén a lo largo de la cama, deteniéndose un instante en cada extremo a
mirar a su mujer.
Pronto
Alicia comenzó a tener alucinaciones, confusas y flotantes al principio, y que
descendieron luego a ras del suelo. La joven, con los ojos desmesuradamente
abiertos, no hacía sino mirar la alfombra a uno y otro lado del respaldo de la
cama. Una noche quedó de repente mirando fijamente. Al rato abrió la boca para
gritar, y sus narices y labios se perlaron de sudor.
—¡Jordán!
¡Jordán! —clamó, rígida de espanto, sin dejar de mirar la alfombra.
Jordán
corrió al dormitorio, y al verlo aparecer Alicia lanzó un alarido de horror.
—¡Soy yo,
Alicia, soy yo!
Alicia lo
miró con extravío, miró la alfombra, volvió a mirarlo, y después de largo rato
de estupefacta confrontación, se serenó.
Sonrió y
tomó entre las suyas la mano de su marido, acariciándola por media hora,
temblando.
Entre sus
alucinaciones más porfiadas, hubo un antropoide apoyado en la alfombra sobre
los dedos, que tenía fijos en ella sus ojos.
Los médicos
volvieron inútilmente. Había allí delante de ellos una vida que se acababa,
desangrándose día a día, hora a hora, sin saber absolutamente cómo. En la
última consulta Alicia yacía en estupor, mientras ellos pulsaban, pasándose de
uno a otro la muñeca inerte. La observaron largo rato en silencio, y siguieron
al comedor.
—Pst… —se
encogió de hombros desalentado su médico—. Es un caso serio… Poco hay que
hacer.
—¡Sólo eso
me faltaba! —resopló Jordán. Y tamborileó bruscamente sobre la mesa.
Alicia fue
extinguiéndose en subdelirio de anemia, agravado de tarde, pero remitía siempre
en las primeras horas. Durante el día no avanzaba su enfermedad, pero cada
mañana amanecía lívida, en síncope casi. Parecía que únicamente de noche se le
fuera la vida en nuevas oleadas de sangre. Tenía siempre al despertar la
sensación de estar desplomada en la cama con un millón de kilos encima. Desde
el tercer día este hundimiento no la abandonó jamás. Apenas podía mover la cabeza.
No quiso que le tocaran la cama, ni aun que le arreglaran el almohadón. Sus
terrores crepusculares avanzaban ahora en forma de monstruos que se arrastraban
hasta la cama, y trepaban dificultosamente por la colcha.
Perdió
luego el conocimiento. Los dos días finales deliró sin cesar a media voz. Las
luces continuaban fúnebremente encendidas en el dormitorio y la sala. En el
silencio agónico de la casa, no se oía más que el delirio monótono que salía de
la cama, y el sordo retumbo de los eternos pasos de Jordán.
Alicia
murió, por fin. La sirvienta, cuando entró después a deshacer la cama, sola ya,
miró un rato extrañada el almohadón.
—¡Señor!
—llamó a Jordán en voz baja—. En el almohadón hay manchas que parecen de
sangre.
Jordán se
acercó rápidamente y se dobló sobre aquél. Efectivamente, sobre la funda, a
ambos lados del hueco que había dejado la cabeza de Alicia, se veían manchitas
oscuras.
—Parecen
picaduras —murmuró la sirvienta después de un rato de inmóvil observación.
—Levántelo
a la luz —le dijo Jordán.
La
sirvienta lo levantó, pero en seguida lo dejó caer y se quedó mirando a aquél,
lívida y temblando. Sin saber por qué, Jordán sintió que los cabellos se le
erizaban.
—¿Qué hay?
—murmuró con voz ronca.
—Pesa mucho
—articuló la sirvienta, sin dejar de temblar.
Jordán lo
levantó; pesaba extraordinariamente. Salieron con él, y sobre la mesa del
comedor Jordán cortó funda y envoltura de un tajo. Las plumas superiores
volaron, y la sirvienta dio un grito de horror con toda la boca abierta,
llevándose las manos crispadas a los bandós. Sobre el fondo, entre las plumas,
moviendo lentamente las patas velludas, había un animal monstruoso, una bola
viviente y viscosa. Estaba tan hinchado que apenas se le pronunciaba la boca.
Noche a
noche, desde que Alicia había caído en cama, había aplicado sigilosamente su
boca —su trompa, mejor dicho— a las sienes de aquélla chupándole la sangre. La
picadura era casi imperceptible. La remoción diaria del almohadón sin duda
había impedido al principio su desarrollo; pero desde que la joven no pudo
moverse la succión fue vertiginosa. En cinco días, en cinco noches, había
vaciado a Alicia.
Estos
parásitos de las aves, diminutos en el medio habitual, llegan a adquirir en
ciertas condiciones proporciones enormes. La sangre humana parece serles
particularmente favorable, y no es raro hallarlos en los almohadones de pluma.[11]
Narrador
|
||||
Según su conocimiento de
la historia
|
||||
Según su participación
|
||||
Estilos presentes
(un ejemplo para cada uno)
|
||||
Personajes
|
||||
Nombre
|
Tipos
|
Retrato
físico
|
Retrato
psicológico
|
|
1.
|
||||
2.
|
||||
3.
|
||||
4.
|
||||
5.
|
||||
Espacio
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Cerrado
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Abierto
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Tiempo
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Analepsis
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Prolepsis
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Texto dramático
El texto
dramático se crea para ser representado; por lo tanto, aquí la importancia
reside en los personajes; dado que no existe un narrador, ellos se encargan de
presentar los hechos contenidos en la historia representada.
La
estructura de las obras dramáticas es variable, si bien suelen dividirse en
actos y éstos, a su vez, en escenas. Se distinguen básicamente dos elementos en
el texto dramático: las intervenciones de los personajes y las acotaciones; las
primeras pueden darse en forma de diálogo (cuando dos o más personajes se
comunican) o de monólogo (cuando uno solo es el que habla); las acotaciones,
por su parte, incluyen todo tipo de información útil para la representación,
como nombres de personajes, escenarios, actitudes, etcétera, suelen
distinguirse por cambios de tipografía.
Actividades
Del
siguiente fragmento de texto dramático, subraya la participación de los personajes
y tacha las acotaciones:
Jojo. Historia de un saltimbanqui
(fragmento)
Michael
Ende
Pippo
|
Empieza a
oscurecer.
|
Lola
|
Y a hacer
frío. (Pippo la rodea con un brazo para
darle calor.)
|
Wilma
|
(Se acerca a los otros para
calentarse.)
Más vale
que nos olvidemos de él.
|
Yussuf
|
Sí,
seguro que ya no viene.
|
Bux
|
No me lo
esperaba. Esta vez no.
|
Muñeco
|
Pues yo
sí. Es una de las suyas.
|
Bux
|
Tú te
callas, Ottokar.
|
Eli
|
Jojo
viene. Eli está segura. Jojo es bueno.
|
Wilma
|
Con que
Jojo es bueno, ¿eh? ¿Cuántas veces habremos tenido que hacer la función sin
él porque desaparecía de repente? Ese pobre diablo siempre encuentra una
tabernucha con entrada, pero sin salida, o al menos eso dice.
|
Muñeco
|
Hoy es
imposible que pase eso.
|
Wilma
|
¿Por qué?
|
Muñeco
|
Porque
hoy no hay función. Je, je, je.
|
Bux
|
Déjate de
bromas, Ottokar. No estamos para tonterías.
|
Pippo
|
Tal vez
no haya conseguido nada con ésos.
Estará
avergonzado y no nos lo querrá decir.
|
Lola
|
(Irónica.)
Sí, a
veces es muy sensible.
|
Yussuf
|
Pero que
tarde tanto en volver también puede significar que todavía no lo ha dado todo
por perdido. Quizá tiene alguna esperanza.
|
Pippo
|
Yo te
apuesto lo que quieras a que nos ha dejado en la estacada.
|
Muñeco
|
¡Bux!
¿Has oído lo que dice?
(Suelta una risotada.)
|
Bux
|
Lo que has aprendido
Contesta a
las siguientes preguntas:
1. ¿A
partir de qué perspectivas puede ser estudiada la literatura?
2. Menciona
los géneros literarios.
3. ¿Cuál es
la diferencia básica entre el género lírico y el narrativo?
4. ¿En qué
se basa la principal distinción entre un texto narrativo y uno dramático, si
ambos implican una historia?
5. Explica
qué es la metáfora; anota un ejemplo.
6. Explica
por lo menos tres figuras retóricas además de la metáfora y proporciona
ejemplos de cada una de ellas.
7. Elabora
un mapa mental en el que expreses las diferentes tipologías del narrador.
LITERATURA DE LOS PUEBLOS DE ASIA
MENOR
RECUERDA
LO QUE SABES
¿A qué se
refiere la expresión “Asia Menor”?
¿Dónde se
ubicó Mesopotamia?
¿Qué es el Código de Hammurabi y cuál es su
trascendencia?
¿Por qué la
egipcia es considerada una de las antiguas civilizaciones más importantes?
Explica
brevemente la historia antigua del pueblo hebreo.
Mesopotamia
La región
mesopotámica (hoy Irak y Siria) era una de las mejor comunicadas de su época,
gracias a la cercanía de los ríos Tigris y Éufrates; ello había impulsado a los
sumerios a dedicarse al comercio, de ahí la importancia que poseían como
civilización. Prácticamente los vestigios más antiguos de la escritura primaria
(cuneiforme) fueron encontrados en esa zona, que data alrededor de 3000 años a.
C., plasmada en tablillas de barro. De hecho, el código legal (social y
administrativo) más antiguo conocido por el hombre es el emitido por Hammurabi,
encontrado en ese lugar.
Pero no
solamente ese código se constituye como una de las más arcaicas pruebas de la
expresión escrita, sino que se le añade un limitado número de textos
literarios, que básicamente giran en torno a la creación del hombre por una
divinidad poderosa; en esta concepción aparecen elementos que habrían de
rescatarse posteriormente por otras culturas para explicar el origen el mundo y
el hombre. Los textos mencionados se encontraron en las ruinas de una
biblioteca en Nínive, en el palacio de Asurbanipal.[13]
Destacan
aquí tres obras: Poema de la creación,
Poema de Ishtar y Epopeya
de Gilgamesh. Probablemente más antiguos que estos textos son los
proverbios (literatura didáctica, con alrededor de 4000 años de antigüedad).
Veamos algunos ejemplos:
«Si
muere un hombre pobre, no trates de volverlo a la vida. Cuando tiene pan, le
falta la sal. Cuando tiene sal, le falta el pan. Cuando tiene carne, le falta
el condimento. Cuando tiene condimento, le falta la carne» […]
«En
boca abierta, entran moscas» […]
«Quien
tiene mucho dinero puede ser feliz. Quien tiene mucho grano puede estar
contento. Pero quien nada tiene puede dormir».[14]
Seguramente
has reconocido algunas ideas contemporáneas en estos proverbios, ello obedece a
que “«los seres humanos tenemos un universo común, independientemente de la
época», dice Juan-Luis Montero Fenollós, el único español que trabaja sobre el
terreno en la antigua Mesopotamia.”[15]
Actividad
Lee
nuevamente los proverbios arriba citados; relaciona cada uno de ellos con un
refrán moderno.
El
Poema de la creación
El Poema de la creación se compone de siete
tablillas que datan del siglo VII a. C., si bien se considera que es una nueva
versión de textos más antiguos, desaparecidos. Aquí el elemento principal es el
agua: de la mezcla del agua salada (Tiamat) y la dulce (Apsu) se originan los
demás seres, incluyendo a los dioses; el personaje principal es Marduk, que con
la ayuda de los vientos vence a Tiamat y organiza el Universo; después de la
victoria, forma la tierra con barro y cañas[16];
luego amasa con su sangre el cuerpo del
primer hombre, hecho a su imagen.[17]
Presentamos en seguida un fragmento del Poema
de la creación (tablilla IV), en el que se expresa la derrota de Tiamat:
Marchan al
combate, se aproximan para la batalla.
El Señor
tendió su red y la aprisionó en sus mallas,
soltó el
viento malo que se encontraba a su espalda,
y ella,
Tiamat, abrió la boca, la abrió tan ampliamente como le
[fue
posible.
Entonces,
el Señor hizo penetrar el viento malo de forma que no pudiera cerrar los
labios:
Los
terribles vientos llenaban su vientre.
Sobrecogióse
su corazón. Su grande boca seguía abierta;
lanzó él
una flecha, que penetró su vientre;
rasgó luego
su interior, hendió su corazón,
redújola a
la impotencia, y aniquiló su vida.
Comentario
Esta
composición se trata de un poema épico, caracterizado por narrar las hazañas de
grandes personajes; contiene detenidas descripciones; el protagonista es un ser
idealizado en extremo que se enfrenta al antagonista; ocasionalmente
intervienen elementos sobrenaturales o religiosos. Se propone destacar
sentimientos colectivos, patrióticos y religiosos.[19]
La
epopeya de Gilgamesh
Igualmente
es un poema épico La epopeya de Gilgamesh,
el texto literario emblemático de la literatura mesopotámica; se trata de doce
tablillas que refieren la historia del legendario rey de Uruk, Gilgamesh, que
emprende la búsqueda de la inmortalidad; incluye una narración del diluvio, del
que sobreviven Utnapishtim y su familia gracias a un arca (como ocurrirá con el
Noé bíblico). En este poema se distinguen dos etapas:
Primera etapa
1. Gilgamesh
se presenta como el tirano de Uruk.
2. Los dioses envían a Enkidu para que se enfrente a
Gilgamesh.
3. Enkidu, creado de arcilla y con apariencia casi
animal, se vuelve humano, aunque es salvaje en su comportamiento.
4. Enkidu y
Gilgamesh se enfrentan; de ahí nace una amistad.
5. Ambos héroes asumen la misión de acabar con el mal.
6. La diosa Ishtar trata de seducir a Gilgamesh, pero
éste la rechaza.
7. Enfermedad y muerte de Enkidu.
Segunda etapa
1. Gilgamesh inicia una travesía en busca de la
inmortalidad.
2. Encuentro de Gilgamesh con Utnapishtim, superviviente del diluvio.
3. Gilgamesh encuentra la inmortalidad, pero luego la
pierde.
4. Gilgamesh vuelve a Uruk y acepta su mortalidad;
asume que la eternidad es sólo para dioses.
Comentario
La primera
parte de la epopeya (centrada en el dúo Gilgamesh-Enkidu) gira en torno al
contraste y la lucha permanente entre el bien y el mal, mientras que la segunda
(con el protagonismo casi único de Gilgamesh) se centra en la búsqueda de la
inmortalidad y del sentido de la vida humana.[20]
Presentamos
un fragmento de esta obra.
Gilgamesh
huye del palacio ante
la
muerte de Enkidu; la gente que
lo
ve lo interroga.
¿Por qué tu
fuerza ha quedado en nada? ¿Por qué vas con la cara
[baja?
Tu corazón está
enfermo, tus facciones son cadavéricas,
Y la
melancolía te come las entrañas;
Luto y
tristeza consumen tu rostro.[…]
¿Por qué no
he de huir a través del campo?
Mi amigo
Enkidu, mi hermano, pantera del desierto,
Mi amigo
que mató leones conmigo,
Mi amigo
que afrontó peligros conmigo,
Su destino
lo tomó para sí;
Seis días y
seis noches lo lloré,
Después, la
muerte me dio miedo y huí a través del campo.
Mi amigo
querido no se distingue ya del fango.
Actividad
Revisa las
figuras literarias expuestas anteriormente; señala en el fragmento previo las
que localices (por lo menos cinco).
Comentario
Si bien los
textos literarios mesopotámicos que han llegado a nuestros días son escasos, es
posible establecer características generales:
a) Los
textos literarios se dividen en dos: épicos y didácticos.
b) Los textos
épicos contienen la cosmovisión mesopotámica.
c) En estos
textos se hace referencia a los orígenes del universo, del mundo y del hombre.
d) Existe
una estrecha relación entre los hombres y los dioses.
e) Se
presentan elementos maravillosos o sobrenaturales (generalmente provocados por
las divinidades).
f) El tema
recurrente es la lucha entre el bien y el mal.
Egipto
Egipto se
ubicó en las riberas del Nilo, en lo que hoy es el conteniente africano. La
egipcia es quizá la civilización más avanzada de su época; poseía grandes
conocimientos sobre la astronomía, la medicina, las matemáticas, la
arquitectura, entre otros. El arte, por supuesto, no era la excepción. Así como
los sumerios utilizaban tablillas de barro para plasmar su escritura
cuneiforme, los egipcios empleaban papiros para registrar su escritura
jeroglífica (derivada de un sistema de representación pictórica previa).
La antigua
literatura egipcia arranca aproximadamente en el 2700 a. C. y se ha conservado
en inscripciones y en papiros. Los textos egipcios que hoy conocemos son de muy
diversa índole; los hay jurídicos, privados, científicos y, por supuesto,
literarios; éstos incluyen los religiosos y los didácticos.
a) Imperio
Antiguo (2300 a 2256 a. C)
Incluye las
inscripciones aparecidas en el interior de las pirámides de los últimos
faraones de este período; la mayoría son himnos religiosos y rituales de
ofrendas religiosas. Destaca Máximas de
Ptahotep, “obra conocida como el libro más viejo del mundo”,[23]
integrada por aforismos y consejos; similar es Instrucción a Merikere, que proporciona información sobre la vida
religiosa, política y social de aquel tiempo.
b) Primer
período intermedio (2255-2035 a. C.)
Son los
textos de las pirámides complementados con sortilegios nuevos, pintados en
ataúdes, por lo que se les ha llamado textos de los sarcófagos. A este ciclo se
atribuyen varias lamentaciones como Diálogo del misántropo con su alma, Canto del arpista.
c) Imperio
Medio (2100 a 1600 a. C.)
En esta
etapa se produce un auge en la literatura egipcia, los géneros más característicos
de esta fase son:
1. Los
textos de sarcófagos que incluían oraciones y determinados sortilegios y
hechizos de carácter mágico-religioso.
2. Literatura
religiosa, compuesta por himnos al faraón y a diversas divinidades.
3. Textos autobiográficos y de carácter épico, en los
que se relatan determinadas hazañas de personajes históricos.
4. Textos de instrucción, escritos en nombre del
faraón gobernante que narra a su sucesor determinados hechos que sucedieron en
su reinado.
5. Textos satíricos, tipo al que pertenece La
Sátira de los Oficios, que subraya los aspectos negativos de todas las
posibles ocupaciones en contraste con la vida fácil del escriba.
6. Textos narrativos de ficción, género muy desarrollado
en este período. Entre la narrativa que es compuesta durante el Imperio Medio
destacan: Aventuras de Sinuhé, que cuenta la historia de un oficial de
palacio que huyó a Siria a la muerte del faraón Amenemhet I convirtiéndose en
un hombre rico e importante; El relato del campesino elocuente, un
hombre que hacía ruegos tan floridos para que le devolvieran sus asnos robados
que fue encarcelado durante un tiempo para que los funcionarios pudieran
disfrutar de sus discursos; Historia del náufrago, que narra un
encuentro fabuloso con una serpiente gigantesca en una isla exuberante; El viaje de Unamón (se discute su
carácter histórico o ficcional) relata las peripecias del personaje en Siria,
adonde es enviado para adquirir madera con la que se elaborará la barca sagrada
de Amón.
d) Imperio
Nuevo (1600 a 1000 a. C.)
Empieza a
utilizarse el papiro, sobre todo en el caso de los textos funerarios o de
sarcófago. Destaca El libro de los muertos, una amplia colección de
textos funerarios de varias épocas; contiene fórmulas mágicas, himnos y
oraciones que, según los antiguos egipcios, guiaban y protegían el alma (Ka)
durante su viaje a la región de los muertos (Amenti). Este texto
explicaba al alma cómo protegerse de los demonios que intentaban impedirle su ascenso
y cómo pasar las pruebas establecidas por 42 jueces en la antesala de Osiris,
dios de los muertos; también se incluye Los
dos hermanos, que contiene
abundantes elementos de magia y encantamientos; al mismo tiempo, se producen
importantes himnos a las divinidades.
e) Último
período (1000 a 300 a. C.)
Existen
ejemplos de las diversas formas literarias egipcias de los siglos siguientes,
dentro de la era grecorromana: incluyen nuevas composiciones religiosas,
relatos históricos privados y reales, instrucciones. Se producen Las
enseñanzas de Anjsesongy, una colección de máximas prácticas, y Las
enseñanzas del papiro insinger, que retrata a la persona sabia como moral y
piadosa. En esta fase se escribieron también historias sobre las aventuras de
varios magos, textos proféticos y mágicos.
En seguida
presentamos Canto del arpista, esculpido
en la sala de la tumba del rey Antef; establece, primero, el dolor por la
pérdida de los muertos que nunca volverán y, después, el gozo de vivir y
disfrutar aún.
Canto del arpista
Ninguno de
ellos regresa de donde están.
¿Quién
puede decirnos su aspecto y su estado,
quién puede
describirnos sus moradas,
quién puede
dar consuelo a nuestros corazones
sirviéndonos
de guía hacia los lugares
para donde
partieron?
Consuela tu
corazón,
haz que
olvide estas cosas;
no te queda
nada mejor que seguir
sus deseos
mientras estés vivo.
Unge tu
cabeza con aromados ungüentos,
ponte
vestidos de seda
impregnados
de perfumes preciosos,
verdaderas
obras de los dioses.
Goza más de
cuanto has gozado hasta ahora,
no hagas
sufrir tu corazón por falta de placeres.
Piénsalo a
nadie le es permitido
llevar
consigo sus bienes.
Piénsalo,
jamás ninguno de los que partieron
ha podido
regresar.
Comentario
Considera
que los temas más relevantes de esta composición tienen que ver con el inmenso
contraste que existe entre la vida y la muerte. Por eso hay una exhortación del
poeta para gozar lo que la vida nos ofrece, debido a que cuando estemos muertos
ya no lo podremos hacer. Una dolorosa reflexión cierra el poema cuando se alude
a la imposibilidad del regreso después de la muerte.
Actividad
1. Dado que
se trata de un texto lírico, localiza las figuras retóricas contenidas en Canto del arpista; después, explica por
qué se dice que expresa el dolor por la muerte y el gozo por la vida (de ser
necesario, cita partes del texto).
2. Redacta
breves comentarios sobre los siguientes temas inspirados en el fragmento
anterior:
A. La fugacidad de la vida y los placeres.
B. El reino de la muerte y sus misterios.
C. Lleva a cabo reflexiones personales
sobre los dos temas anteriores y compártelas con tus compañeros.
3. Busca en Internet “literatura egipcia” y
escoge de la información que encuentres un pasaje —no mayor de una cuartilla—
que hable de alguna manifestación de esta literatura que no esté considerada en
este libro. Cópialo en tu cuaderno y coteja con tus compañeros que información
han encontrado ellos.
Otro
ejemplo de literatura egipcia es el siguiente himno:
Himno a Atón
Hermosamente
te elevas en el horizonte del Cielo, oh Atón viviente,
Señor de la
eternidad.
Resplandeces
en oriente, llenas con tu belleza la tierra.
Eres
hermoso, grande, brillante; te elevas sobre todos los países.
Tus rayos
abarcan la tierra hasta los confines de tu creación.
Eres Ra,
que sometes a todos los pueblos a través de tu hijo amado.
Estás por
encima de las miradas de los hombres y no se conocen tus venidas.
Cuando
reposas en occidente, sobre el horizonte.
La tierra
permanece en una sombra, que semeja la de la muerte;
Duérmese
bien cubierto en la recámara, sin que un ojo vea a otro ojo.
Podríanse
robar sus bienes a los que están dormidos.
Sin que
ellos se dieran cuenta, aunque los tenga bajo su cabeza.
El que ha
hecho a los seres reposa en su horizonte.
A la aurora
resplandece en el horizonte y lo ilumina todo
Durante el
día expulsas a la noche, cuando derramas tus rayos.
Los Dos
Países se despiertan de fiesta y se ponen en pie los hombres.
Trabaja la
tierra entera; todo rebaño se siente contento con su alimento.
Está
abierto todo camino, porque tú has aparecido.
Saltan los
peces en el río delante de tu faz; tus rayos van hasta el fondo del mar.
¡Cuán
numerosas son tus obras, misteriosas a nuestros ojos!
Dios único,
a nadie semejante, tú has creado la tierras según tu corazón,
Cuanto
estado solo: los hombres, los animales domésticos y los salvajes,
Todo lo que
existe sobre la Tierra y camina por tus pies.
Todo lo que
está en el cielo y vuela por sus alas...
Tus rayos
alimentan los campos; resplandecen y viven.
Has creado
las estaciones para mantener vivo todo cuanto has creado.
Has hecho
el cielo lejano para allí resplandecer y contemplar lo creado…
Los seres
de la tierra fórmanse bajo tu mano tú los has querido.
Tú, sólo tú
eres la duración de la vida. Se vive de ti.
Resplandeces
y viven, te acuestas y mueren.
Fijos están
los ojos en tu hermosura hasta que te pones
Y toda
labor termina cuando desapareces por occidente…
Comentario
En el texto
anterior prevalecen los elementos religiosos y el lenguaje se caracteriza por
ser particularmente hiperbólico. El poeta se siente dominado por la fe en ese
dios.
Actividad
1. Nuevamente,
localiza las figuras retóricas en el texto anterior. Ahora que lo has leído
atentamente, ¿qué divinidad crees que es Atón? ¿A qué elemento pertenece? ¿En
qué te basas para suponerlo? (Menciona algunas citas).
2. Busca en el diccionario el significado de los
términos: panegírico, exaltación, laudatoria, hipérbole.
3. Redacta un canto de amor a un ideal que tú
poseas, a una causa, a algo que haga que la vida sea más hermosa para ti.
Comentario
De manera
general, las características de la literatura egipcia son:
a) Reflejan
la profunda religiosidad de los egipcios, particularmente con la invocación o
alusión a los dioses.
b) El tema
de la vida y la muerte es recurrente.
c) Tienen
gran importancia la idea de divinidad y la noción del Más Allá.
d) En
prácticamente todos los textos literarios (independientemente de la temática
central o características peculiares) suele estar presente lo sagrado.
Pueblo hebreo
El pueblo
hebreo, a pesar de que no contó con gran densidad poblacional, ni con
consolidados territorios durante mucho tiempo, sí posee una historia muy
agitada, quizá más que otros. La literatura hebrea se desarrolló básicamente en
Palestina, pero debido a la dinámica de los hebreos no puede circunscribirse
únicamente a este territorio, particularmente si se considera que este pueblo
se mantuvo errante durante mucho tiempo.
La
literatura hebrea gira en torno a la Biblia; este término proviene del griego biblión (colección de libros). La Biblia
contiene los orígenes de tres de las principales religiones del mundo: judaísmo,
cristianismo e islamismo. Se compone de 72 libros, agrupados en dos partes: el
Antiguo y el Nuevo Testamento.
El Antiguo
Testamento agrupa los libros previos a la llegada de Jesucristo; contiene la
historia del pueblo hebreo y su alianza con Yavé. La mayoría de los 45 libros
que componen el A. T. fueron escritos en hebreo (entre los siglos XV y II a.
C.), y se clasifican en:
a)
Históricos. Se incluye el Pentateuco (los
primeros cinco libros: Génesis, Éxodo,
Levítico, Números y Deuteronomio),
concebido como la ley (Tora) para los
judíos. Agrupa también Josué, Jueces,
Rut, Reyes (cuatro libros), Paralipómenos
(dos libros), Esdras, Nehemías,
Tobías, Judith, Ester y Macabeos
(dos libros). De modo general, incluyen la relación de los hechos vividos por
los hebreos (incluyendo la creación del mundo y el hombre), así como sus
genealogías y leyes.
b)
Proféticos. Dada la estrecha vinculación entre el pueblo hebreo y las nociones
religiosas encarnadas en la espera del Mesías, resultó indispensable la existencia
de los profetas, cuya misión era precisamente preparar y anunciar al pueblo la
llegada de El Salvador; es una suerte de mediador entre Dios y los hombres. Suele
dividirse a los profetas en dos categorías, en función de la extensión de sus
vaticinios: mayores y menores. Los mayores son Isaías, Jeremías, Ezequiel y
Daniel; los menores son Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum,
Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías. De ellos es la autoría de los 17
libros proféticos del A. T.
c) Poéticos
y sapienciales. Hasta ahora no ha podido comprenderse por completo la
naturaleza del verso hebreo; sin embargo, existen ciertos libros cuya forma se
acerca más a lo poético que otros: Salmos,
Cantar de los cantares, Job, Proverbios,
Eclesiastés, Sabiduría y Eclesiástico.
Tanto Job como Cantar de los cantares son considerados poemas dramáticos, cuya
forma literaria posee un valor artístico importante. Sin embargo, Salmos es el libro que constituye la más
alta expresión de la poesía religiosa. Proverbios,
Eclesiastés, Sabiduría y Eclesiástico son
los libros sapienciales, con tintes didácticos y filosófico-morales.
El Nuevo
Testamento se integra por 27 libros, que arrancan con la llegada de Cristo (de
ahí que sean los primeros textos cristianos); fueron escritos en griego,
excepto el Evangelio de Mateo (su
primera versión fue en arameo); se agrupan en históricos, didácticos y uno
profético.
a)
Históricos. Incluye los cuatro Evangelios
(Mateo, Marcos, Lucas y Juan) y Hechos
de los apóstoles.
b)
Didácticos. Agrupa 21 epístolas: dos de Pedro, tres de Juan, una de Santiago,
una de Judas y catorce de Pablo; su función era propagar el cristianismo;
comparten una estructura similar: saludo inicial, introducción a modo de
alabanza o acción de gracias, exposición doctrinal, exhortación y saludos o
recomendaciones particulares.[24]
c)
Profético. Es Apocalipsis (o Revelaciones) del apóstol Juan; con
forma literaria inspirada en el A.T., contiene numerosas alegorías que aluden a
la segunda venida del Mesías, esta vez, para el fin de los tiempos, de ahí que
ahora el término apocalíptico aluda a
un género profético desligado del presente pero que hace referencia al futuro.
Carácterísticas de la literatura hebrea
De modo
general, las características de la literatura hebrea son:
a) Profunda
asociación del hombre con Dios.
b) Temática
extensa (abarca no sólo lo religioso, sino lo histórico, lo político, lo moral,
lo filosófico, lo económico, lo jurídico, etcétera).
c) Uso
persistente de figuras literarias (particularmente alegorías, repeticiones,
metáforas, etcétera) y parábolas.
d) Profusas
descripciones, especialmente cuando se trata de ejemplificar un castigo o una
recompensa (en el primer caso, el dramatismo es exacerbado).
e) Presencia
escasa de diálogos; cuando los hay, son simples y directos.
f) Incidencia
de elementos sobrenaturales (realizados por Dios) en hechos terrenos.
g).
Periodicidad del texto que consiste en la división métrica de lo escrito en
períodos, frases o cláusulas, no siempre de igual extensión, y que a su vez se
subdividen en miembros o líneas poéticas, es decir, los incisos en que se
divide la frase.
h) El
paralelismo es el procedimiento literario que más resalta en la poesía bíblica.
Consiste en la correspondencia esencial que, en cuanto a las ideas, mantienen
entre sí los miembros que integran un período sintáctico. Por ejemplo:
“Líbrame de
mis enemigos, ¡Dios mío!
Defiéndeme
de los que se alzan contra mí.
Líbrame de
los que obran la iniquidad,
Sálvame de
los hombres sanguinarios.”[25] He aquí un
ejemplo de paralelismo sinonímico, es decir, las ideas que se enlistan además
de estar ordenadas en forma paralela, son sinónimas. Existe también el
paralelismo antitético cuando las nociones trabajadas son opuestas, y sintético
en donde se establece una relación o correspondencia más amplia que la de
semejanza u oposición.
i).
Elocución poética. La poesía hebrea se distingue de la prosa por una elocución
que le es propia: pomposa, vivaz, hiperbólica en las expresiones, rebuscada y
cuidadosamente trabajada en sus giros.
j). El estilo se divide en sentencioso, figurado y
sublime
Sentencioso: Tiene un carácter didáctico y
se recurre a preceptos graves, concisos y rápidos que quitan toda lentitud al
discurso.
Figurado: Emplean numerosas imágenes
poéticas o figuras retóricas que dan mayor belleza a la expresión de las ideas.
Sublime: Los poetas hebreos cantan la
inmensidad, la magnificencia, el poder y la sabiduría infinita de Yavé; y
aunque el poeta utilice a veces imágenes muy comunes alcanza lo sublime en las
ideas.
La
trascendencia de la literatura hebrea no se limita a la influencia religiosa
que implica; numerosos tópicos bíblicos han sido tema de otras obras literarias
e, incluso, de muchas otras obras de arte.
LO
QUE HAS APRENDIDO
1. En un
mapa, señala con verde la región mesopotámica, con rojo la región egipcia y con
amarillo el pueblo hebreo, en los momentos históricos que aquí han sido
referidos.
2. Elabora
un mapa conceptual en el que expreses las características de la literatura
mesopotámica.
3. Realiza
un cuadro sinóptico relativo a la literatura egipcia; deberá incluir por lo
menos períodos y obras literarias, así como cualquier otro elemento que
consideres necesario.
4. Desarrolla
un esquema en el que expreses la conformación de la Biblia.
LITERATURA DEL PUEBLO ÁRABE
RECUERDA
LO QUE SABES
¿Qué es el
Islam?
¿Conoces
algo sobre el Corán?
¿Qué región
actual es considerada árabe?
Comentario
Así como la
literatura hebrea tiene como figura central la Biblia, puede decirse que la literatura
árabe comienza con el Corán (que significa "lectura" o
"proclamación"), que reúne la predicación de Mahoma y preceptos del
Islam; es el texto sagrado de los musulmanes; consta de ciento catorce capítulos.
De este
texto sagrado se distingue la poesía, distribuida en dos vertientes: en una
predominan los temas amorosos, con un tono generalmente ligero y desenvuelto,
incluso desvergonzado; en la otra vertiente se cuidan más, tanto la forma como
los temas.
Quizá el
género en que más sobresalieron los árabes es en el narrativo; son abundantes
los relatos breves, en ocasiones con intención moralizadora; los cuentos suelen
estar relacionados con los relatos de otras culturas. La obra característica de
esta época es la Manama , serie de cuentos cortos sobre un mismo
protagonista; sin embargo, Las mil y una
noches es el texto más conocido de este pueblo; está conformado por
diversos relatos procedentes de la
India , Persia, y otros países islámicos, enmarcados en una
historia mayor (la de Scherezada y el rey). La trascendencia de esta obra árabe
persiste hasta nuestros días, no sólo por su difusión, sino porque los relatos
son conocidos individualmente, convirtiéndose muchos de ellos en clásicos
infantiles.
Veamos un texto:
Las mil y una noches (fragmento 1).
Estos actos de barbarie sembraron la consternación en todo el reino y,
en vez de las alabanzas y bendiciones que hasta entonces habían tributado al
sultán, todos los vasallos le maldecían y le deseaban la muerte. El gran visir
que, contra su voluntad, era ministro de esa cruel injusticia, tenía dos hijas.
La mayor se llamaba Scherezada y Diznarda la más joven. Ésta, no menos bella
que su hermana, no poseía, sin embargo, el valor superior a su sexo y el
ingenio y la perspicacia de que aquélla estaba dotada. Scherezada había leído
mucho y poseía una memoria prodigiosa. Había estudiado filosofía, medicina,
historia y bellas artes y componía versos mucho mejor que los más célebres
poetas de su tiempo. Además, su belleza era perfecta y su corazón sólo
albergaba los sentimientos más nobles y generosos. El visir amaba
entrañablemente a esta hija, que era, en verdad, digna de su amor.
Un día en que ambos se hallaban reunidos, Scherezada dijo al visir:
—
Padre mío, quiero pediros
una gracia.
—
Que yo te concederé
gustosísimo, si, como espero, es razonable.
—
He ideado un plan —repuso la
joven— para poner coto a las barbaridades que comete el sultán con las hijas de
familia.
—
Digna de alabanza es tu
intención —contestó el visir—, pero me parece que no tiene cura lo que tú
piensas reparar.
—
Padre mío – replicó
Scherezada-, puesto que sois vos el que cada noche habéis de procurar una nueva
esposa al sultán, os ruego que le propongáis que me conceda ese honor.
—
¡Ah! —exclamó el visir, aterrado—,
¿has perdido el juicio, hija mía? ¿Cómo te atreves a hacerme semejante juego?
¿Sabes a lo que te expone tu indiscreto celo?
—
Sí, padre mío —contestó Scherezada—, sé a qué peligro me
expongo. Si perezco, mi muerte será gloriosa, pero si logro llevar a cabo mi
empresa, hará a mi patria un servicio inmenso.
—
No, no —replicó el visir—.
Es inútil que insistas, pues no puedo acceder a lo que me pides.
—
Concedédmelo, padre mío,
será la última gracia que os pida.
—
Tu obstinación —repuso el
visir— hará que me enoje. ¿Por qué te empeñas en ir al encuentro de una muerte
segura? El que no prevé el fin de una empresa peligrosa, no puede realizarla
como es debido. Cuidado no te suceda lo que al asno, que estaba bien y no supo
contentarse con su suerte.[26]
Comentario
En el ágil relato que acabas de leer el narrador
presenta a dos jóvenes mujeres, hijas del visir; una de ellas le pide que le
permita ser la esposa siguiente del sultán porque ella ha ideado la forma de
vencer los temores del poderoso rey. El sultán había decidido casarse cada
noche con una nueva doncella a quien irremediablemente asesinaba al amanecer
del nuevo día; lo hacía para vengarse de una mujer que lo había traicionado.
Scherezada se encargará de contarle historias interminables y atractivas hasta
el extremo de captar la atención del monarca y conseguir de él —después de
mucho tiempo— su perdón y el matrimonio definitivo.
Veamos también un ejemplo de esos relatos:
Historia de Simbad, el marino
En el reinado del mismo califa de quien acabo de hablar –dijo
Scherezada- vivía en Bagdad un pobre mandadero que se llamaba Himbad. Fatigado
un día de gran calor con el peso de su carga, se paró en una calle estrecha
donde reinaba un fresco agradable y perfumado que convidaba a tomar algunos
momentos de descanso. Se sentó junto a un gran edificio, en el que se celebraba
sin duda algún festín, a juzgar por los instrumentos músicos que se oían en
unión de ese ruido especial que produce siempre la alegría de los convidados.
Quiso el buen mandadero averiguar lo que hubiese, y dirigiéndose a uno de los
criados que estaban en el pórtico le preguntó el nombre del dueño de la casa:
—
¿Es posible —exclamó el
criado— que vos, vecino de Bagdad, ignoréis que vive en este palacio el célebre
Simbad el marino, ese famoso viajero que ha recorrido todos los mares que
alumbra el sol?
El mandadero había oído, en efecto, hablar de la opulencia del señor
Simbad, y no pudo prescindir de comparar las riquezas y el bienestar de éste
con la miseria a que él se veía reducido y los afanes que le costaba el
mantener a su numerosa familia. Nuestro hombre, entregado a un acceso de
desesperación, vio salir del palacio a un criado que le dijo:
—
Seguidme. Mi amo, el señor
Simbad, quiere hablaros al momento. —Y condujo al asombrado Himbad a una gran
sala donde estaban varias personas alrededor de la mesa del banquete, compuesto
de exquisitos manjares.
Veíase en el sitio de honor a un hombre grave, de aspecto respetable y
de larga barba blanca. Era Simbad el marino, que, al notar la turbación natural
del mandadero, se acercó a él, le sirvió de comer y de beber con el mayor
agrado, tratándole de hermano, según la costumbre de los árabes. Concluida la
comida, dijo Simbad al mandadero que había escuchado sus exclamaciones desde la
ventana, y que iba a sacarle del error en que se encontraba, al creer, sin
duda, que había adquirido sus riquezas sin trabajos ni penalidades de ninguna
especie.
—
Sí, señores —continuó Simbad
dirigiéndose a los convidados, después que el pobre mandadero murmurase algunas
palabras de excusa—, he sufrido mucho durante una larga serie de años, y los
peligros de mis aventuras en los siete viajes que he hecho exceden a cuanto
pueda concebir la imaginación. Voy a relataros mi historia para que sirva de
recreo y de enseñanza al hermano Himbad, que hace poco se lamentaba de su
triste suerte.[27]
Actividades
1. Lectura complementaria. Lee con atención en Las mil y una noches el relato de por lo
menos dos de los siete viajes que lleva a cabo Simbad, el marino.
2. Redacta un resumen en una cuartilla de uno de
esos viajes.
3. Comenta por escrito uno de
esos viajes observando en él los personajes que participan y los elementos
fantasiosos a los cuales el narrador recurre.
Características de la
literatura árabe
La
literatura árabe se caracteriza por:
a) Tres
formas literarias: la sagrada, la narración y la poesía.
b) En la
narración sobresalen los cuentos o relatos breves.
c) En estos
relatos, existe un lenguaje ceremonioso que refiere las costumbres de la época.
d) La
intervención de seres fantásticos (como genios o hechiceros) es recurrente.
e) La
temática suele versar sobre la debilidad humana y el castigo que ello amerita.
f) Con
frecuencia está presente la divinidad, por lo menos en la invocación de algún
personaje.
LO
QUE HAS APRENDIDO
Explica
cómo está estructurado el texto Las mil y
una noches; utiliza dibujos.
Elabora un
mapa conceptual en el que plasmes algunas características de la literatura
árabe.
LITERATURA CHINA
RECUERDA
LO QUE SABES
Panorama cultural
Literatura
LO QUE HAS
APRENDIDO
LITERATURA HINDÚ
RECUERDA LO
QUE SABES
Panorama cultural
Literatura
Las más
antiguas manifestaciones escritas en alguna lengua de la India son las
compuestas en sánscrita; si bien existieron textos en otras lenguas, éstos no
se pusieron por escrito sino hasta nuestra era.
En la
literatura sánscrita se establecen dos períodos:
a) Período
védico (1500-200 a. C.)
Predomina
el contenido religioso; aglutina algunas de las obras que sientan las bases del
hinduismo, entre las que destacan los Libros védicos, formado por cuatro
libros de sentencias e himnos religiosos compuestos a lo largo de varios
siglos: el Sama-Veda o Veda de las
melodías (destinadas a ser cantadas), el Rig-Veda
(de donde se toman las estrofas del libro predio), el Yajur-Veda o Veda de las fórmulas de los sacrificios (con dos
versiones: texto “blanco”, que contiene las fórmulas, y texto “negro”, que
incluye fórmulas y los respectivos comentarios en prosa), y el Atharva Veda, que incluye textos
heterogéneos, con el predominio de plegarias mágicas.
Alrededor
de estos libros surgen otras obras que se encargan de interpretarlos o
explicarlos; por ejemplo los Brahmanas
contienen descripciones de ritos, explicaciones lingüísticas, desarrollo de la
tradición y especulaciones filosóficas; los Upanishads
contienen la filosofía hindú.
b) Período
sánscrito clásico (200 a. C. a 1100 d. C.)
Las obras
de este período, en contraste al védico, son de contenido esencialmente profano
y pueden agruparse en tres géneros principales:
1. La
epopeya. A este género pertenecen dos de los principales textos de la
literatura sánscrita: Mahabharata (poema
narrativo compuesto en torno al 300 a. C., cuya autoría se atribuye a Vasa;
relata la lucha entre dos ramas —príncipes— de una misma familia por el control
de un reino) y Ramayana (poema
que comenzó a componerse, probablemente, durante el siglo III a. C.; atribuido
a Valmiki, narra las peripecias del príncipe Rama y su familia).
2. El
cuento. Abundan colecciones de relatos de temática y estructura variada;
algunos adoptan forma de fábula, otros de cuentos de hadas y otros tienen un
tono más realista, pero todas las colecciones cuentan con un hilo conductor que
unifica las distintas historias; la más influyente de estas colecciones es el Panchatantra
(setenta fábulas ordenadas en torno a cinco temas: la separación de los amigos,
la forma de entablar amistades, la batalla entre cuervos y búhos, la pérdida de
lo que se ha ido adquiriendo y los actos realizados sin reflexionar; el hilo
conductor es la educación de un joven príncipe).
FRAGMENTOS RAMAYANA-MAHABARATA Y ANÁLISIS
EL RAMAYANA
El Ramayana
es el más antiguo e importante poema épico de la literatura hindú. Narra las
hazañas de Rama, que es la encarnación del dios Vishnú. Escrito originalmente
en sánscrito, y atribuido a Valmiki, nos presenta lo divino y lo humano
entremezclado en una colorida descripción de héroes, semidioses, gigantes y
animales alucinantes. Además de resultar una aventura, aporta elementos que
ayudan a comprender la sensualidad, el misticismo y la emotividad de la
sensibilidad hindú, pueblo sobre el cual ha tenido gran ingerencia y en cuya
moral y costumbres ha influido considerablemente. (Valmiki;--:7)
RAMAYANA
Era una
vasta y extensa comarca: alegre, abundante en trigo y rebaños, junto a la
orilla del Sarayu, llamado también Kasala. Había allí una ciudad, célebre en
todo el universo, llamada Ayodya y fundada por Manú, el jefe del género humano.
Cuidad
bella y feliz, inexpugnable, provista de puertas bien distribuidas, con calles
grandes, amplias, entre las cuales se destaca la calle Real, donde el rocío del
agua destruía las volutas de polvo. Numerosos mercaderes frecuentaban sus
bazares y numerosos joyeros adornaban los escaparates. Casas enormes cubrían su
superficie, embellecida por sotos y jardines públicos. Fosos profundos e
infranqueables la circundaban. Arcos ornamentales coronaban sus puertas,
constantemente vigiladas por los arqueros.
Un rey
magnánimo, Dasarata, que añadía victoria tras victoria al imperio, gobernaba
por aquel tiempo la ciudad, como Amaravatila de los Inmortales.
Este
monarca, bien instruido en la justicia y para quien la justicia era el fin
supremo, carecía de un hijo que prolongase su descendencia, y su corazón se
consumía de dolor. Un día que pensaba en su desgracia ocurriósele: “¿Quién me
impide celebrar un asvameda para impetrar un hijo?”
Así, fue a
buscar a Vasista,y después de ofrecerle un homenaje de salutación, le dirigió
estas palabras:
-Es preciso
celebrar inmediatamente un sacrificio a manera de los que ordena el Sastra, tan
cuidadosamente que ninguno de los genios malos destructores pueda impedirlo.
Exijo de ti este sacrificio.
-Haré- dijo
el virtuoso- cuanto Tu Majestad desee.
Vasista
hizo llamar a Sumatra, el ministro, y le dijo:
-Invita a
los reyes de la tierra fieles a la justicia.
Transcurridos
algunos días y sus noches, llegaron en gran número los reyes llamados por
Dasarata, a quienes éste había enviado regios regalos. Entonces Vasista, con el
alma henchida de satisfacción, se presentó ante el monarca y se expresó así:
-Han
venido, ¡oh ilustre entre los ilustres!, todos los reyes, conforme a tus
deseos. Los he recibido y honrado a todos dignamente.
El rey
encantado por estas palabras, dijo:
-Que se
celebre hoy mismo el sacrificio, íntegramente, en todas sus partes, con todos
los ofrecimientos.
Los
sacerdotes, consumados maestros en la ciencia de interpretar las Santas
Escrituras, dieron de inmediato inicio a la primera de las ceremonias, la
ascensión del fuego, según los ritos del sutra del Kalpa. Las reglas de la
expiación también fueron observadas escrupulosamente, y se hicieron todas
aquellas libaciones exigidas por las circunstancias.
Kaosalya,
una de las esposas de Dasarata, describió un pradaksina alrededor del caballo a
ser sacrificado, le adoró con unción, derramó sobre él perfumes, guirnaldas y
flores. Después, la casta esposa, en compañía del advaryu, tocó a la víctima, y
pasó la noche con ella, para obtener el hijo objeto de sus deseos.
Inmediatamente,
el rituidje, después de degollar a la víctima y sacarle el tuétano de los
huesos, conforme a las reglas sagradas, lo esparció y derramo sobre el fuego,
invitando al sacrificio a cada uno de los Inmortales, con la fórmula
acostumbrada en las oraciones. Entonces, movido por el deseo inmenso de obtener
progenie, el rey Dasarata, unido en este acto fiel a su esposa, respiró el humo
de los tuétanos que el brasero consumía sobre el altar. Los oficiantes cortaron
en pedazos los miembros del caballo y ofrecieron en el mismo fuego a los
habitantes de los cielos la parte que les asigna el ritual. (Valmiki;--:9 y
10).
FRAGMENTO
DEL MAHABARATHA
Algunos
autores opinan que el Mahabrata no es propiamente un poema, sino toda una
literatura, ya que es tan vasto, que semeja, más bien, un muestrario de la
poesía bárdica; y que, a pesar de que se atribuye a Viasa, sabio mítico, no es
obra de un solo poeta, sino que tardó varios siglos en formarse e ir engrosando
por medio de digresiones y temas tangentes.
El núcleo
de la historia parece haber sido favorable originalmente a la familia de los
koravas. Sin embargo, sufrió paulatinamente un giro inverso, hasta que se logró
que la narración siguiera un curso favorable a los pandavas.
El poema
presenta, además de las secciones rimadas sin unidad métrica, largos fragmentos
en prosa, muchos de los cuales datan del siglo V a. de C. Aconteció que, desde
ese siglo, se difundió un tipo de literatura narrativa que dio por resultado el
surgimiento de las dos grandes epopeyas tradicionales, el Mahabarata y el
Ramayana. El más extenso es el que ahora nos ocupa, ya que consta de unos 215
mil versos. Es decir, que es unas ocho veces más extenso que la Ilíada y la Odisea juntas.(p.65)
EPISODIO DE
NALA
Y DAMAYANTI
(VANA-PARVA)
Hubo entre los Nishadenos un
rey
vigoroso, Nala, hijo de
Virasena. Era
gallardo, reunía las
cualidades que
más se desean, y era hábil
para ma-
nejar caballos: era un héroe
piadoso
que sabía el Veda; era
verídico, fuer-
te, y mandaba un numeroso
ejército;
era simpático para los
hombres y pa-
ra las mujeres; era
generoso; como
valiente guerrero, manejaba
perfec-
tamente el arco y parecía
que era el
mismo Manú, hecho visible en
la
Tierra; pero… era aficionado
al
juego de dados. (p.76)
LAS ABEJAS
Un príncipe, después de haber cazado en pleno
sol toda una mañana, fue a descansar a un bosque. Allí vio un enjambre de
abejas dedicadas al trabajo.
Quedó sorprendido de la industria maravillosa
de aquellos insectos: sus movimientos y la aplicación con que trabajaban, le
produjeron una admiración tan grande, que le inspiraron el deseo de preguntar a
su ministro cuál era el propósito que había movido a aquellos seres alados a
reunirse alrededor de un árbol, y a quién pertenecía aquel ejército numeroso.
El ministro respondió: Señor, esos animales,
a pesar de su pequeñez, son muy útiles por el provecho que puede obtenerse de
su trabajo admirable: son moscas de miel y no hacen daño a nadie. Su naturaleza
es notable y parecen animados del espíritu de Dios y dedicados a cumplir su
voluntad. Tienen un rey que se llama Jasub, más corpulento que ellas: bajo las
órdenes de éste, tiemblan como una hoja de sauce, y caen delante de él como las
hojas secas en otoño al soplo impetuoso del aquilón.
Ese rey tiene un consejero, varios ujieres,
lugartenientes, porteros y guardias. Sus favoritos y sus súbditos están dotados
de un espíritu maravilloso: ellos mismos construyen el palacio del rey, con
tanto arte, que sorprendería a Singar, si éste viese un edificio tan admirable
hecho por un pueblo de insectos.
Cuando está terminado el palacio, el rey
recibe de las moscas de miel un juramento, por el cual se comprometen a no
posarse nunca en ninguna basura. De las rosas, de los jacintos, de la albahaca,
extraen jugos delicados, de los cuales, en su estómago, se forma una substancia
admirable, que conocemos con el nombre de miel y que sirve para componer una
bebida muy útil para la salud.
Cuando las abejas regresan de hacer su
recolección, los porteros las examinan para comprobar con cuidado si vienen o
no limpias. Si observan que estan manchadas de basura, las matan en el acto con
su aguijón. Cuando, por negligencia, dejan pasar algunas impuras, el rey en
persona lo averigua, y , después de ordenar que se le presenten los culpables y
los porteros, condena a muerte a estos últimos y en seguida a las abejas, por
haber contravenido la disciplina del Estado.
Las historias cuentan que, imitando a las
abejas, el famoso emperador Gemschid fue el primero que estableció porteros,
ujieres y guardias en su cámara, y oficiales en su palacio, y que después de
él, los demás reyes supieron llevar a la perfección el buen orden que
actualmente se observa en sus respectivas cortes y en sus ejércitos.
El príncipe preguntó a su ministro : Me
sorprende que las abejas, aunque salvajes, no tengan animosidad las unas contra
las otras, que no se sirvan de su aguijón más que para tomar su alimento, y que
muestren tanta dulzura…
El ministro volvió a hacer uso de la
palabra: Esos animales, señor, no se gobiernan más que por un común instinto:
pero no sucede así con los hombres, ya que cada uno de éstos tiene diferente
condición natural. Como el hombre se compone de alma y de cuerpo, que son cosas
muy desemejantes, porque la una es sutil y la otra grosera, la una representa
la luz y la otra las tinieblas, constituye un ser elevado y al mismo tiempo un
ser vil y bajo, y cada uno de estos seres quiere sobreponerse al otro: de ahí
surgen las diferencias que entre ellos se observan. Por ese motivo se entregan
a la codicia, a la envidia, al odio, a las crueldades, a las imposturas y a
todas las pasiones desordenadas. (pp.159y160)
Varios autores. La India Literaria.
Porrúa. México, 1992.
LO QUE HAS
APRENDIDO
PARA
RECAPITULAR
[1] Guías
visuales océano. Mamíferos, Barcelona, Océano, 2004, p. 240.
[2] Diccionario
de la lengua española, 22a ed., Madrid, Espasa, 2001, p. 871.
[3] Juan José Arreola. Bestiario, México, Planeta/CONACULTA,
2002, col. Ronda de clásicos mexicanos, p. 30.
[4] Por ejemplo, Franz Kafka escribió a
su padre varias cartas que nunca pensó enviar (era sólo un medio para expresar
sus pensamientos y emociones) y que, incluso, pidió a un amigo que las destruyera
al morir el escritor. Afortunadamente, ese amigo no cumplió con la petición de
Kafka y hoy contamos con esas epístolas reunidas en Carta al padre.
[5] Cfr. Kurt
Spang. Géneros literarios, Madrid,
Síntesis, 1993, col. Teoría de la literatura y literatura comparada No. 14.
[6] Cfr.
María Moliner. Diccionario de uso del
español, tomo I, 2ª ed., Madrid, Gredos, 2002, p.1301.
[7] Pablo Neruda. “Soneto iii”, en Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Cien sonetos de amor,
Barcelona, Altaya, 1995, col. Biblioteca de premios Nobel No. 2, p. 117.
[8] Villiers de L’Isle-Adam. “El convidado
de las últimas fiestas”, en Cuentos
crueles, trad. Manuel Granell, Madrid, Espasa, 2003, col. Grandes clásicos
universales, pp. 100-101.
[9] Carlos Fuentes. Gringo viejo, Barcelona, RBA, 1993, col. Narrativa actual No. 8, p.
45.
[10] Isak Dinesen. Memorias de África, trad. Barbara McShane y Javier Alfaya,
Barcelona, RBA, 1993, col. Narrativa actual No. 11, p. 43.
[11] Horacio Quiroga. “El almohadón de plumas”,
en Cuentos de amor, de locura y de muerte,
México, EMU, 1995, pp. 62-65.
[12] Michael Ende. Jojo. Historia de un saltimbanqu, trad. Analis Gruber y flora
Casas, 3ª ed., Barcelona, Plaza & Janés, 1998, pp. 11-12.
[13] Francisco Montes de Oca. Literatura universal, 29 ed., México,
Porrúa, 1990, p. 13.
[14] José Luis Santos Fernández (ed.) Terrae
Antiqvae Revista de Arqueología e Historia Antigua online [en
línea], SMO Sistemas, España, 2005 <http://terraeantiqvae.blogia.com>
[Consultada el 16 de diciembre de 2005].
[15] Idem.
[16] Ello alude a la caracterización de la
región: islotes en medio de pantanos, cubiertos de cañaverales.
[17] Félix Guirand (dir.) Mitología general, trad. Pedro Pericay, Barcelona, Labor, 1965, pp.
62-63.
[18] Félix Guirand. Op
cit., pp. 64-65.
[19] Francisco Montes de Oca, Teoría y técnica de la literatura, 8ª
ed., México, Porrúa, 1983, p.148.
[20] José María González-Serna Sánchez.
“Literaturas mesopotámicas”, en Aula de
letras [en línea]
<http://www.auladeletras.net/> [Consultado el 17 de diciembre de 2005].
[21] “Epopeya de Gilgamesh” (fragmento), en Félix
Guirand. Op. cit., p. 90.
[22] José María González-Serna Sánchez.
“Literatura egipcia”, en Aula de letras
[en línea]
<http://www.auladeletras.net/> [Consultado el 17 de diciembre de 2005].
[23] Francisco Montes de Oca. Literatura universal, p. 12.
[25] Biblia. Madrid / Navarra,
San Pablo / Editorial Verbo Divino, 1999, Antiguo Testamento, Salmo 59, p.
1245.
Literatura
en el mundo antiguo
INTRODUCCIÓN A LA LITERATURA
Recuerda lo que sabes
¿Cómo
reconoces una obra literaria?
¿Cualquier
texto que encuentres en una biblioteca es una obra literaria?
¿Recuerdas
alguna clasificación de las obras literarias por su forma?
¿Qué es literatura?
Lee
atentamente los siguientes textos:
Texto 1.
Los más
corpulentos de todos los animales terrestres son los elefantes, pertenecientes
al orden proboscídeos, así llamados por su nariz prolongada en una larga trompa
o probóscide muscular, flexible y prensil, en cuyo extremo se abren los
orificios nasales. Sus extremidades poseen cinco dedos, sostenidos por una
especie de almohadilla elástica común; las pezuñas son anchas y planas. La piel
está casi desnuda y desprovista de glándulas sebáceas, razón por la cual el
baño periódico constituye una necesidad a la vez que un placer.
El nombre
de colmillos que suele darse a las defensas de los elefantes no es muy
apropiado, porque carecen de caninos; son en realidad incisivos, de los cuales
tienen sólo un par en la mandíbula superior. Las enormes defensas carecen de
raíz, crecen continuamente y están compuestas de dentina, o marfil, ya que el
esmalte, que sólo existe en la punta, se desgasta con rapidez y desaparece.[1]
Texto 2.
Elefante. […] Mamífero
del orden de los Proboscidios, el mayor de los animales terrestres que viven
ahora, pues llega a tres metros de alto y cinco de largo. Tiene el cuerpo de
color ceniciento oscuro, la cabeza pequeña, los ojos chicos, las orejas grandes
y colgantes, la nariz y el labio superior unidos y muy prolongados en forma de
trompa, que extiende y recoge a su arbitrio y le sirve de mano. Carece de
caninos y tiene dos dientes incisivos, vulgarmente llamados colmillos, macizos
y muy grandes.[2]
Texto 3.
Viene desde
el fondo de las edades y es el último modelo terrestre de maquinaria pesada,
envuelto en su funda de lona. Parece colosal, porque está construido con puras
células vivientes y dotado de inteligencia y memoria. Dentro de la acumulación
material de su cuerpo, los cinco sentidos funcionan como aparatos de precisión
y nada se les escapa. Aunque de pura vejez hereditaria son ahora calvos de
nacimiento, la congelación siberiana nos ha devuelto algunos ejemplares
lanudos. ¿Cuántos años hace que los elefantes perdieron el pelo? En vez de
calcular, vámonos todos al circo y juguemos a ser los nietos del elefante, ese
abuelo pueril que ahora se bambolea al compás de una polka…
No. Mejor
hablemos del marfil. Esa noble sustancia, dura y uniforme, que los paquidermos
empujan secretamente con todo el peso de su cuerpo, como una material expresión
de pensamiento. El marfil, que sale de la cabeza y que desarrolla en el vacío
dos curvas y despejadas estalactitas. En ellas, la paciente fantasía de los chinos
ha labrado todos los sueños formales del elefante.
Comentario
Como te
habrás dado cuenta, cada uno de estos textos hace referencia al elefante, sin
embargo, la manera en que se habla de él es diferente en cada caso. En el 1, se
proporciona una descripción de este animal a partir de características
anatómicas; en el texto 2, de manera similar, se define al elefante en función
de su físico; ambos pasajes (1 y 2) resultan similares; sin embargo, existen
importantes diferencias entre ellos y el tercero. Este último alude a diversas
características del elefante, pero emplea un estilo que difiere en mucho a los
anteriores: por ejemplo, para indicar la antigüedad de la especie dice “viene
desde el fondo de las edades.” El texto 3 es literario, los otros dos no lo
son.
Actividades
Lee nuevamente
los textos anteriores; detecta con qué palabras presenta cada uno de ellos
ciertas características del elefante y transcríbelas en el siguiente cuadro:
Característica
|
Texto 1
|
Texto 2
|
Texto 3
|
Tamaño
|
|||
Piel
|
|||
Colmillos
|
|||
Marfil
|
Con el
ejercicio previo te has percatado de que la utilización del lenguaje en un
texto literario es diferente a otros, como los escritos técnicos; el contenido de los textos anteriores es el
mismo (descripción de un elefante), pero la forma
en que se manifiesta cambia. En literatura, entonces, la diferencia del texto
radica en la forma.
Has
conocido ya qué es y qué no es literatura a través de la forma del lenguaje;
ahora, se trata de definirla.
Quizá en
alguna ocasión habrás escuchado este término aplicado al conjunto de textos
propios de una disciplina o una ciencia (por ejemplo, “literatura jurídica”);
algunas personas suelen considerar literatura todo material impreso de cierto
número de hojas, de tal forma que aquí engloban cualquier libro,
independientemente de su temática, la forma de utilización del lenguaje o, lo
que es más, su calidad. En ninguno de los casos anteriores se trata de
literatura.
La literatura
se concibe como una de las bellas artes, junto con la danza, la música, la
escultura, la pintura, la arquitectura y, recientemente incluido, el cine. Su
materia prima es el lenguaje, a través del cual encuentran expresión las ideas
del artista, manifiestas en la obra literaria.
Si bien el
autor de un texto de esta naturaleza no siempre tiene en mente un lector[4]
(es decir, un receptor de su creación), la obra literaria no se realiza
plenamente si no existe alguien que la lea, alguien que reciba el efecto
estético que transmite.
Definir literatura no es un trabajo fácil, y ha
sido tarea de numerosos pensadores y estudiosos desde los tiempos de
Aristóteles; por supuesto, aquí no te brindaremos una definición contundente,
sólo dejamos establecida una aproximación que tú, según tu experiencia y los
conocimientos que vayas adquiriendo, podrás complementar y enriquecer.
Literatura,
por lo tanto, es el arte de la expresión mediante la utilización del lenguaje,
con el objetivo de provocar un efecto estético en el lector.
La
literatura surge como producto de una necesidad humana por expresar sus
emociones, sus ideas, su forma de ver el mundo; por ello, se trata de un arte
ligado intrínsecamente con el hombre.
LO
QUE HAS APRENDIDO
En seguida
se presentan algunas oraciones que implican lectura; señala con una L si
consideras que alude a un hecho literario, de lo contrario anota NL.
a. Fui
a la biblioteca a consultar una enciclopedia. ( )
b. Debo
leer Gringo viejo, de Carlos Fuentes. (
)
c. “Beso:
Acción y efecto de besar” ( )
d.
Mi maestro comentó que era necesario estudiar toda la literatura referente a
este problema químico. ( )
e.
Leí Las mil y una noches el mes
pasado. ( )
f.
“¿Qué es, señora, un beso? Un juramento hecho de cerca; un subrayado de color
de rosa que al verbo amar añaden…” ( )
g.
“Hijo: tuve que salir. Dejé tu comida en la mesa. Cuídate. Mamá.” ( )
Ahora,
deberás registrar tu propio concepto de literatura; por supuesto, debes basarte
en lo comentado con antelación.
Formas de clasificación de
la literatura
A lo largo
de la historia, en distintos pueblos y en diferentes momentos se ha estudiado
la obra literaria, también a partir de diversas perspectivas. Se habla,
entonces, de “literatura medieval” o “literatura romántica” para hacer
referencia a un conjunto de obras de una época determinada, o de “literatura
inglesa” para aludir a los textos literarios producidos en una nación, independientemente
de la época. Estas categorizaciones de la literatura tienen un enfoque
historicista.
Existe otra
forma de clasificar obras literarias: a través de su estructura, de tal modo
que se crean los géneros literarios. Aun en este ámbito no existe universalidad
sobre el establecimiento de géneros y sus características. Para este curso, no
profundizaremos demasiado, así que únicamente referiremos la existencia de
cuatro géneros básicos: lírico, narrativo y dramático.[5] El
siguiente cuadro explica brevemente en qué consiste cada uno de ellos:
Género
|
Características
|
Ejemplos
|
Lírico
|
No contiene una historia,
se presenta de forma breve, generalmente en verso, con ritmo, profundiza
sobre un solo tema y la importancia de la forma es mayor que en los otros dos
géneros (de ahí la trascendencia de las figuras retóricas que suele
contener).
|
Érase un
hombre a una nariz pegado;
éase una
nariz superlativa;
érase una
nariz sayón y escriba;
érase un
pez espada muy barbado.
Era un
reloj de sol mal encarado;
érase una
alquitara pensativa;
érase un
elefante boca arriba;
era
Ovidio Nasón más naridado.
(Francisco
de Quevedo, A una nariz, fragmento)
|
Narrativo
|
Comprende una historia
contada por alguien, por lo tanto, implica la existencia de un narrador; se distinguen, básicamente,
el cuento (narración corta) y la novela (narración extensa).
|
La Serenísima Reina de
Irlanda había muerto de parto, y el infante fue entregado a una nodriza de
casa de una mujer que vivía en una cabaña junto a la orilla del bosque. Una
noche esta mujer estaba sentada meciendo la cuna y ensimismada en la
contemplación de la belleza del niño… (W. B. Yeats, La rosa secreta)
|
Dramático
|
Involucra una historia y
su representación, por lo tanto, no existe un narrador; es un texto hecho
para ser representado, y ello se refleja en su estructura con el dominio del
diálogo.
|
Ulises.
¿Qué estás haciendo, Atena? No, no le llames, que no salga.
Atena.
Silencio, ¿o es que no sabes contenerte y vas a acarrear con una fama de
cobardía?
Ulises.
No, por los dioses, pero que quede dentro: ya hay bastante.
Atena.
¿Por qué? Pero, ¿qué temes? Él, antes, ¿no era un hombre?
(Sófocles, Áyax)
|
Cada uno de
estos géneros posee características propias; no siempre son identificables a primera
vista, puesto que determinadas obras literarias contienen rasgos que pertenecen
a uno y otro. Al mismo tiempo, cada uno cuenta con recursos propios de
análisis; a continuación se presentan sólo algunos de ellos.
Texto lírico
El texto
lírico generalmente se expresa en verso; cada uno de éstos está conformado por
sílabas; a su vez, los versos se agrupan en estrofas. Cuando se trata de un
poema con estructura clásica, las estrofas son fácilmente identificables, pero
en poemas contemporáneos en ocasiones ni siquiera está presente el verso. El
seccionamiento de éste en sílabas suele obedecer al ritmo que ofrece.
La característica
relevante del texto lírico consiste en la utilización del lenguaje figurado, es
decir, aquel que emplea formas que lo alejan del modo directo y cotidiano de
expresión; para ello, suele recurrirse a las figuras literarias; básicamente,
éstas se agrupan en figuras de pensamiento, figuras de lenguaje y tropos;
referimos aquí solamente algunas.[6]
1. Figuras
de pensamiento.
a) Antítesis:
Implica contraste entre términos o expresiones.
Ve, suspiro caliente, al pecho frío
de aquella
viva piedra por quien muero.
(Luis
Barahona de Soto, “Ve, suspiro caliente”)
b)
Apóstrofe: vocativo o invocación dirigido a alguien.
—Antonio Torres
Heredia,
Camborio de dura crin,
moreno de verde luna,
voz de clavel varonil:
¿Quién te
ha quitado la vida
cerca del
Guadalquivir?
(García
Lorca, “Muerte de Antoñito el Camborio”)
c)
Eufemismo: Expresión que sustituye a una que no desea decirse; en ocasiones
ello obedece a que resulta violenta, desagradable o prohibida.
Allí me
mostrarías
aquello que mi alma pretendía,
y luego me
darías
allí tú,
vida mía,
aquello que me diste el otro día.
(San Juan
de la Cruz, Cántico espiritual)
d)
Hipérbole: Implica una exageración; expresa una idea que traspasa lo verosímil.
Sobre el
corazón la mano
me he
puesto, porque no suene
su latido,
y de la noche
turbe la
calma solemne.
(Bécquer, Rima xxvii)
e) Oxímoron:
Unión de dos palabras de significado opuesto para crear uno nuevo.
Dulce soñar y dulce congojarme,
Cuando
estaba soñando que soñaba…
(Juan
Boscán)
f)
Personificación: Atribución de cualidades humanas a cosas inanimadas o
abstractas.
Frunce su
rumor el mar.
Los olivos
palidecen.
Cantan las
flautas de umbría…
(García
Lorca, “Preciosa y el aire”)
g)
Prosopopeya: Similar a la personificación, consiste en atribuir discurso a
entidades no humanas.
cruzó la
ancha nave,
las puertas gimieron…
(Bécquer, Rima lxxiii)
2. Figuras
de lenguaje.
a)
Aliteración: Repetición de un sonido a fin de intensificar la idea expresada.
Y al cuello el lazo atado
con que desenlazó
de la cadena
el corazón cuitado…
(Garcilaso
de la Vega , “A
la flor de Gnido”)
b) Anáfora:
Repetición de una o varias palabras al inicio de una oración, verso o periodo
sintáctico para destacar cierta idea.
¿Cómo eres
rey sin estado?
¿Cómo Dios
y estás desnudo?
¿Cómo
elocuente, si mudo?
¿Cómo
cobarde, si osado?
(Tirso de
Molina, “Chispas”)
c)
Onomatopeya: Imitación del sonido de algo con el vocablo creado para aludirlo.
Cantan las
flautas de umbría
y el liso gong de la nieve.
(García
Lorca, “Preciosa y el aire”)
3. Tropos.
a)
Alegoría: Representación de elementos abstractos mediante objetos concretos.
Me sentí de
un ardiente
deseo llena
el alma:
¡como atrae un abismo, aquel
misterio
hacia sí me arrastraba!
(Bécquer, Rima lxxiv)
b)
Comparación: Relación entre elementos a través de nexos.
En mi cielo
al crepúsculo eres como una nube
y tu color
y forma son como yo los quiero.
(Neruda,
Poema 16 de Veinte poemas de amor y una
canción desesperada)
c)
Metáfora: Comparación carente de nexos; traslado de sentidos.
El rubí de
tu boca me rindiera (Francisco Medrano, “El rubí de tu boca”)
d)
Sinestesia: Vinculación de uno o más registros sensoriales con un sentido que
no les corresponde.
Cobre
amarillo su carne,
huele a caballo
y a sombra.
(García
Lorca, “Romance de la pena negra”)
Actividades
Lee el
siguiente poema; localiza todas las figuras literarias que te sea posible,
señalando cada una.
Áspero
amor, violeta coronada de espinas,
matorral
entre tantas pasiones erizado,
lanza de
dolores, corola de la cólera,
por qué
caminos y cómo te dirigiste a mi alma?
Por qué
precipitaste tu fuego doloroso,
de pronto,
entre las hojas frías de mi camino?
Quién te
enseñó los pasos que hasta mí te llevaron?
Qué flor,
qué piedra, qué humo mostraron mi morada.
Lo cierto
es que tembló la noche pavorosa,
el alba
llenó todas las copas con su vino
y el sol estableció
su presencia celeste,
mientras
que el cruel me cercaba sin tregua
hasta que
lacerándome con espadas y espinas
Texto narrativo
El texto
narrativo implica una historia que se cuenta; ese relato es realizado por una
entidad distinta al autor: por el narrador. Otros elementos importantes son los
personajes, el tiempo y el espacio.
El narrador
El narrador
ha sido objeto de diferentes estudios que han arrojado tipologías que dependen
de la persona que narra, su participación en lo narrado y cómo refiere la
enunciación de los personajes.
Si se
considera que el narrador es un mediador que expresa los hechos relatados, se
tienen que establecer tres relaciones diferentes con los personajes, según su
conocimiento de la historia:
a) Narrador
omnisciente: sabe más que los personajes, incluso percibe lo que éstos piensan
y sienten, posee el conocimiento de lo que ha pasado antes de lo narrado y lo
que pasará después.
b) Narrador
equisciente: sabe lo mismo que los personajes, sea o no uno de ellos, por lo
tanto, no tiene posibilidad de conocer qué piensan otros ni puede predecir lo
que ocurrirá o expresar lo que desconoce.
c) Narrador
deficiente: sabe menos que los personajes, así que va enterándose de los hechos
cuando van ocurriendo, desconoce la conciencia de cualquier personaje.
En lo que
se refiere a la participación del narrador, debe considerarse que existen dos
maneras en que se presenta la historia: si es una sola o si engloba otra (u
otras) dentro de ella. Cuando el narrador pertenece a una historia sin
dependientes, es decir, cuando no incluye otras, puede ser:
a)
Heterodiegético: no participa en la historia. Ejemplo: La Ilíada de Homero en donde el narrador no forma
parte de la historia que narra.
b)
Homodiegético: interviene en lo relatado; por lo tanto, es un personaje.
Ejemplo: En numerosos cuentos de Jorge Luis Borges se observa la presencia del
narrador que adopta la condición y características de un personaje.
c)
Autodiegético: no sólo interviene en la diégesis, sino que lo contado es su
propia historia, en consecuencia, es el protagonista de lo que narra. Ejemplo: Lazarillo de Tormes de autor anónimo en
donde el personaje cuenta en primera persona su vida.
En los
casos en que se trata de una historia que incluye otras o que se circunscribe
dentro de alguna, el narrador puede ser:
a)
Extradiegético: corresponde al relato principal, es decir, al que enmarca otras
diéresis.
b)
Intradiegético: pertenece a una historia incluida en otra.
En la
novela Abel Sánchez del escritor
español Miguel de Unamuno, el narrador extradiegético abre —con el subtítulo
tanto como con el fragmento al “Prólogo a la segunda edición”— y cierra
—“¡Queda escrito!— la novela; la subtitula, cede paso después al escritor —en el prólogo—, y constantemente intercala su
relato con el de Joaquín Monegro —personaje de la novela—, este último de nivel
intradiegético.
Estilo directo e indirecto
En lo que
respecta a la manera en que el narrador manifiesta el discurso de los
personajes, existen el estilo directo, el indirecto y el indirecto libre.
El estilo
directo implica que el narrador reproduzca las palabras de los personajes como
fueron emitidas; para ello recurre a la utilización de marcas como las comillas
o el guión largo:
Llamamos.
José apareció. Mientras terminábamos con él, la escocesa murmuró tranquilamente
junto a Antonia:
—¿No tienes nada que decir a
José, pequeña?
El narrador
utiliza el estilo indirecto cuando da a conocer que el personaje se ha
expresado, pero sin reproducir exactamente sus palabras: “untó otro pensamiento
sobre éste, como mantequilla sobre pan tostado: ¿se había mirado Harriet
Winslow en los espejos al entrar aquí?…”[9]
Finalmente,
el estilo indirecto libre significa que el narrador deje asentado que el
personaje realizó un acto de habla, aunque no expresa lo dicho: “Había contado
alguno de aquellos cuentos a un amigo cuando venía a visitar la granja.”[10]
Los personajes
El narrador
relata acciones que, evidentemente, son realizadas por alguien: los personajes.
La clasificación de éstos depende de tres factores: su importancia para la
historia, su postura en ella y su composición.
En cuanto a
la importancia del personaje para la historia, éste puede ser principal,
secundario u ocasional. El principal es aquél en torno al cual giran los hechos
narrados; su presencia resulta imprescindible. El personaje secundario posee
importancia sólo en función del principal, puede aparecer o desaparecer en
cualquier momento de la narración. Finalmente, el personaje ocasional (llamado
también incidental) surge de manera esporádica en la narración, generalmente
para cumplir una función específica dentro de la historia, y luego desaparece.
En lo que
se refiere a la postura adoptada por el personaje, éste puede ser protagonista
o antagonista; el primero realiza las principales acciones narradas, mientras
que el segundo es el encargado de obstaculizarlo.
En cuando a
su composición, los personajes se dividen en individuales y en colectivos; el
primer caso es el más común en los textos narrativos, se refiere a un solo
individuo; el segundo, en cambio, aglutina dos o más entidades que se comportan
como una sola (por ejemplo, el pueblo en alguna novela histórica).
Los
personajes no solamente son humanos, sino que pueden ser animales (como en
algunas fábulas) e, incluso, entidades inanimadas.
Otro aspecto
importante de los personajes es su descripción; ésta permite que el lector sepa
cómo son los personajes tanto externa como internamente; cuando se realiza una
descripción externa, el narrador proporciona un retrato físico (edad, estatura,
género, color de piel y ojos, etcétera), mientras que si refiere una
descripción interna, ha elaborado un retrato psicológico (temperamento, humor,
personalidad).
Espacio
En el texto
narrativo, los personajes requieren de un espacio que los contenga; así, lo
espacial es transmitido por el narrador a través de descripciones que explican
cómo es el lugar en que se realizan las acciones; de manera general, se tiene
que el espacio se divide en dos tipos: abierto o cerrado. El espacio abierto se
presenta cuando el lugar se encuentra en los exteriores, como las calles, la
campiña, una plaza, el mar, etcétera. En oposición, el espacio cerrado se
establece en los interiores: dormitorios, casas, escuelas, oficinas, entre
otros.
Tiempo
Finalmente,
se halla el tiempo; por supuesto, las acciones relatadas se desarrollan en una
dimensión temporal, y no siempre son contadas conforme ocurren, es decir, el
orden. Existen básicamente dos alteraciones de orden: las retrospecciones
(analepsis) y las prospecciones (prolepsis); las analepsis significan un salto
hacia atrás en el tiempo, generalmente útil para explicar hechos previos a lo
que se narra; por su parte, las prolepsis predicen algo que va a ocurrir en el
relato.
Con los
elementos proporcionados, es posible realizar un breve análisis de la
estructura de un texto narrativo, sin importar que se trate de una novela o un
cuento.
Actividades
Lee el
texto que se ofrece a continuación. Se trata de un cuento. En seguida completa
el cuadro presentado.
El
almohadón de plumas
Horacio
Quiroga.
Su luna de
miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su
marido heló sus soñadas niñerías de novia. Ella lo quería mucho, sin embargo, a
veces con un ligero estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la
calle, echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde hacía
una hora. Él, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer.
Durante
tres meses —se habían casado en abril— vivieron una dicha especial.
Sin duda
ella hubiera deseado menos severidad en ese rígido cielo de amor, más expansiva
e incauta ternura; pero el impasible semblante de su marido la contenía
siempre.
La casa en
que vivían influía no poco en sus estremecimientos. La blancura del patio
silencioso —frisos, columnas y estatuas de mármol— producía una otoñal
impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el
más leve rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella sensación de
desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en toda
la casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia.
En ese
extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. No obstante había concluido
por echar un velo sobre sus antiguos sueños, y aún vivía dormida en la casa
hostil, sin querer pensar en nada hasta que llegaba su marido.
No es raro
que adelgazara. Tuvo un ligero ataque de influenza que se arrastró
insidiosamente días y días; Alicia no se reponía nunca. Al fin una tarde pudo
salir al jardín apoyada en el brazo de su marido. Miraba indiferente a uno y
otro lado. De pronto Jordán, con honda ternura, le pasó muy lento la mano por
la cabeza, y Alicia rompió en seguida en sollozos, echándole los brazos al
cuello. Lloró largamente todo su espanto callado, redoblando el llanto a la
menor tentativa de caricia. Luego los sollozos fueron retardándose, y aún quedó
largo rato escondida en su cuello, sin moverse ni pronunciar una palabra.
Fue ése el
último día en que Alicia estuvo levantada. Al día siguiente amaneció desvanecida.
El médico de Jordán la examinó con suma atención, ordenándole cama y descanso
absolutos.
—No sé —le
dijo a Jordán en la puerta de calle con la voz todavía baja—. Tiene una gran
debilidad que no me explico. Y sin vómitos, nada… Si mañana se despierta como
hoy, llámeme en seguida.
Al otro día
Alicia seguía peor. Hubo consulta. Constatóse una anemia de marcha agudísima,
completamente inexplicable. Alicia no tuvo más desmayos, pero se iba
visiblemente a la muerte. Todo el día el dormitorio estaba con las luces
prendidas y en pleno silencio. Pasábanse horas sin que se oyera el menor ruido.
Alicia dormitaba. Jordán vivía en la sala, también con toda la luz encendida.
Paseábase sin cesar de un extremo a otro, con incansable obstinación. La
alfombra ahogaba sus pasos. A ratos entraba en el dormitorio y proseguía su
mudo vaivén a lo largo de la cama, deteniéndose un instante en cada extremo a
mirar a su mujer.
Pronto
Alicia comenzó a tener alucinaciones, confusas y flotantes al principio, y que
descendieron luego a ras del suelo. La joven, con los ojos desmesuradamente
abiertos, no hacía sino mirar la alfombra a uno y otro lado del respaldo de la
cama. Una noche quedó de repente mirando fijamente. Al rato abrió la boca para
gritar, y sus narices y labios se perlaron de sudor.
—¡Jordán!
¡Jordán! —clamó, rígida de espanto, sin dejar de mirar la alfombra.
Jordán
corrió al dormitorio, y al verlo aparecer Alicia lanzó un alarido de horror.
—¡Soy yo,
Alicia, soy yo!
Alicia lo
miró con extravío, miró la alfombra, volvió a mirarlo, y después de largo rato
de estupefacta confrontación, se serenó.
Sonrió y
tomó entre las suyas la mano de su marido, acariciándola por media hora,
temblando.
Entre sus
alucinaciones más porfiadas, hubo un antropoide apoyado en la alfombra sobre
los dedos, que tenía fijos en ella sus ojos.
Los médicos
volvieron inútilmente. Había allí delante de ellos una vida que se acababa,
desangrándose día a día, hora a hora, sin saber absolutamente cómo. En la
última consulta Alicia yacía en estupor, mientras ellos pulsaban, pasándose de
uno a otro la muñeca inerte. La observaron largo rato en silencio, y siguieron
al comedor.
—Pst… —se
encogió de hombros desalentado su médico—. Es un caso serio… Poco hay que
hacer.
—¡Sólo eso
me faltaba! —resopló Jordán. Y tamborileó bruscamente sobre la mesa.
Alicia fue
extinguiéndose en subdelirio de anemia, agravado de tarde, pero remitía siempre
en las primeras horas. Durante el día no avanzaba su enfermedad, pero cada
mañana amanecía lívida, en síncope casi. Parecía que únicamente de noche se le
fuera la vida en nuevas oleadas de sangre. Tenía siempre al despertar la
sensación de estar desplomada en la cama con un millón de kilos encima. Desde
el tercer día este hundimiento no la abandonó jamás. Apenas podía mover la cabeza.
No quiso que le tocaran la cama, ni aun que le arreglaran el almohadón. Sus
terrores crepusculares avanzaban ahora en forma de monstruos que se arrastraban
hasta la cama, y trepaban dificultosamente por la colcha.
Perdió
luego el conocimiento. Los dos días finales deliró sin cesar a media voz. Las
luces continuaban fúnebremente encendidas en el dormitorio y la sala. En el
silencio agónico de la casa, no se oía más que el delirio monótono que salía de
la cama, y el sordo retumbo de los eternos pasos de Jordán.
Alicia
murió, por fin. La sirvienta, cuando entró después a deshacer la cama, sola ya,
miró un rato extrañada el almohadón.
—¡Señor!
—llamó a Jordán en voz baja—. En el almohadón hay manchas que parecen de
sangre.
Jordán se
acercó rápidamente y se dobló sobre aquél. Efectivamente, sobre la funda, a
ambos lados del hueco que había dejado la cabeza de Alicia, se veían manchitas
oscuras.
—Parecen
picaduras —murmuró la sirvienta después de un rato de inmóvil observación.
—Levántelo
a la luz —le dijo Jordán.
La
sirvienta lo levantó, pero en seguida lo dejó caer y se quedó mirando a aquél,
lívida y temblando. Sin saber por qué, Jordán sintió que los cabellos se le
erizaban.
—¿Qué hay?
—murmuró con voz ronca.
—Pesa mucho
—articuló la sirvienta, sin dejar de temblar.
Jordán lo
levantó; pesaba extraordinariamente. Salieron con él, y sobre la mesa del
comedor Jordán cortó funda y envoltura de un tajo. Las plumas superiores
volaron, y la sirvienta dio un grito de horror con toda la boca abierta,
llevándose las manos crispadas a los bandós. Sobre el fondo, entre las plumas,
moviendo lentamente las patas velludas, había un animal monstruoso, una bola
viviente y viscosa. Estaba tan hinchado que apenas se le pronunciaba la boca.
Noche a
noche, desde que Alicia había caído en cama, había aplicado sigilosamente su
boca —su trompa, mejor dicho— a las sienes de aquélla chupándole la sangre. La
picadura era casi imperceptible. La remoción diaria del almohadón sin duda
había impedido al principio su desarrollo; pero desde que la joven no pudo
moverse la succión fue vertiginosa. En cinco días, en cinco noches, había
vaciado a Alicia.
Estos
parásitos de las aves, diminutos en el medio habitual, llegan a adquirir en
ciertas condiciones proporciones enormes. La sangre humana parece serles
particularmente favorable, y no es raro hallarlos en los almohadones de pluma.[11]
Narrador
|
||||
Según su conocimiento de
la historia
|
||||
Según su participación
|
||||
Estilos presentes
(un ejemplo para cada uno)
|
||||
Personajes
|
||||
Nombre
|
Tipos
|
Retrato
físico
|
Retrato
psicológico
|
|
1.
|
||||
2.
|
||||
3.
|
||||
4.
|
||||
5.
|
||||
Espacio
|
||||
Cerrado
|
||||
Abierto
|
||||
Tiempo
|
||||
Analepsis
|
||||
Prolepsis
|
||||
Texto dramático
El texto
dramático se crea para ser representado; por lo tanto, aquí la importancia
reside en los personajes; dado que no existe un narrador, ellos se encargan de
presentar los hechos contenidos en la historia representada.
La
estructura de las obras dramáticas es variable, si bien suelen dividirse en
actos y éstos, a su vez, en escenas. Se distinguen básicamente dos elementos en
el texto dramático: las intervenciones de los personajes y las acotaciones; las
primeras pueden darse en forma de diálogo (cuando dos o más personajes se
comunican) o de monólogo (cuando uno solo es el que habla); las acotaciones,
por su parte, incluyen todo tipo de información útil para la representación,
como nombres de personajes, escenarios, actitudes, etcétera, suelen
distinguirse por cambios de tipografía.
Actividades
Del
siguiente fragmento de texto dramático, subraya la participación de los personajes
y tacha las acotaciones:
Jojo. Historia de un saltimbanqui
(fragmento)
Michael
Ende
Pippo
|
Empieza a
oscurecer.
|
Lola
|
Y a hacer
frío. (Pippo la rodea con un brazo para
darle calor.)
|
Wilma
|
(Se acerca a los otros para
calentarse.)
Más vale
que nos olvidemos de él.
|
Yussuf
|
Sí,
seguro que ya no viene.
|
Bux
|
No me lo
esperaba. Esta vez no.
|
Muñeco
|
Pues yo
sí. Es una de las suyas.
|
Bux
|
Tú te
callas, Ottokar.
|
Eli
|
Jojo
viene. Eli está segura. Jojo es bueno.
|
Wilma
|
Con que
Jojo es bueno, ¿eh? ¿Cuántas veces habremos tenido que hacer la función sin
él porque desaparecía de repente? Ese pobre diablo siempre encuentra una
tabernucha con entrada, pero sin salida, o al menos eso dice.
|
Muñeco
|
Hoy es
imposible que pase eso.
|
Wilma
|
¿Por qué?
|
Muñeco
|
Porque
hoy no hay función. Je, je, je.
|
Bux
|
Déjate de
bromas, Ottokar. No estamos para tonterías.
|
Pippo
|
Tal vez
no haya conseguido nada con ésos.
Estará
avergonzado y no nos lo querrá decir.
|
Lola
|
(Irónica.)
Sí, a
veces es muy sensible.
|
Yussuf
|
Pero que
tarde tanto en volver también puede significar que todavía no lo ha dado todo
por perdido. Quizá tiene alguna esperanza.
|
Pippo
|
Yo te
apuesto lo que quieras a que nos ha dejado en la estacada.
|
Muñeco
|
¡Bux!
¿Has oído lo que dice?
(Suelta una risotada.)
|
Bux
|
Lo que has aprendido
Contesta a
las siguientes preguntas:
1. ¿A
partir de qué perspectivas puede ser estudiada la literatura?
2. Menciona
los géneros literarios.
3. ¿Cuál es
la diferencia básica entre el género lírico y el narrativo?
4. ¿En qué
se basa la principal distinción entre un texto narrativo y uno dramático, si
ambos implican una historia?
5. Explica
qué es la metáfora; anota un ejemplo.
6. Explica
por lo menos tres figuras retóricas además de la metáfora y proporciona
ejemplos de cada una de ellas.
7. Elabora
un mapa mental en el que expreses las diferentes tipologías del narrador.
LITERATURA DE LOS PUEBLOS DE ASIA
MENOR
RECUERDA
LO QUE SABES
¿A qué se
refiere la expresión “Asia Menor”?
¿Dónde se
ubicó Mesopotamia?
¿Qué es el Código de Hammurabi y cuál es su
trascendencia?
¿Por qué la
egipcia es considerada una de las antiguas civilizaciones más importantes?
Explica
brevemente la historia antigua del pueblo hebreo.
Mesopotamia
La región
mesopotámica (hoy Irak y Siria) era una de las mejor comunicadas de su época,
gracias a la cercanía de los ríos Tigris y Éufrates; ello había impulsado a los
sumerios a dedicarse al comercio, de ahí la importancia que poseían como
civilización. Prácticamente los vestigios más antiguos de la escritura primaria
(cuneiforme) fueron encontrados en esa zona, que data alrededor de 3000 años a.
C., plasmada en tablillas de barro. De hecho, el código legal (social y
administrativo) más antiguo conocido por el hombre es el emitido por Hammurabi,
encontrado en ese lugar.
Pero no
solamente ese código se constituye como una de las más arcaicas pruebas de la
expresión escrita, sino que se le añade un limitado número de textos
literarios, que básicamente giran en torno a la creación del hombre por una
divinidad poderosa; en esta concepción aparecen elementos que habrían de
rescatarse posteriormente por otras culturas para explicar el origen el mundo y
el hombre. Los textos mencionados se encontraron en las ruinas de una
biblioteca en Nínive, en el palacio de Asurbanipal.[13]
Destacan
aquí tres obras: Poema de la creación,
Poema de Ishtar y Epopeya
de Gilgamesh. Probablemente más antiguos que estos textos son los
proverbios (literatura didáctica, con alrededor de 4000 años de antigüedad).
Veamos algunos ejemplos:
«Si
muere un hombre pobre, no trates de volverlo a la vida. Cuando tiene pan, le
falta la sal. Cuando tiene sal, le falta el pan. Cuando tiene carne, le falta
el condimento. Cuando tiene condimento, le falta la carne» […]
«En
boca abierta, entran moscas» […]
«Quien
tiene mucho dinero puede ser feliz. Quien tiene mucho grano puede estar
contento. Pero quien nada tiene puede dormir».[14]
Seguramente
has reconocido algunas ideas contemporáneas en estos proverbios, ello obedece a
que “«los seres humanos tenemos un universo común, independientemente de la
época», dice Juan-Luis Montero Fenollós, el único español que trabaja sobre el
terreno en la antigua Mesopotamia.”[15]
Actividad
Lee
nuevamente los proverbios arriba citados; relaciona cada uno de ellos con un
refrán moderno.
El
Poema de la creación
El Poema de la creación se compone de siete
tablillas que datan del siglo VII a. C., si bien se considera que es una nueva
versión de textos más antiguos, desaparecidos. Aquí el elemento principal es el
agua: de la mezcla del agua salada (Tiamat) y la dulce (Apsu) se originan los
demás seres, incluyendo a los dioses; el personaje principal es Marduk, que con
la ayuda de los vientos vence a Tiamat y organiza el Universo; después de la
victoria, forma la tierra con barro y cañas[16];
luego amasa con su sangre el cuerpo del
primer hombre, hecho a su imagen.[17]
Presentamos en seguida un fragmento del Poema
de la creación (tablilla IV), en el que se expresa la derrota de Tiamat:
Marchan al
combate, se aproximan para la batalla.
El Señor
tendió su red y la aprisionó en sus mallas,
soltó el
viento malo que se encontraba a su espalda,
y ella,
Tiamat, abrió la boca, la abrió tan ampliamente como le
[fue
posible.
Entonces,
el Señor hizo penetrar el viento malo de forma que no pudiera cerrar los
labios:
Los
terribles vientos llenaban su vientre.
Sobrecogióse
su corazón. Su grande boca seguía abierta;
lanzó él
una flecha, que penetró su vientre;
rasgó luego
su interior, hendió su corazón,
redújola a
la impotencia, y aniquiló su vida.
Comentario
Esta
composición se trata de un poema épico, caracterizado por narrar las hazañas de
grandes personajes; contiene detenidas descripciones; el protagonista es un ser
idealizado en extremo que se enfrenta al antagonista; ocasionalmente
intervienen elementos sobrenaturales o religiosos. Se propone destacar
sentimientos colectivos, patrióticos y religiosos.[19]
La
epopeya de Gilgamesh
Igualmente
es un poema épico La epopeya de Gilgamesh,
el texto literario emblemático de la literatura mesopotámica; se trata de doce
tablillas que refieren la historia del legendario rey de Uruk, Gilgamesh, que
emprende la búsqueda de la inmortalidad; incluye una narración del diluvio, del
que sobreviven Utnapishtim y su familia gracias a un arca (como ocurrirá con el
Noé bíblico). En este poema se distinguen dos etapas:
Primera etapa
1. Gilgamesh
se presenta como el tirano de Uruk.
2. Los dioses envían a Enkidu para que se enfrente a
Gilgamesh.
3. Enkidu, creado de arcilla y con apariencia casi
animal, se vuelve humano, aunque es salvaje en su comportamiento.
4. Enkidu y
Gilgamesh se enfrentan; de ahí nace una amistad.
5. Ambos héroes asumen la misión de acabar con el mal.
6. La diosa Ishtar trata de seducir a Gilgamesh, pero
éste la rechaza.
7. Enfermedad y muerte de Enkidu.
Segunda etapa
1. Gilgamesh inicia una travesía en busca de la
inmortalidad.
2. Encuentro de Gilgamesh con Utnapishtim, superviviente del diluvio.
3. Gilgamesh encuentra la inmortalidad, pero luego la
pierde.
4. Gilgamesh vuelve a Uruk y acepta su mortalidad;
asume que la eternidad es sólo para dioses.
Comentario
La primera
parte de la epopeya (centrada en el dúo Gilgamesh-Enkidu) gira en torno al
contraste y la lucha permanente entre el bien y el mal, mientras que la segunda
(con el protagonismo casi único de Gilgamesh) se centra en la búsqueda de la
inmortalidad y del sentido de la vida humana.[20]
Presentamos
un fragmento de esta obra.
Gilgamesh
huye del palacio ante
la
muerte de Enkidu; la gente que
lo
ve lo interroga.
¿Por qué tu
fuerza ha quedado en nada? ¿Por qué vas con la cara
[baja?
Tu corazón está
enfermo, tus facciones son cadavéricas,
Y la
melancolía te come las entrañas;
Luto y
tristeza consumen tu rostro.[…]
¿Por qué no
he de huir a través del campo?
Mi amigo
Enkidu, mi hermano, pantera del desierto,
Mi amigo
que mató leones conmigo,
Mi amigo
que afrontó peligros conmigo,
Su destino
lo tomó para sí;
Seis días y
seis noches lo lloré,
Después, la
muerte me dio miedo y huí a través del campo.
Mi amigo
querido no se distingue ya del fango.
Actividad
Revisa las
figuras literarias expuestas anteriormente; señala en el fragmento previo las
que localices (por lo menos cinco).
Comentario
Si bien los
textos literarios mesopotámicos que han llegado a nuestros días son escasos, es
posible establecer características generales:
a) Los
textos literarios se dividen en dos: épicos y didácticos.
b) Los textos
épicos contienen la cosmovisión mesopotámica.
c) En estos
textos se hace referencia a los orígenes del universo, del mundo y del hombre.
d) Existe
una estrecha relación entre los hombres y los dioses.
e) Se
presentan elementos maravillosos o sobrenaturales (generalmente provocados por
las divinidades).
f) El tema
recurrente es la lucha entre el bien y el mal.
Egipto
Egipto se
ubicó en las riberas del Nilo, en lo que hoy es el conteniente africano. La
egipcia es quizá la civilización más avanzada de su época; poseía grandes
conocimientos sobre la astronomía, la medicina, las matemáticas, la
arquitectura, entre otros. El arte, por supuesto, no era la excepción. Así como
los sumerios utilizaban tablillas de barro para plasmar su escritura
cuneiforme, los egipcios empleaban papiros para registrar su escritura
jeroglífica (derivada de un sistema de representación pictórica previa).
La antigua
literatura egipcia arranca aproximadamente en el 2700 a. C. y se ha conservado
en inscripciones y en papiros. Los textos egipcios que hoy conocemos son de muy
diversa índole; los hay jurídicos, privados, científicos y, por supuesto,
literarios; éstos incluyen los religiosos y los didácticos.
a) Imperio
Antiguo (2300 a 2256 a. C)
Incluye las
inscripciones aparecidas en el interior de las pirámides de los últimos
faraones de este período; la mayoría son himnos religiosos y rituales de
ofrendas religiosas. Destaca Máximas de
Ptahotep, “obra conocida como el libro más viejo del mundo”,[23]
integrada por aforismos y consejos; similar es Instrucción a Merikere, que proporciona información sobre la vida
religiosa, política y social de aquel tiempo.
b) Primer
período intermedio (2255-2035 a. C.)
Son los
textos de las pirámides complementados con sortilegios nuevos, pintados en
ataúdes, por lo que se les ha llamado textos de los sarcófagos. A este ciclo se
atribuyen varias lamentaciones como Diálogo del misántropo con su alma, Canto del arpista.
c) Imperio
Medio (2100 a 1600 a. C.)
En esta
etapa se produce un auge en la literatura egipcia, los géneros más característicos
de esta fase son:
1. Los
textos de sarcófagos que incluían oraciones y determinados sortilegios y
hechizos de carácter mágico-religioso.
2. Literatura
religiosa, compuesta por himnos al faraón y a diversas divinidades.
3. Textos autobiográficos y de carácter épico, en los
que se relatan determinadas hazañas de personajes históricos.
4. Textos de instrucción, escritos en nombre del
faraón gobernante que narra a su sucesor determinados hechos que sucedieron en
su reinado.
5. Textos satíricos, tipo al que pertenece La
Sátira de los Oficios, que subraya los aspectos negativos de todas las
posibles ocupaciones en contraste con la vida fácil del escriba.
6. Textos narrativos de ficción, género muy desarrollado
en este período. Entre la narrativa que es compuesta durante el Imperio Medio
destacan: Aventuras de Sinuhé, que cuenta la historia de un oficial de
palacio que huyó a Siria a la muerte del faraón Amenemhet I convirtiéndose en
un hombre rico e importante; El relato del campesino elocuente, un
hombre que hacía ruegos tan floridos para que le devolvieran sus asnos robados
que fue encarcelado durante un tiempo para que los funcionarios pudieran
disfrutar de sus discursos; Historia del náufrago, que narra un
encuentro fabuloso con una serpiente gigantesca en una isla exuberante; El viaje de Unamón (se discute su
carácter histórico o ficcional) relata las peripecias del personaje en Siria,
adonde es enviado para adquirir madera con la que se elaborará la barca sagrada
de Amón.
d) Imperio
Nuevo (1600 a 1000 a. C.)
Empieza a
utilizarse el papiro, sobre todo en el caso de los textos funerarios o de
sarcófago. Destaca El libro de los muertos, una amplia colección de
textos funerarios de varias épocas; contiene fórmulas mágicas, himnos y
oraciones que, según los antiguos egipcios, guiaban y protegían el alma (Ka)
durante su viaje a la región de los muertos (Amenti). Este texto
explicaba al alma cómo protegerse de los demonios que intentaban impedirle su ascenso
y cómo pasar las pruebas establecidas por 42 jueces en la antesala de Osiris,
dios de los muertos; también se incluye Los
dos hermanos, que contiene
abundantes elementos de magia y encantamientos; al mismo tiempo, se producen
importantes himnos a las divinidades.
e) Último
período (1000 a 300 a. C.)
Existen
ejemplos de las diversas formas literarias egipcias de los siglos siguientes,
dentro de la era grecorromana: incluyen nuevas composiciones religiosas,
relatos históricos privados y reales, instrucciones. Se producen Las
enseñanzas de Anjsesongy, una colección de máximas prácticas, y Las
enseñanzas del papiro insinger, que retrata a la persona sabia como moral y
piadosa. En esta fase se escribieron también historias sobre las aventuras de
varios magos, textos proféticos y mágicos.
En seguida
presentamos Canto del arpista, esculpido
en la sala de la tumba del rey Antef; establece, primero, el dolor por la
pérdida de los muertos que nunca volverán y, después, el gozo de vivir y
disfrutar aún.
Canto del arpista
Ninguno de
ellos regresa de donde están.
¿Quién
puede decirnos su aspecto y su estado,
quién puede
describirnos sus moradas,
quién puede
dar consuelo a nuestros corazones
sirviéndonos
de guía hacia los lugares
para donde
partieron?
Consuela tu
corazón,
haz que
olvide estas cosas;
no te queda
nada mejor que seguir
sus deseos
mientras estés vivo.
Unge tu
cabeza con aromados ungüentos,
ponte
vestidos de seda
impregnados
de perfumes preciosos,
verdaderas
obras de los dioses.
Goza más de
cuanto has gozado hasta ahora,
no hagas
sufrir tu corazón por falta de placeres.
Piénsalo a
nadie le es permitido
llevar
consigo sus bienes.
Piénsalo,
jamás ninguno de los que partieron
ha podido
regresar.
Comentario
Considera
que los temas más relevantes de esta composición tienen que ver con el inmenso
contraste que existe entre la vida y la muerte. Por eso hay una exhortación del
poeta para gozar lo que la vida nos ofrece, debido a que cuando estemos muertos
ya no lo podremos hacer. Una dolorosa reflexión cierra el poema cuando se alude
a la imposibilidad del regreso después de la muerte.
Actividad
1. Dado que
se trata de un texto lírico, localiza las figuras retóricas contenidas en Canto del arpista; después, explica por
qué se dice que expresa el dolor por la muerte y el gozo por la vida (de ser
necesario, cita partes del texto).
2. Redacta
breves comentarios sobre los siguientes temas inspirados en el fragmento
anterior:
A. La fugacidad de la vida y los placeres.
B. El reino de la muerte y sus misterios.
C. Lleva a cabo reflexiones personales
sobre los dos temas anteriores y compártelas con tus compañeros.
3. Busca en Internet “literatura egipcia” y
escoge de la información que encuentres un pasaje —no mayor de una cuartilla—
que hable de alguna manifestación de esta literatura que no esté considerada en
este libro. Cópialo en tu cuaderno y coteja con tus compañeros que información
han encontrado ellos.
Otro
ejemplo de literatura egipcia es el siguiente himno:
Himno a Atón
Hermosamente
te elevas en el horizonte del Cielo, oh Atón viviente,
Señor de la
eternidad.
Resplandeces
en oriente, llenas con tu belleza la tierra.
Eres
hermoso, grande, brillante; te elevas sobre todos los países.
Tus rayos
abarcan la tierra hasta los confines de tu creación.
Eres Ra,
que sometes a todos los pueblos a través de tu hijo amado.
Estás por
encima de las miradas de los hombres y no se conocen tus venidas.
Cuando
reposas en occidente, sobre el horizonte.
La tierra
permanece en una sombra, que semeja la de la muerte;
Duérmese
bien cubierto en la recámara, sin que un ojo vea a otro ojo.
Podríanse
robar sus bienes a los que están dormidos.
Sin que
ellos se dieran cuenta, aunque los tenga bajo su cabeza.
El que ha
hecho a los seres reposa en su horizonte.
A la aurora
resplandece en el horizonte y lo ilumina todo
Durante el
día expulsas a la noche, cuando derramas tus rayos.
Los Dos
Países se despiertan de fiesta y se ponen en pie los hombres.
Trabaja la
tierra entera; todo rebaño se siente contento con su alimento.
Está
abierto todo camino, porque tú has aparecido.
Saltan los
peces en el río delante de tu faz; tus rayos van hasta el fondo del mar.
¡Cuán
numerosas son tus obras, misteriosas a nuestros ojos!
Dios único,
a nadie semejante, tú has creado la tierras según tu corazón,
Cuanto
estado solo: los hombres, los animales domésticos y los salvajes,
Todo lo que
existe sobre la Tierra y camina por tus pies.
Todo lo que
está en el cielo y vuela por sus alas...
Tus rayos
alimentan los campos; resplandecen y viven.
Has creado
las estaciones para mantener vivo todo cuanto has creado.
Has hecho
el cielo lejano para allí resplandecer y contemplar lo creado…
Los seres
de la tierra fórmanse bajo tu mano tú los has querido.
Tú, sólo tú
eres la duración de la vida. Se vive de ti.
Resplandeces
y viven, te acuestas y mueren.
Fijos están
los ojos en tu hermosura hasta que te pones
Y toda
labor termina cuando desapareces por occidente…
Comentario
En el texto
anterior prevalecen los elementos religiosos y el lenguaje se caracteriza por
ser particularmente hiperbólico. El poeta se siente dominado por la fe en ese
dios.
Actividad
1. Nuevamente,
localiza las figuras retóricas en el texto anterior. Ahora que lo has leído
atentamente, ¿qué divinidad crees que es Atón? ¿A qué elemento pertenece? ¿En
qué te basas para suponerlo? (Menciona algunas citas).
2. Busca en el diccionario el significado de los
términos: panegírico, exaltación, laudatoria, hipérbole.
3. Redacta un canto de amor a un ideal que tú
poseas, a una causa, a algo que haga que la vida sea más hermosa para ti.
Comentario
De manera
general, las características de la literatura egipcia son:
a) Reflejan
la profunda religiosidad de los egipcios, particularmente con la invocación o
alusión a los dioses.
b) El tema
de la vida y la muerte es recurrente.
c) Tienen
gran importancia la idea de divinidad y la noción del Más Allá.
d) En
prácticamente todos los textos literarios (independientemente de la temática
central o características peculiares) suele estar presente lo sagrado.
Pueblo hebreo
El pueblo
hebreo, a pesar de que no contó con gran densidad poblacional, ni con
consolidados territorios durante mucho tiempo, sí posee una historia muy
agitada, quizá más que otros. La literatura hebrea se desarrolló básicamente en
Palestina, pero debido a la dinámica de los hebreos no puede circunscribirse
únicamente a este territorio, particularmente si se considera que este pueblo
se mantuvo errante durante mucho tiempo.
La
literatura hebrea gira en torno a la Biblia; este término proviene del griego biblión (colección de libros). La Biblia
contiene los orígenes de tres de las principales religiones del mundo: judaísmo,
cristianismo e islamismo. Se compone de 72 libros, agrupados en dos partes: el
Antiguo y el Nuevo Testamento.
El Antiguo
Testamento agrupa los libros previos a la llegada de Jesucristo; contiene la
historia del pueblo hebreo y su alianza con Yavé. La mayoría de los 45 libros
que componen el A. T. fueron escritos en hebreo (entre los siglos XV y II a.
C.), y se clasifican en:
a)
Históricos. Se incluye el Pentateuco (los
primeros cinco libros: Génesis, Éxodo,
Levítico, Números y Deuteronomio),
concebido como la ley (Tora) para los
judíos. Agrupa también Josué, Jueces,
Rut, Reyes (cuatro libros), Paralipómenos
(dos libros), Esdras, Nehemías,
Tobías, Judith, Ester y Macabeos
(dos libros). De modo general, incluyen la relación de los hechos vividos por
los hebreos (incluyendo la creación del mundo y el hombre), así como sus
genealogías y leyes.
b)
Proféticos. Dada la estrecha vinculación entre el pueblo hebreo y las nociones
religiosas encarnadas en la espera del Mesías, resultó indispensable la existencia
de los profetas, cuya misión era precisamente preparar y anunciar al pueblo la
llegada de El Salvador; es una suerte de mediador entre Dios y los hombres. Suele
dividirse a los profetas en dos categorías, en función de la extensión de sus
vaticinios: mayores y menores. Los mayores son Isaías, Jeremías, Ezequiel y
Daniel; los menores son Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum,
Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías. De ellos es la autoría de los 17
libros proféticos del A. T.
c) Poéticos
y sapienciales. Hasta ahora no ha podido comprenderse por completo la
naturaleza del verso hebreo; sin embargo, existen ciertos libros cuya forma se
acerca más a lo poético que otros: Salmos,
Cantar de los cantares, Job, Proverbios,
Eclesiastés, Sabiduría y Eclesiástico.
Tanto Job como Cantar de los cantares son considerados poemas dramáticos, cuya
forma literaria posee un valor artístico importante. Sin embargo, Salmos es el libro que constituye la más
alta expresión de la poesía religiosa. Proverbios,
Eclesiastés, Sabiduría y Eclesiástico son
los libros sapienciales, con tintes didácticos y filosófico-morales.
El Nuevo
Testamento se integra por 27 libros, que arrancan con la llegada de Cristo (de
ahí que sean los primeros textos cristianos); fueron escritos en griego,
excepto el Evangelio de Mateo (su
primera versión fue en arameo); se agrupan en históricos, didácticos y uno
profético.
a)
Históricos. Incluye los cuatro Evangelios
(Mateo, Marcos, Lucas y Juan) y Hechos
de los apóstoles.
b)
Didácticos. Agrupa 21 epístolas: dos de Pedro, tres de Juan, una de Santiago,
una de Judas y catorce de Pablo; su función era propagar el cristianismo;
comparten una estructura similar: saludo inicial, introducción a modo de
alabanza o acción de gracias, exposición doctrinal, exhortación y saludos o
recomendaciones particulares.[24]
c)
Profético. Es Apocalipsis (o Revelaciones) del apóstol Juan; con
forma literaria inspirada en el A.T., contiene numerosas alegorías que aluden a
la segunda venida del Mesías, esta vez, para el fin de los tiempos, de ahí que
ahora el término apocalíptico aluda a
un género profético desligado del presente pero que hace referencia al futuro.
Carácterísticas de la literatura hebrea
De modo
general, las características de la literatura hebrea son:
a) Profunda
asociación del hombre con Dios.
b) Temática
extensa (abarca no sólo lo religioso, sino lo histórico, lo político, lo moral,
lo filosófico, lo económico, lo jurídico, etcétera).
c) Uso
persistente de figuras literarias (particularmente alegorías, repeticiones,
metáforas, etcétera) y parábolas.
d) Profusas
descripciones, especialmente cuando se trata de ejemplificar un castigo o una
recompensa (en el primer caso, el dramatismo es exacerbado).
e) Presencia
escasa de diálogos; cuando los hay, son simples y directos.
f) Incidencia
de elementos sobrenaturales (realizados por Dios) en hechos terrenos.
g).
Periodicidad del texto que consiste en la división métrica de lo escrito en
períodos, frases o cláusulas, no siempre de igual extensión, y que a su vez se
subdividen en miembros o líneas poéticas, es decir, los incisos en que se
divide la frase.
h) El
paralelismo es el procedimiento literario que más resalta en la poesía bíblica.
Consiste en la correspondencia esencial que, en cuanto a las ideas, mantienen
entre sí los miembros que integran un período sintáctico. Por ejemplo:
“Líbrame de
mis enemigos, ¡Dios mío!
Defiéndeme
de los que se alzan contra mí.
Líbrame de
los que obran la iniquidad,
Sálvame de
los hombres sanguinarios.”[25] He aquí un
ejemplo de paralelismo sinonímico, es decir, las ideas que se enlistan además
de estar ordenadas en forma paralela, son sinónimas. Existe también el
paralelismo antitético cuando las nociones trabajadas son opuestas, y sintético
en donde se establece una relación o correspondencia más amplia que la de
semejanza u oposición.
i).
Elocución poética. La poesía hebrea se distingue de la prosa por una elocución
que le es propia: pomposa, vivaz, hiperbólica en las expresiones, rebuscada y
cuidadosamente trabajada en sus giros.
j). El estilo se divide en sentencioso, figurado y
sublime
Sentencioso: Tiene un carácter didáctico y
se recurre a preceptos graves, concisos y rápidos que quitan toda lentitud al
discurso.
Figurado: Emplean numerosas imágenes
poéticas o figuras retóricas que dan mayor belleza a la expresión de las ideas.
Sublime: Los poetas hebreos cantan la
inmensidad, la magnificencia, el poder y la sabiduría infinita de Yavé; y
aunque el poeta utilice a veces imágenes muy comunes alcanza lo sublime en las
ideas.
La
trascendencia de la literatura hebrea no se limita a la influencia religiosa
que implica; numerosos tópicos bíblicos han sido tema de otras obras literarias
e, incluso, de muchas otras obras de arte.
LO
QUE HAS APRENDIDO
1. En un
mapa, señala con verde la región mesopotámica, con rojo la región egipcia y con
amarillo el pueblo hebreo, en los momentos históricos que aquí han sido
referidos.
2. Elabora
un mapa conceptual en el que expreses las características de la literatura
mesopotámica.
3. Realiza
un cuadro sinóptico relativo a la literatura egipcia; deberá incluir por lo
menos períodos y obras literarias, así como cualquier otro elemento que
consideres necesario.
4. Desarrolla
un esquema en el que expreses la conformación de la Biblia.
LITERATURA DEL PUEBLO ÁRABE
RECUERDA
LO QUE SABES
¿Qué es el
Islam?
¿Conoces
algo sobre el Corán?
¿Qué región
actual es considerada árabe?
Comentario
Así como la
literatura hebrea tiene como figura central la Biblia, puede decirse que la literatura
árabe comienza con el Corán (que significa "lectura" o
"proclamación"), que reúne la predicación de Mahoma y preceptos del
Islam; es el texto sagrado de los musulmanes; consta de ciento catorce capítulos.
De este
texto sagrado se distingue la poesía, distribuida en dos vertientes: en una
predominan los temas amorosos, con un tono generalmente ligero y desenvuelto,
incluso desvergonzado; en la otra vertiente se cuidan más, tanto la forma como
los temas.
Quizá el
género en que más sobresalieron los árabes es en el narrativo; son abundantes
los relatos breves, en ocasiones con intención moralizadora; los cuentos suelen
estar relacionados con los relatos de otras culturas. La obra característica de
esta época es la Manama , serie de cuentos cortos sobre un mismo
protagonista; sin embargo, Las mil y una
noches es el texto más conocido de este pueblo; está conformado por
diversos relatos procedentes de la
India , Persia, y otros países islámicos, enmarcados en una
historia mayor (la de Scherezada y el rey). La trascendencia de esta obra árabe
persiste hasta nuestros días, no sólo por su difusión, sino porque los relatos
son conocidos individualmente, convirtiéndose muchos de ellos en clásicos
infantiles.
Veamos un texto:
Las mil y una noches (fragmento 1).
Estos actos de barbarie sembraron la consternación en todo el reino y,
en vez de las alabanzas y bendiciones que hasta entonces habían tributado al
sultán, todos los vasallos le maldecían y le deseaban la muerte. El gran visir
que, contra su voluntad, era ministro de esa cruel injusticia, tenía dos hijas.
La mayor se llamaba Scherezada y Diznarda la más joven. Ésta, no menos bella
que su hermana, no poseía, sin embargo, el valor superior a su sexo y el
ingenio y la perspicacia de que aquélla estaba dotada. Scherezada había leído
mucho y poseía una memoria prodigiosa. Había estudiado filosofía, medicina,
historia y bellas artes y componía versos mucho mejor que los más célebres
poetas de su tiempo. Además, su belleza era perfecta y su corazón sólo
albergaba los sentimientos más nobles y generosos. El visir amaba
entrañablemente a esta hija, que era, en verdad, digna de su amor.
Un día en que ambos se hallaban reunidos, Scherezada dijo al visir:
—
Padre mío, quiero pediros
una gracia.
—
Que yo te concederé
gustosísimo, si, como espero, es razonable.
—
He ideado un plan —repuso la
joven— para poner coto a las barbaridades que comete el sultán con las hijas de
familia.
—
Digna de alabanza es tu
intención —contestó el visir—, pero me parece que no tiene cura lo que tú
piensas reparar.
—
Padre mío – replicó
Scherezada-, puesto que sois vos el que cada noche habéis de procurar una nueva
esposa al sultán, os ruego que le propongáis que me conceda ese honor.
—
¡Ah! —exclamó el visir, aterrado—,
¿has perdido el juicio, hija mía? ¿Cómo te atreves a hacerme semejante juego?
¿Sabes a lo que te expone tu indiscreto celo?
—
Sí, padre mío —contestó Scherezada—, sé a qué peligro me
expongo. Si perezco, mi muerte será gloriosa, pero si logro llevar a cabo mi
empresa, hará a mi patria un servicio inmenso.
—
No, no —replicó el visir—.
Es inútil que insistas, pues no puedo acceder a lo que me pides.
—
Concedédmelo, padre mío,
será la última gracia que os pida.
—
Tu obstinación —repuso el
visir— hará que me enoje. ¿Por qué te empeñas en ir al encuentro de una muerte
segura? El que no prevé el fin de una empresa peligrosa, no puede realizarla
como es debido. Cuidado no te suceda lo que al asno, que estaba bien y no supo
contentarse con su suerte.[26]
Comentario
En el ágil relato que acabas de leer el narrador
presenta a dos jóvenes mujeres, hijas del visir; una de ellas le pide que le
permita ser la esposa siguiente del sultán porque ella ha ideado la forma de
vencer los temores del poderoso rey. El sultán había decidido casarse cada
noche con una nueva doncella a quien irremediablemente asesinaba al amanecer
del nuevo día; lo hacía para vengarse de una mujer que lo había traicionado.
Scherezada se encargará de contarle historias interminables y atractivas hasta
el extremo de captar la atención del monarca y conseguir de él —después de
mucho tiempo— su perdón y el matrimonio definitivo.
Veamos también un ejemplo de esos relatos:
Historia de Simbad, el marino
En el reinado del mismo califa de quien acabo de hablar –dijo
Scherezada- vivía en Bagdad un pobre mandadero que se llamaba Himbad. Fatigado
un día de gran calor con el peso de su carga, se paró en una calle estrecha
donde reinaba un fresco agradable y perfumado que convidaba a tomar algunos
momentos de descanso. Se sentó junto a un gran edificio, en el que se celebraba
sin duda algún festín, a juzgar por los instrumentos músicos que se oían en
unión de ese ruido especial que produce siempre la alegría de los convidados.
Quiso el buen mandadero averiguar lo que hubiese, y dirigiéndose a uno de los
criados que estaban en el pórtico le preguntó el nombre del dueño de la casa:
—
¿Es posible —exclamó el
criado— que vos, vecino de Bagdad, ignoréis que vive en este palacio el célebre
Simbad el marino, ese famoso viajero que ha recorrido todos los mares que
alumbra el sol?
El mandadero había oído, en efecto, hablar de la opulencia del señor
Simbad, y no pudo prescindir de comparar las riquezas y el bienestar de éste
con la miseria a que él se veía reducido y los afanes que le costaba el
mantener a su numerosa familia. Nuestro hombre, entregado a un acceso de
desesperación, vio salir del palacio a un criado que le dijo:
—
Seguidme. Mi amo, el señor
Simbad, quiere hablaros al momento. —Y condujo al asombrado Himbad a una gran
sala donde estaban varias personas alrededor de la mesa del banquete, compuesto
de exquisitos manjares.
Veíase en el sitio de honor a un hombre grave, de aspecto respetable y
de larga barba blanca. Era Simbad el marino, que, al notar la turbación natural
del mandadero, se acercó a él, le sirvió de comer y de beber con el mayor
agrado, tratándole de hermano, según la costumbre de los árabes. Concluida la
comida, dijo Simbad al mandadero que había escuchado sus exclamaciones desde la
ventana, y que iba a sacarle del error en que se encontraba, al creer, sin
duda, que había adquirido sus riquezas sin trabajos ni penalidades de ninguna
especie.
—
Sí, señores —continuó Simbad
dirigiéndose a los convidados, después que el pobre mandadero murmurase algunas
palabras de excusa—, he sufrido mucho durante una larga serie de años, y los
peligros de mis aventuras en los siete viajes que he hecho exceden a cuanto
pueda concebir la imaginación. Voy a relataros mi historia para que sirva de
recreo y de enseñanza al hermano Himbad, que hace poco se lamentaba de su
triste suerte.[27]
Actividades
1. Lectura complementaria. Lee con atención en Las mil y una noches el relato de por lo
menos dos de los siete viajes que lleva a cabo Simbad, el marino.
2. Redacta un resumen en una cuartilla de uno de
esos viajes.
3. Comenta por escrito uno de
esos viajes observando en él los personajes que participan y los elementos
fantasiosos a los cuales el narrador recurre.
Características de la
literatura árabe
La
literatura árabe se caracteriza por:
a) Tres
formas literarias: la sagrada, la narración y la poesía.
b) En la
narración sobresalen los cuentos o relatos breves.
c) En estos
relatos, existe un lenguaje ceremonioso que refiere las costumbres de la época.
d) La
intervención de seres fantásticos (como genios o hechiceros) es recurrente.
e) La
temática suele versar sobre la debilidad humana y el castigo que ello amerita.
f) Con
frecuencia está presente la divinidad, por lo menos en la invocación de algún
personaje.
LO
QUE HAS APRENDIDO
Explica
cómo está estructurado el texto Las mil y
una noches; utiliza dibujos.
Elabora un
mapa conceptual en el que plasmes algunas características de la literatura
árabe.
LITERATURA CHINA
RECUERDA
LO QUE SABES
Panorama cultural
Literatura
LO QUE HAS
APRENDIDO
LITERATURA HINDÚ
RECUERDA LO
QUE SABES
Panorama cultural
Literatura
Las más
antiguas manifestaciones escritas en alguna lengua de la India son las
compuestas en sánscrita; si bien existieron textos en otras lenguas, éstos no
se pusieron por escrito sino hasta nuestra era.
En la
literatura sánscrita se establecen dos períodos:
a) Período
védico (1500-200 a. C.)
Predomina
el contenido religioso; aglutina algunas de las obras que sientan las bases del
hinduismo, entre las que destacan los Libros védicos, formado por cuatro
libros de sentencias e himnos religiosos compuestos a lo largo de varios
siglos: el Sama-Veda o Veda de las
melodías (destinadas a ser cantadas), el Rig-Veda
(de donde se toman las estrofas del libro predio), el Yajur-Veda o Veda de las fórmulas de los sacrificios (con dos
versiones: texto “blanco”, que contiene las fórmulas, y texto “negro”, que
incluye fórmulas y los respectivos comentarios en prosa), y el Atharva Veda, que incluye textos
heterogéneos, con el predominio de plegarias mágicas.
Alrededor
de estos libros surgen otras obras que se encargan de interpretarlos o
explicarlos; por ejemplo los Brahmanas
contienen descripciones de ritos, explicaciones lingüísticas, desarrollo de la
tradición y especulaciones filosóficas; los Upanishads
contienen la filosofía hindú.
b) Período
sánscrito clásico (200 a. C. a 1100 d. C.)
Las obras
de este período, en contraste al védico, son de contenido esencialmente profano
y pueden agruparse en tres géneros principales:
1. La
epopeya. A este género pertenecen dos de los principales textos de la
literatura sánscrita: Mahabharata (poema
narrativo compuesto en torno al 300 a. C., cuya autoría se atribuye a Vasa;
relata la lucha entre dos ramas —príncipes— de una misma familia por el control
de un reino) y Ramayana (poema
que comenzó a componerse, probablemente, durante el siglo III a. C.; atribuido
a Valmiki, narra las peripecias del príncipe Rama y su familia).
2. El
cuento. Abundan colecciones de relatos de temática y estructura variada;
algunos adoptan forma de fábula, otros de cuentos de hadas y otros tienen un
tono más realista, pero todas las colecciones cuentan con un hilo conductor que
unifica las distintas historias; la más influyente de estas colecciones es el Panchatantra
(setenta fábulas ordenadas en torno a cinco temas: la separación de los amigos,
la forma de entablar amistades, la batalla entre cuervos y búhos, la pérdida de
lo que se ha ido adquiriendo y los actos realizados sin reflexionar; el hilo
conductor es la educación de un joven príncipe).
FRAGMENTOS RAMAYANA-MAHABARATA Y ANÁLISIS
EL RAMAYANA
El Ramayana
es el más antiguo e importante poema épico de la literatura hindú. Narra las
hazañas de Rama, que es la encarnación del dios Vishnú. Escrito originalmente
en sánscrito, y atribuido a Valmiki, nos presenta lo divino y lo humano
entremezclado en una colorida descripción de héroes, semidioses, gigantes y
animales alucinantes. Además de resultar una aventura, aporta elementos que
ayudan a comprender la sensualidad, el misticismo y la emotividad de la
sensibilidad hindú, pueblo sobre el cual ha tenido gran ingerencia y en cuya
moral y costumbres ha influido considerablemente. (Valmiki;--:7)
RAMAYANA
Era una
vasta y extensa comarca: alegre, abundante en trigo y rebaños, junto a la
orilla del Sarayu, llamado también Kasala. Había allí una ciudad, célebre en
todo el universo, llamada Ayodya y fundada por Manú, el jefe del género humano.
Cuidad
bella y feliz, inexpugnable, provista de puertas bien distribuidas, con calles
grandes, amplias, entre las cuales se destaca la calle Real, donde el rocío del
agua destruía las volutas de polvo. Numerosos mercaderes frecuentaban sus
bazares y numerosos joyeros adornaban los escaparates. Casas enormes cubrían su
superficie, embellecida por sotos y jardines públicos. Fosos profundos e
infranqueables la circundaban. Arcos ornamentales coronaban sus puertas,
constantemente vigiladas por los arqueros.
Un rey
magnánimo, Dasarata, que añadía victoria tras victoria al imperio, gobernaba
por aquel tiempo la ciudad, como Amaravatila de los Inmortales.
Este
monarca, bien instruido en la justicia y para quien la justicia era el fin
supremo, carecía de un hijo que prolongase su descendencia, y su corazón se
consumía de dolor. Un día que pensaba en su desgracia ocurriósele: “¿Quién me
impide celebrar un asvameda para impetrar un hijo?”
Así, fue a
buscar a Vasista,y después de ofrecerle un homenaje de salutación, le dirigió
estas palabras:
-Es preciso
celebrar inmediatamente un sacrificio a manera de los que ordena el Sastra, tan
cuidadosamente que ninguno de los genios malos destructores pueda impedirlo.
Exijo de ti este sacrificio.
-Haré- dijo
el virtuoso- cuanto Tu Majestad desee.
Vasista
hizo llamar a Sumatra, el ministro, y le dijo:
-Invita a
los reyes de la tierra fieles a la justicia.
Transcurridos
algunos días y sus noches, llegaron en gran número los reyes llamados por
Dasarata, a quienes éste había enviado regios regalos. Entonces Vasista, con el
alma henchida de satisfacción, se presentó ante el monarca y se expresó así:
-Han
venido, ¡oh ilustre entre los ilustres!, todos los reyes, conforme a tus
deseos. Los he recibido y honrado a todos dignamente.
El rey
encantado por estas palabras, dijo:
-Que se
celebre hoy mismo el sacrificio, íntegramente, en todas sus partes, con todos
los ofrecimientos.
Los
sacerdotes, consumados maestros en la ciencia de interpretar las Santas
Escrituras, dieron de inmediato inicio a la primera de las ceremonias, la
ascensión del fuego, según los ritos del sutra del Kalpa. Las reglas de la
expiación también fueron observadas escrupulosamente, y se hicieron todas
aquellas libaciones exigidas por las circunstancias.
Kaosalya,
una de las esposas de Dasarata, describió un pradaksina alrededor del caballo a
ser sacrificado, le adoró con unción, derramó sobre él perfumes, guirnaldas y
flores. Después, la casta esposa, en compañía del advaryu, tocó a la víctima, y
pasó la noche con ella, para obtener el hijo objeto de sus deseos.
Inmediatamente,
el rituidje, después de degollar a la víctima y sacarle el tuétano de los
huesos, conforme a las reglas sagradas, lo esparció y derramo sobre el fuego,
invitando al sacrificio a cada uno de los Inmortales, con la fórmula
acostumbrada en las oraciones. Entonces, movido por el deseo inmenso de obtener
progenie, el rey Dasarata, unido en este acto fiel a su esposa, respiró el humo
de los tuétanos que el brasero consumía sobre el altar. Los oficiantes cortaron
en pedazos los miembros del caballo y ofrecieron en el mismo fuego a los
habitantes de los cielos la parte que les asigna el ritual. (Valmiki;--:9 y
10).
FRAGMENTO
DEL MAHABARATHA
Algunos
autores opinan que el Mahabrata no es propiamente un poema, sino toda una
literatura, ya que es tan vasto, que semeja, más bien, un muestrario de la
poesía bárdica; y que, a pesar de que se atribuye a Viasa, sabio mítico, no es
obra de un solo poeta, sino que tardó varios siglos en formarse e ir engrosando
por medio de digresiones y temas tangentes.
El núcleo
de la historia parece haber sido favorable originalmente a la familia de los
koravas. Sin embargo, sufrió paulatinamente un giro inverso, hasta que se logró
que la narración siguiera un curso favorable a los pandavas.
El poema
presenta, además de las secciones rimadas sin unidad métrica, largos fragmentos
en prosa, muchos de los cuales datan del siglo V a. de C. Aconteció que, desde
ese siglo, se difundió un tipo de literatura narrativa que dio por resultado el
surgimiento de las dos grandes epopeyas tradicionales, el Mahabarata y el
Ramayana. El más extenso es el que ahora nos ocupa, ya que consta de unos 215
mil versos. Es decir, que es unas ocho veces más extenso que la Ilíada y la Odisea juntas.(p.65)
EPISODIO DE
NALA
Y DAMAYANTI
(VANA-PARVA)
Hubo entre los Nishadenos un
rey
vigoroso, Nala, hijo de
Virasena. Era
gallardo, reunía las
cualidades que
más se desean, y era hábil
para ma-
nejar caballos: era un héroe
piadoso
que sabía el Veda; era
verídico, fuer-
te, y mandaba un numeroso
ejército;
era simpático para los
hombres y pa-
ra las mujeres; era
generoso; como
valiente guerrero, manejaba
perfec-
tamente el arco y parecía
que era el
mismo Manú, hecho visible en
la
Tierra; pero… era aficionado
al
juego de dados. (p.76)
LAS ABEJAS
Un príncipe, después de haber cazado en pleno
sol toda una mañana, fue a descansar a un bosque. Allí vio un enjambre de
abejas dedicadas al trabajo.
Quedó sorprendido de la industria maravillosa
de aquellos insectos: sus movimientos y la aplicación con que trabajaban, le
produjeron una admiración tan grande, que le inspiraron el deseo de preguntar a
su ministro cuál era el propósito que había movido a aquellos seres alados a
reunirse alrededor de un árbol, y a quién pertenecía aquel ejército numeroso.
El ministro respondió: Señor, esos animales,
a pesar de su pequeñez, son muy útiles por el provecho que puede obtenerse de
su trabajo admirable: son moscas de miel y no hacen daño a nadie. Su naturaleza
es notable y parecen animados del espíritu de Dios y dedicados a cumplir su
voluntad. Tienen un rey que se llama Jasub, más corpulento que ellas: bajo las
órdenes de éste, tiemblan como una hoja de sauce, y caen delante de él como las
hojas secas en otoño al soplo impetuoso del aquilón.
Ese rey tiene un consejero, varios ujieres,
lugartenientes, porteros y guardias. Sus favoritos y sus súbditos están dotados
de un espíritu maravilloso: ellos mismos construyen el palacio del rey, con
tanto arte, que sorprendería a Singar, si éste viese un edificio tan admirable
hecho por un pueblo de insectos.
Cuando está terminado el palacio, el rey
recibe de las moscas de miel un juramento, por el cual se comprometen a no
posarse nunca en ninguna basura. De las rosas, de los jacintos, de la albahaca,
extraen jugos delicados, de los cuales, en su estómago, se forma una substancia
admirable, que conocemos con el nombre de miel y que sirve para componer una
bebida muy útil para la salud.
Cuando las abejas regresan de hacer su
recolección, los porteros las examinan para comprobar con cuidado si vienen o
no limpias. Si observan que estan manchadas de basura, las matan en el acto con
su aguijón. Cuando, por negligencia, dejan pasar algunas impuras, el rey en
persona lo averigua, y , después de ordenar que se le presenten los culpables y
los porteros, condena a muerte a estos últimos y en seguida a las abejas, por
haber contravenido la disciplina del Estado.
Las historias cuentan que, imitando a las
abejas, el famoso emperador Gemschid fue el primero que estableció porteros,
ujieres y guardias en su cámara, y oficiales en su palacio, y que después de
él, los demás reyes supieron llevar a la perfección el buen orden que
actualmente se observa en sus respectivas cortes y en sus ejércitos.
El príncipe preguntó a su ministro : Me
sorprende que las abejas, aunque salvajes, no tengan animosidad las unas contra
las otras, que no se sirvan de su aguijón más que para tomar su alimento, y que
muestren tanta dulzura…
El ministro volvió a hacer uso de la
palabra: Esos animales, señor, no se gobiernan más que por un común instinto:
pero no sucede así con los hombres, ya que cada uno de éstos tiene diferente
condición natural. Como el hombre se compone de alma y de cuerpo, que son cosas
muy desemejantes, porque la una es sutil y la otra grosera, la una representa
la luz y la otra las tinieblas, constituye un ser elevado y al mismo tiempo un
ser vil y bajo, y cada uno de estos seres quiere sobreponerse al otro: de ahí
surgen las diferencias que entre ellos se observan. Por ese motivo se entregan
a la codicia, a la envidia, al odio, a las crueldades, a las imposturas y a
todas las pasiones desordenadas. (pp.159y160)
Varios autores. La India Literaria.
Porrúa. México, 1992.
LO QUE HAS
APRENDIDO
PARA
RECAPITULAR
[1] Guías
visuales océano. Mamíferos, Barcelona, Océano, 2004, p. 240.
[2] Diccionario
de la lengua española, 22a ed., Madrid, Espasa, 2001, p. 871.
[3] Juan José Arreola. Bestiario, México, Planeta/CONACULTA,
2002, col. Ronda de clásicos mexicanos, p. 30.
[4] Por ejemplo, Franz Kafka escribió a
su padre varias cartas que nunca pensó enviar (era sólo un medio para expresar
sus pensamientos y emociones) y que, incluso, pidió a un amigo que las destruyera
al morir el escritor. Afortunadamente, ese amigo no cumplió con la petición de
Kafka y hoy contamos con esas epístolas reunidas en Carta al padre.
[5] Cfr. Kurt
Spang. Géneros literarios, Madrid,
Síntesis, 1993, col. Teoría de la literatura y literatura comparada No. 14.
[6] Cfr.
María Moliner. Diccionario de uso del
español, tomo I, 2ª ed., Madrid, Gredos, 2002, p.1301.
[7] Pablo Neruda. “Soneto iii”, en Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Cien sonetos de amor,
Barcelona, Altaya, 1995, col. Biblioteca de premios Nobel No. 2, p. 117.
[8] Villiers de L’Isle-Adam. “El convidado
de las últimas fiestas”, en Cuentos
crueles, trad. Manuel Granell, Madrid, Espasa, 2003, col. Grandes clásicos
universales, pp. 100-101.
[9] Carlos Fuentes. Gringo viejo, Barcelona, RBA, 1993, col. Narrativa actual No. 8, p.
45.
[10] Isak Dinesen. Memorias de África, trad. Barbara McShane y Javier Alfaya,
Barcelona, RBA, 1993, col. Narrativa actual No. 11, p. 43.
[11] Horacio Quiroga. “El almohadón de plumas”,
en Cuentos de amor, de locura y de muerte,
México, EMU, 1995, pp. 62-65.
[12] Michael Ende. Jojo. Historia de un saltimbanqu, trad. Analis Gruber y flora
Casas, 3ª ed., Barcelona, Plaza & Janés, 1998, pp. 11-12.
[13] Francisco Montes de Oca. Literatura universal, 29 ed., México,
Porrúa, 1990, p. 13.
[14] José Luis Santos Fernández (ed.) Terrae
Antiqvae Revista de Arqueología e Historia Antigua online [en
línea], SMO Sistemas, España, 2005 <http://terraeantiqvae.blogia.com>
[Consultada el 16 de diciembre de 2005].
[15] Idem.
[16] Ello alude a la caracterización de la
región: islotes en medio de pantanos, cubiertos de cañaverales.
[17] Félix Guirand (dir.) Mitología general, trad. Pedro Pericay, Barcelona, Labor, 1965, pp.
62-63.
[18] Félix Guirand. Op
cit., pp. 64-65.
[19] Francisco Montes de Oca, Teoría y técnica de la literatura, 8ª
ed., México, Porrúa, 1983, p.148.
[20] José María González-Serna Sánchez.
“Literaturas mesopotámicas”, en Aula de
letras [en línea]
<http://www.auladeletras.net/> [Consultado el 17 de diciembre de 2005].
[21] “Epopeya de Gilgamesh” (fragmento), en Félix
Guirand. Op. cit., p. 90.
[22] José María González-Serna Sánchez.
“Literatura egipcia”, en Aula de letras
[en línea]
<http://www.auladeletras.net/> [Consultado el 17 de diciembre de 2005].
[23] Francisco Montes de Oca. Literatura universal, p. 12.
[25] Biblia. Madrid / Navarra,
San Pablo / Editorial Verbo Divino, 1999, Antiguo Testamento, Salmo 59, p.
1245.
Literatura
en el mundo antiguo
INTRODUCCIÓN A LA LITERATURA
Recuerda lo que sabes
¿Cómo
reconoces una obra literaria?
¿Cualquier
texto que encuentres en una biblioteca es una obra literaria?
¿Recuerdas
alguna clasificación de las obras literarias por su forma?
¿Qué es literatura?
Lee
atentamente los siguientes textos:
Texto 1.
Los más
corpulentos de todos los animales terrestres son los elefantes, pertenecientes
al orden proboscídeos, así llamados por su nariz prolongada en una larga trompa
o probóscide muscular, flexible y prensil, en cuyo extremo se abren los
orificios nasales. Sus extremidades poseen cinco dedos, sostenidos por una
especie de almohadilla elástica común; las pezuñas son anchas y planas. La piel
está casi desnuda y desprovista de glándulas sebáceas, razón por la cual el
baño periódico constituye una necesidad a la vez que un placer.
El nombre
de colmillos que suele darse a las defensas de los elefantes no es muy
apropiado, porque carecen de caninos; son en realidad incisivos, de los cuales
tienen sólo un par en la mandíbula superior. Las enormes defensas carecen de
raíz, crecen continuamente y están compuestas de dentina, o marfil, ya que el
esmalte, que sólo existe en la punta, se desgasta con rapidez y desaparece.[1]
Texto 2.
Elefante. […] Mamífero
del orden de los Proboscidios, el mayor de los animales terrestres que viven
ahora, pues llega a tres metros de alto y cinco de largo. Tiene el cuerpo de
color ceniciento oscuro, la cabeza pequeña, los ojos chicos, las orejas grandes
y colgantes, la nariz y el labio superior unidos y muy prolongados en forma de
trompa, que extiende y recoge a su arbitrio y le sirve de mano. Carece de
caninos y tiene dos dientes incisivos, vulgarmente llamados colmillos, macizos
y muy grandes.[2]
Texto 3.
Viene desde
el fondo de las edades y es el último modelo terrestre de maquinaria pesada,
envuelto en su funda de lona. Parece colosal, porque está construido con puras
células vivientes y dotado de inteligencia y memoria. Dentro de la acumulación
material de su cuerpo, los cinco sentidos funcionan como aparatos de precisión
y nada se les escapa. Aunque de pura vejez hereditaria son ahora calvos de
nacimiento, la congelación siberiana nos ha devuelto algunos ejemplares
lanudos. ¿Cuántos años hace que los elefantes perdieron el pelo? En vez de
calcular, vámonos todos al circo y juguemos a ser los nietos del elefante, ese
abuelo pueril que ahora se bambolea al compás de una polka…
No. Mejor
hablemos del marfil. Esa noble sustancia, dura y uniforme, que los paquidermos
empujan secretamente con todo el peso de su cuerpo, como una material expresión
de pensamiento. El marfil, que sale de la cabeza y que desarrolla en el vacío
dos curvas y despejadas estalactitas. En ellas, la paciente fantasía de los chinos
ha labrado todos los sueños formales del elefante.
Comentario
Como te
habrás dado cuenta, cada uno de estos textos hace referencia al elefante, sin
embargo, la manera en que se habla de él es diferente en cada caso. En el 1, se
proporciona una descripción de este animal a partir de características
anatómicas; en el texto 2, de manera similar, se define al elefante en función
de su físico; ambos pasajes (1 y 2) resultan similares; sin embargo, existen
importantes diferencias entre ellos y el tercero. Este último alude a diversas
características del elefante, pero emplea un estilo que difiere en mucho a los
anteriores: por ejemplo, para indicar la antigüedad de la especie dice “viene
desde el fondo de las edades.” El texto 3 es literario, los otros dos no lo
son.
Actividades
Lee nuevamente
los textos anteriores; detecta con qué palabras presenta cada uno de ellos
ciertas características del elefante y transcríbelas en el siguiente cuadro:
Característica
|
Texto 1
|
Texto 2
|
Texto 3
|
Tamaño
|
|||
Piel
|
|||
Colmillos
|
|||
Marfil
|
Con el
ejercicio previo te has percatado de que la utilización del lenguaje en un
texto literario es diferente a otros, como los escritos técnicos; el contenido de los textos anteriores es el
mismo (descripción de un elefante), pero la forma
en que se manifiesta cambia. En literatura, entonces, la diferencia del texto
radica en la forma.
Has
conocido ya qué es y qué no es literatura a través de la forma del lenguaje;
ahora, se trata de definirla.
Quizá en
alguna ocasión habrás escuchado este término aplicado al conjunto de textos
propios de una disciplina o una ciencia (por ejemplo, “literatura jurídica”);
algunas personas suelen considerar literatura todo material impreso de cierto
número de hojas, de tal forma que aquí engloban cualquier libro,
independientemente de su temática, la forma de utilización del lenguaje o, lo
que es más, su calidad. En ninguno de los casos anteriores se trata de
literatura.
La literatura
se concibe como una de las bellas artes, junto con la danza, la música, la
escultura, la pintura, la arquitectura y, recientemente incluido, el cine. Su
materia prima es el lenguaje, a través del cual encuentran expresión las ideas
del artista, manifiestas en la obra literaria.
Si bien el
autor de un texto de esta naturaleza no siempre tiene en mente un lector[4]
(es decir, un receptor de su creación), la obra literaria no se realiza
plenamente si no existe alguien que la lea, alguien que reciba el efecto
estético que transmite.
Definir literatura no es un trabajo fácil, y ha
sido tarea de numerosos pensadores y estudiosos desde los tiempos de
Aristóteles; por supuesto, aquí no te brindaremos una definición contundente,
sólo dejamos establecida una aproximación que tú, según tu experiencia y los
conocimientos que vayas adquiriendo, podrás complementar y enriquecer.
Literatura,
por lo tanto, es el arte de la expresión mediante la utilización del lenguaje,
con el objetivo de provocar un efecto estético en el lector.
La
literatura surge como producto de una necesidad humana por expresar sus
emociones, sus ideas, su forma de ver el mundo; por ello, se trata de un arte
ligado intrínsecamente con el hombre.
LO
QUE HAS APRENDIDO
En seguida
se presentan algunas oraciones que implican lectura; señala con una L si
consideras que alude a un hecho literario, de lo contrario anota NL.
a. Fui
a la biblioteca a consultar una enciclopedia. ( )
b. Debo
leer Gringo viejo, de Carlos Fuentes. (
)
c. “Beso:
Acción y efecto de besar” ( )
d.
Mi maestro comentó que era necesario estudiar toda la literatura referente a
este problema químico. ( )
e.
Leí Las mil y una noches el mes
pasado. ( )
f.
“¿Qué es, señora, un beso? Un juramento hecho de cerca; un subrayado de color
de rosa que al verbo amar añaden…” ( )
g.
“Hijo: tuve que salir. Dejé tu comida en la mesa. Cuídate. Mamá.” ( )
Ahora,
deberás registrar tu propio concepto de literatura; por supuesto, debes basarte
en lo comentado con antelación.
Formas de clasificación de
la literatura
A lo largo
de la historia, en distintos pueblos y en diferentes momentos se ha estudiado
la obra literaria, también a partir de diversas perspectivas. Se habla,
entonces, de “literatura medieval” o “literatura romántica” para hacer
referencia a un conjunto de obras de una época determinada, o de “literatura
inglesa” para aludir a los textos literarios producidos en una nación, independientemente
de la época. Estas categorizaciones de la literatura tienen un enfoque
historicista.
Existe otra
forma de clasificar obras literarias: a través de su estructura, de tal modo
que se crean los géneros literarios. Aun en este ámbito no existe universalidad
sobre el establecimiento de géneros y sus características. Para este curso, no
profundizaremos demasiado, así que únicamente referiremos la existencia de
cuatro géneros básicos: lírico, narrativo y dramático.[5] El
siguiente cuadro explica brevemente en qué consiste cada uno de ellos:
Género
|
Características
|
Ejemplos
|
Lírico
|
No contiene una historia,
se presenta de forma breve, generalmente en verso, con ritmo, profundiza
sobre un solo tema y la importancia de la forma es mayor que en los otros dos
géneros (de ahí la trascendencia de las figuras retóricas que suele
contener).
|
Érase un
hombre a una nariz pegado;
éase una
nariz superlativa;
érase una
nariz sayón y escriba;
érase un
pez espada muy barbado.
Era un
reloj de sol mal encarado;
érase una
alquitara pensativa;
érase un
elefante boca arriba;
era
Ovidio Nasón más naridado.
(Francisco
de Quevedo, A una nariz, fragmento)
|
Narrativo
|
Comprende una historia
contada por alguien, por lo tanto, implica la existencia de un narrador; se distinguen, básicamente,
el cuento (narración corta) y la novela (narración extensa).
|
La Serenísima Reina de
Irlanda había muerto de parto, y el infante fue entregado a una nodriza de
casa de una mujer que vivía en una cabaña junto a la orilla del bosque. Una
noche esta mujer estaba sentada meciendo la cuna y ensimismada en la
contemplación de la belleza del niño… (W. B. Yeats, La rosa secreta)
|
Dramático
|
Involucra una historia y
su representación, por lo tanto, no existe un narrador; es un texto hecho
para ser representado, y ello se refleja en su estructura con el dominio del
diálogo.
|
Ulises.
¿Qué estás haciendo, Atena? No, no le llames, que no salga.
Atena.
Silencio, ¿o es que no sabes contenerte y vas a acarrear con una fama de
cobardía?
Ulises.
No, por los dioses, pero que quede dentro: ya hay bastante.
Atena.
¿Por qué? Pero, ¿qué temes? Él, antes, ¿no era un hombre?
(Sófocles, Áyax)
|
Cada uno de
estos géneros posee características propias; no siempre son identificables a primera
vista, puesto que determinadas obras literarias contienen rasgos que pertenecen
a uno y otro. Al mismo tiempo, cada uno cuenta con recursos propios de
análisis; a continuación se presentan sólo algunos de ellos.
Texto lírico
El texto
lírico generalmente se expresa en verso; cada uno de éstos está conformado por
sílabas; a su vez, los versos se agrupan en estrofas. Cuando se trata de un
poema con estructura clásica, las estrofas son fácilmente identificables, pero
en poemas contemporáneos en ocasiones ni siquiera está presente el verso. El
seccionamiento de éste en sílabas suele obedecer al ritmo que ofrece.
La característica
relevante del texto lírico consiste en la utilización del lenguaje figurado, es
decir, aquel que emplea formas que lo alejan del modo directo y cotidiano de
expresión; para ello, suele recurrirse a las figuras literarias; básicamente,
éstas se agrupan en figuras de pensamiento, figuras de lenguaje y tropos;
referimos aquí solamente algunas.[6]
1. Figuras
de pensamiento.
a) Antítesis:
Implica contraste entre términos o expresiones.
Ve, suspiro caliente, al pecho frío
de aquella
viva piedra por quien muero.
(Luis
Barahona de Soto, “Ve, suspiro caliente”)
b)
Apóstrofe: vocativo o invocación dirigido a alguien.
—Antonio Torres
Heredia,
Camborio de dura crin,
moreno de verde luna,
voz de clavel varonil:
¿Quién te
ha quitado la vida
cerca del
Guadalquivir?
(García
Lorca, “Muerte de Antoñito el Camborio”)
c)
Eufemismo: Expresión que sustituye a una que no desea decirse; en ocasiones
ello obedece a que resulta violenta, desagradable o prohibida.
Allí me
mostrarías
aquello que mi alma pretendía,
y luego me
darías
allí tú,
vida mía,
aquello que me diste el otro día.
(San Juan
de la Cruz, Cántico espiritual)
d)
Hipérbole: Implica una exageración; expresa una idea que traspasa lo verosímil.
Sobre el
corazón la mano
me he
puesto, porque no suene
su latido,
y de la noche
turbe la
calma solemne.
(Bécquer, Rima xxvii)
e) Oxímoron:
Unión de dos palabras de significado opuesto para crear uno nuevo.
Dulce soñar y dulce congojarme,
Cuando
estaba soñando que soñaba…
(Juan
Boscán)
f)
Personificación: Atribución de cualidades humanas a cosas inanimadas o
abstractas.
Frunce su
rumor el mar.
Los olivos
palidecen.
Cantan las
flautas de umbría…
(García
Lorca, “Preciosa y el aire”)
g)
Prosopopeya: Similar a la personificación, consiste en atribuir discurso a
entidades no humanas.
cruzó la
ancha nave,
las puertas gimieron…
(Bécquer, Rima lxxiii)
2. Figuras
de lenguaje.
a)
Aliteración: Repetición de un sonido a fin de intensificar la idea expresada.
Y al cuello el lazo atado
con que desenlazó
de la cadena
el corazón cuitado…
(Garcilaso
de la Vega , “A
la flor de Gnido”)
b) Anáfora:
Repetición de una o varias palabras al inicio de una oración, verso o periodo
sintáctico para destacar cierta idea.
¿Cómo eres
rey sin estado?
¿Cómo Dios
y estás desnudo?
¿Cómo
elocuente, si mudo?
¿Cómo
cobarde, si osado?
(Tirso de
Molina, “Chispas”)
c)
Onomatopeya: Imitación del sonido de algo con el vocablo creado para aludirlo.
Cantan las
flautas de umbría
y el liso gong de la nieve.
(García
Lorca, “Preciosa y el aire”)
3. Tropos.
a)
Alegoría: Representación de elementos abstractos mediante objetos concretos.
Me sentí de
un ardiente
deseo llena
el alma:
¡como atrae un abismo, aquel
misterio
hacia sí me arrastraba!
(Bécquer, Rima lxxiv)
b)
Comparación: Relación entre elementos a través de nexos.
En mi cielo
al crepúsculo eres como una nube
y tu color
y forma son como yo los quiero.
(Neruda,
Poema 16 de Veinte poemas de amor y una
canción desesperada)
c)
Metáfora: Comparación carente de nexos; traslado de sentidos.
El rubí de
tu boca me rindiera (Francisco Medrano, “El rubí de tu boca”)
d)
Sinestesia: Vinculación de uno o más registros sensoriales con un sentido que
no les corresponde.
Cobre
amarillo su carne,
huele a caballo
y a sombra.
(García
Lorca, “Romance de la pena negra”)
Actividades
Lee el
siguiente poema; localiza todas las figuras literarias que te sea posible,
señalando cada una.
Áspero
amor, violeta coronada de espinas,
matorral
entre tantas pasiones erizado,
lanza de
dolores, corola de la cólera,
por qué
caminos y cómo te dirigiste a mi alma?
Por qué
precipitaste tu fuego doloroso,
de pronto,
entre las hojas frías de mi camino?
Quién te
enseñó los pasos que hasta mí te llevaron?
Qué flor,
qué piedra, qué humo mostraron mi morada.
Lo cierto
es que tembló la noche pavorosa,
el alba
llenó todas las copas con su vino
y el sol estableció
su presencia celeste,
mientras
que el cruel me cercaba sin tregua
hasta que
lacerándome con espadas y espinas
Texto narrativo
El texto
narrativo implica una historia que se cuenta; ese relato es realizado por una
entidad distinta al autor: por el narrador. Otros elementos importantes son los
personajes, el tiempo y el espacio.
El narrador
El narrador
ha sido objeto de diferentes estudios que han arrojado tipologías que dependen
de la persona que narra, su participación en lo narrado y cómo refiere la
enunciación de los personajes.
Si se
considera que el narrador es un mediador que expresa los hechos relatados, se
tienen que establecer tres relaciones diferentes con los personajes, según su
conocimiento de la historia:
a) Narrador
omnisciente: sabe más que los personajes, incluso percibe lo que éstos piensan
y sienten, posee el conocimiento de lo que ha pasado antes de lo narrado y lo
que pasará después.
b) Narrador
equisciente: sabe lo mismo que los personajes, sea o no uno de ellos, por lo
tanto, no tiene posibilidad de conocer qué piensan otros ni puede predecir lo
que ocurrirá o expresar lo que desconoce.
c) Narrador
deficiente: sabe menos que los personajes, así que va enterándose de los hechos
cuando van ocurriendo, desconoce la conciencia de cualquier personaje.
En lo que
se refiere a la participación del narrador, debe considerarse que existen dos
maneras en que se presenta la historia: si es una sola o si engloba otra (u
otras) dentro de ella. Cuando el narrador pertenece a una historia sin
dependientes, es decir, cuando no incluye otras, puede ser:
a)
Heterodiegético: no participa en la historia. Ejemplo: La Ilíada de Homero en donde el narrador no forma
parte de la historia que narra.
b)
Homodiegético: interviene en lo relatado; por lo tanto, es un personaje.
Ejemplo: En numerosos cuentos de Jorge Luis Borges se observa la presencia del
narrador que adopta la condición y características de un personaje.
c)
Autodiegético: no sólo interviene en la diégesis, sino que lo contado es su
propia historia, en consecuencia, es el protagonista de lo que narra. Ejemplo: Lazarillo de Tormes de autor anónimo en
donde el personaje cuenta en primera persona su vida.
En los
casos en que se trata de una historia que incluye otras o que se circunscribe
dentro de alguna, el narrador puede ser:
a)
Extradiegético: corresponde al relato principal, es decir, al que enmarca otras
diéresis.
b)
Intradiegético: pertenece a una historia incluida en otra.
En la
novela Abel Sánchez del escritor
español Miguel de Unamuno, el narrador extradiegético abre —con el subtítulo
tanto como con el fragmento al “Prólogo a la segunda edición”— y cierra
—“¡Queda escrito!— la novela; la subtitula, cede paso después al escritor —en el prólogo—, y constantemente intercala su
relato con el de Joaquín Monegro —personaje de la novela—, este último de nivel
intradiegético.
Estilo directo e indirecto
En lo que
respecta a la manera en que el narrador manifiesta el discurso de los
personajes, existen el estilo directo, el indirecto y el indirecto libre.
El estilo
directo implica que el narrador reproduzca las palabras de los personajes como
fueron emitidas; para ello recurre a la utilización de marcas como las comillas
o el guión largo:
Llamamos.
José apareció. Mientras terminábamos con él, la escocesa murmuró tranquilamente
junto a Antonia:
—¿No tienes nada que decir a
José, pequeña?
El narrador
utiliza el estilo indirecto cuando da a conocer que el personaje se ha
expresado, pero sin reproducir exactamente sus palabras: “untó otro pensamiento
sobre éste, como mantequilla sobre pan tostado: ¿se había mirado Harriet
Winslow en los espejos al entrar aquí?…”[9]
Finalmente,
el estilo indirecto libre significa que el narrador deje asentado que el
personaje realizó un acto de habla, aunque no expresa lo dicho: “Había contado
alguno de aquellos cuentos a un amigo cuando venía a visitar la granja.”[10]
Los personajes
El narrador
relata acciones que, evidentemente, son realizadas por alguien: los personajes.
La clasificación de éstos depende de tres factores: su importancia para la
historia, su postura en ella y su composición.
En cuanto a
la importancia del personaje para la historia, éste puede ser principal,
secundario u ocasional. El principal es aquél en torno al cual giran los hechos
narrados; su presencia resulta imprescindible. El personaje secundario posee
importancia sólo en función del principal, puede aparecer o desaparecer en
cualquier momento de la narración. Finalmente, el personaje ocasional (llamado
también incidental) surge de manera esporádica en la narración, generalmente
para cumplir una función específica dentro de la historia, y luego desaparece.
En lo que
se refiere a la postura adoptada por el personaje, éste puede ser protagonista
o antagonista; el primero realiza las principales acciones narradas, mientras
que el segundo es el encargado de obstaculizarlo.
En cuando a
su composición, los personajes se dividen en individuales y en colectivos; el
primer caso es el más común en los textos narrativos, se refiere a un solo
individuo; el segundo, en cambio, aglutina dos o más entidades que se comportan
como una sola (por ejemplo, el pueblo en alguna novela histórica).
Los
personajes no solamente son humanos, sino que pueden ser animales (como en
algunas fábulas) e, incluso, entidades inanimadas.
Otro aspecto
importante de los personajes es su descripción; ésta permite que el lector sepa
cómo son los personajes tanto externa como internamente; cuando se realiza una
descripción externa, el narrador proporciona un retrato físico (edad, estatura,
género, color de piel y ojos, etcétera), mientras que si refiere una
descripción interna, ha elaborado un retrato psicológico (temperamento, humor,
personalidad).
Espacio
En el texto
narrativo, los personajes requieren de un espacio que los contenga; así, lo
espacial es transmitido por el narrador a través de descripciones que explican
cómo es el lugar en que se realizan las acciones; de manera general, se tiene
que el espacio se divide en dos tipos: abierto o cerrado. El espacio abierto se
presenta cuando el lugar se encuentra en los exteriores, como las calles, la
campiña, una plaza, el mar, etcétera. En oposición, el espacio cerrado se
establece en los interiores: dormitorios, casas, escuelas, oficinas, entre
otros.
Tiempo
Finalmente,
se halla el tiempo; por supuesto, las acciones relatadas se desarrollan en una
dimensión temporal, y no siempre son contadas conforme ocurren, es decir, el
orden. Existen básicamente dos alteraciones de orden: las retrospecciones
(analepsis) y las prospecciones (prolepsis); las analepsis significan un salto
hacia atrás en el tiempo, generalmente útil para explicar hechos previos a lo
que se narra; por su parte, las prolepsis predicen algo que va a ocurrir en el
relato.
Con los
elementos proporcionados, es posible realizar un breve análisis de la
estructura de un texto narrativo, sin importar que se trate de una novela o un
cuento.
Actividades
Lee el
texto que se ofrece a continuación. Se trata de un cuento. En seguida completa
el cuadro presentado.
El
almohadón de plumas
Horacio
Quiroga.
Su luna de
miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su
marido heló sus soñadas niñerías de novia. Ella lo quería mucho, sin embargo, a
veces con un ligero estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la
calle, echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde hacía
una hora. Él, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer.
Durante
tres meses —se habían casado en abril— vivieron una dicha especial.
Sin duda
ella hubiera deseado menos severidad en ese rígido cielo de amor, más expansiva
e incauta ternura; pero el impasible semblante de su marido la contenía
siempre.
La casa en
que vivían influía no poco en sus estremecimientos. La blancura del patio
silencioso —frisos, columnas y estatuas de mármol— producía una otoñal
impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el
más leve rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella sensación de
desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en toda
la casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia.
En ese
extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. No obstante había concluido
por echar un velo sobre sus antiguos sueños, y aún vivía dormida en la casa
hostil, sin querer pensar en nada hasta que llegaba su marido.
No es raro
que adelgazara. Tuvo un ligero ataque de influenza que se arrastró
insidiosamente días y días; Alicia no se reponía nunca. Al fin una tarde pudo
salir al jardín apoyada en el brazo de su marido. Miraba indiferente a uno y
otro lado. De pronto Jordán, con honda ternura, le pasó muy lento la mano por
la cabeza, y Alicia rompió en seguida en sollozos, echándole los brazos al
cuello. Lloró largamente todo su espanto callado, redoblando el llanto a la
menor tentativa de caricia. Luego los sollozos fueron retardándose, y aún quedó
largo rato escondida en su cuello, sin moverse ni pronunciar una palabra.
Fue ése el
último día en que Alicia estuvo levantada. Al día siguiente amaneció desvanecida.
El médico de Jordán la examinó con suma atención, ordenándole cama y descanso
absolutos.
—No sé —le
dijo a Jordán en la puerta de calle con la voz todavía baja—. Tiene una gran
debilidad que no me explico. Y sin vómitos, nada… Si mañana se despierta como
hoy, llámeme en seguida.
Al otro día
Alicia seguía peor. Hubo consulta. Constatóse una anemia de marcha agudísima,
completamente inexplicable. Alicia no tuvo más desmayos, pero se iba
visiblemente a la muerte. Todo el día el dormitorio estaba con las luces
prendidas y en pleno silencio. Pasábanse horas sin que se oyera el menor ruido.
Alicia dormitaba. Jordán vivía en la sala, también con toda la luz encendida.
Paseábase sin cesar de un extremo a otro, con incansable obstinación. La
alfombra ahogaba sus pasos. A ratos entraba en el dormitorio y proseguía su
mudo vaivén a lo largo de la cama, deteniéndose un instante en cada extremo a
mirar a su mujer.
Pronto
Alicia comenzó a tener alucinaciones, confusas y flotantes al principio, y que
descendieron luego a ras del suelo. La joven, con los ojos desmesuradamente
abiertos, no hacía sino mirar la alfombra a uno y otro lado del respaldo de la
cama. Una noche quedó de repente mirando fijamente. Al rato abrió la boca para
gritar, y sus narices y labios se perlaron de sudor.
—¡Jordán!
¡Jordán! —clamó, rígida de espanto, sin dejar de mirar la alfombra.
Jordán
corrió al dormitorio, y al verlo aparecer Alicia lanzó un alarido de horror.
—¡Soy yo,
Alicia, soy yo!
Alicia lo
miró con extravío, miró la alfombra, volvió a mirarlo, y después de largo rato
de estupefacta confrontación, se serenó.
Sonrió y
tomó entre las suyas la mano de su marido, acariciándola por media hora,
temblando.
Entre sus
alucinaciones más porfiadas, hubo un antropoide apoyado en la alfombra sobre
los dedos, que tenía fijos en ella sus ojos.
Los médicos
volvieron inútilmente. Había allí delante de ellos una vida que se acababa,
desangrándose día a día, hora a hora, sin saber absolutamente cómo. En la
última consulta Alicia yacía en estupor, mientras ellos pulsaban, pasándose de
uno a otro la muñeca inerte. La observaron largo rato en silencio, y siguieron
al comedor.
—Pst… —se
encogió de hombros desalentado su médico—. Es un caso serio… Poco hay que
hacer.
—¡Sólo eso
me faltaba! —resopló Jordán. Y tamborileó bruscamente sobre la mesa.
Alicia fue
extinguiéndose en subdelirio de anemia, agravado de tarde, pero remitía siempre
en las primeras horas. Durante el día no avanzaba su enfermedad, pero cada
mañana amanecía lívida, en síncope casi. Parecía que únicamente de noche se le
fuera la vida en nuevas oleadas de sangre. Tenía siempre al despertar la
sensación de estar desplomada en la cama con un millón de kilos encima. Desde
el tercer día este hundimiento no la abandonó jamás. Apenas podía mover la cabeza.
No quiso que le tocaran la cama, ni aun que le arreglaran el almohadón. Sus
terrores crepusculares avanzaban ahora en forma de monstruos que se arrastraban
hasta la cama, y trepaban dificultosamente por la colcha.
Perdió
luego el conocimiento. Los dos días finales deliró sin cesar a media voz. Las
luces continuaban fúnebremente encendidas en el dormitorio y la sala. En el
silencio agónico de la casa, no se oía más que el delirio monótono que salía de
la cama, y el sordo retumbo de los eternos pasos de Jordán.
Alicia
murió, por fin. La sirvienta, cuando entró después a deshacer la cama, sola ya,
miró un rato extrañada el almohadón.
—¡Señor!
—llamó a Jordán en voz baja—. En el almohadón hay manchas que parecen de
sangre.
Jordán se
acercó rápidamente y se dobló sobre aquél. Efectivamente, sobre la funda, a
ambos lados del hueco que había dejado la cabeza de Alicia, se veían manchitas
oscuras.
—Parecen
picaduras —murmuró la sirvienta después de un rato de inmóvil observación.
—Levántelo
a la luz —le dijo Jordán.
La
sirvienta lo levantó, pero en seguida lo dejó caer y se quedó mirando a aquél,
lívida y temblando. Sin saber por qué, Jordán sintió que los cabellos se le
erizaban.
—¿Qué hay?
—murmuró con voz ronca.
—Pesa mucho
—articuló la sirvienta, sin dejar de temblar.
Jordán lo
levantó; pesaba extraordinariamente. Salieron con él, y sobre la mesa del
comedor Jordán cortó funda y envoltura de un tajo. Las plumas superiores
volaron, y la sirvienta dio un grito de horror con toda la boca abierta,
llevándose las manos crispadas a los bandós. Sobre el fondo, entre las plumas,
moviendo lentamente las patas velludas, había un animal monstruoso, una bola
viviente y viscosa. Estaba tan hinchado que apenas se le pronunciaba la boca.
Noche a
noche, desde que Alicia había caído en cama, había aplicado sigilosamente su
boca —su trompa, mejor dicho— a las sienes de aquélla chupándole la sangre. La
picadura era casi imperceptible. La remoción diaria del almohadón sin duda
había impedido al principio su desarrollo; pero desde que la joven no pudo
moverse la succión fue vertiginosa. En cinco días, en cinco noches, había
vaciado a Alicia.
Estos
parásitos de las aves, diminutos en el medio habitual, llegan a adquirir en
ciertas condiciones proporciones enormes. La sangre humana parece serles
particularmente favorable, y no es raro hallarlos en los almohadones de pluma.[11]
Narrador
|
||||
Según su conocimiento de
la historia
|
||||
Según su participación
|
||||
Estilos presentes
(un ejemplo para cada uno)
|
||||
Personajes
|
||||
Nombre
|
Tipos
|
Retrato
físico
|
Retrato
psicológico
|
|
1.
|
||||
2.
|
||||
3.
|
||||
4.
|
||||
5.
|
||||
Espacio
|
||||
Cerrado
|
||||
Abierto
|
||||
Tiempo
|
||||
Analepsis
|
||||
Prolepsis
|
||||
Texto dramático
El texto
dramático se crea para ser representado; por lo tanto, aquí la importancia
reside en los personajes; dado que no existe un narrador, ellos se encargan de
presentar los hechos contenidos en la historia representada.
La
estructura de las obras dramáticas es variable, si bien suelen dividirse en
actos y éstos, a su vez, en escenas. Se distinguen básicamente dos elementos en
el texto dramático: las intervenciones de los personajes y las acotaciones; las
primeras pueden darse en forma de diálogo (cuando dos o más personajes se
comunican) o de monólogo (cuando uno solo es el que habla); las acotaciones,
por su parte, incluyen todo tipo de información útil para la representación,
como nombres de personajes, escenarios, actitudes, etcétera, suelen
distinguirse por cambios de tipografía.
Actividades
Del
siguiente fragmento de texto dramático, subraya la participación de los personajes
y tacha las acotaciones:
Jojo. Historia de un saltimbanqui
(fragmento)
Michael
Ende
Pippo
|
Empieza a
oscurecer.
|
Lola
|
Y a hacer
frío. (Pippo la rodea con un brazo para
darle calor.)
|
Wilma
|
(Se acerca a los otros para
calentarse.)
Más vale
que nos olvidemos de él.
|
Yussuf
|
Sí,
seguro que ya no viene.
|
Bux
|
No me lo
esperaba. Esta vez no.
|
Muñeco
|
Pues yo
sí. Es una de las suyas.
|
Bux
|
Tú te
callas, Ottokar.
|
Eli
|
Jojo
viene. Eli está segura. Jojo es bueno.
|
Wilma
|
Con que
Jojo es bueno, ¿eh? ¿Cuántas veces habremos tenido que hacer la función sin
él porque desaparecía de repente? Ese pobre diablo siempre encuentra una
tabernucha con entrada, pero sin salida, o al menos eso dice.
|
Muñeco
|
Hoy es
imposible que pase eso.
|
Wilma
|
¿Por qué?
|
Muñeco
|
Porque
hoy no hay función. Je, je, je.
|
Bux
|
Déjate de
bromas, Ottokar. No estamos para tonterías.
|
Pippo
|
Tal vez
no haya conseguido nada con ésos.
Estará
avergonzado y no nos lo querrá decir.
|
Lola
|
(Irónica.)
Sí, a
veces es muy sensible.
|
Yussuf
|
Pero que
tarde tanto en volver también puede significar que todavía no lo ha dado todo
por perdido. Quizá tiene alguna esperanza.
|
Pippo
|
Yo te
apuesto lo que quieras a que nos ha dejado en la estacada.
|
Muñeco
|
¡Bux!
¿Has oído lo que dice?
(Suelta una risotada.)
|
Bux
|
Lo que has aprendido
Contesta a
las siguientes preguntas:
1. ¿A
partir de qué perspectivas puede ser estudiada la literatura?
2. Menciona
los géneros literarios.
3. ¿Cuál es
la diferencia básica entre el género lírico y el narrativo?
4. ¿En qué
se basa la principal distinción entre un texto narrativo y uno dramático, si
ambos implican una historia?
5. Explica
qué es la metáfora; anota un ejemplo.
6. Explica
por lo menos tres figuras retóricas además de la metáfora y proporciona
ejemplos de cada una de ellas.
7. Elabora
un mapa mental en el que expreses las diferentes tipologías del narrador.
LITERATURA DE LOS PUEBLOS DE ASIA
MENOR
RECUERDA
LO QUE SABES
¿A qué se
refiere la expresión “Asia Menor”?
¿Dónde se
ubicó Mesopotamia?
¿Qué es el Código de Hammurabi y cuál es su
trascendencia?
¿Por qué la
egipcia es considerada una de las antiguas civilizaciones más importantes?
Explica
brevemente la historia antigua del pueblo hebreo.
[1] Guías
visuales océano. Mamíferos, Barcelona, Océano, 2004, p. 240.
[2] Diccionario
de la lengua española, 22a ed., Madrid, Espasa, 2001, p. 871.
[3] Juan José Arreola. Bestiario, México, Planeta/CONACULTA,
2002, col. Ronda de clásicos mexicanos, p. 30.
[4] Por ejemplo, Franz Kafka escribió a
su padre varias cartas que nunca pensó enviar (era sólo un medio para expresar
sus pensamientos y emociones) y que, incluso, pidió a un amigo que las destruyera
al morir el escritor. Afortunadamente, ese amigo no cumplió con la petición de
Kafka y hoy contamos con esas epístolas reunidas en Carta al padre.
[5] Cfr. Kurt
Spang. Géneros literarios, Madrid,
Síntesis, 1993, col. Teoría de la literatura y literatura comparada No. 14.
[6] Cfr.
María Moliner. Diccionario de uso del
español, tomo I, 2ª ed., Madrid, Gredos, 2002, p.1301.
[7] Pablo Neruda. “Soneto iii”, en Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Cien sonetos de amor,
Barcelona, Altaya, 1995, col. Biblioteca de premios Nobel No. 2, p. 117.
[8] Villiers de L’Isle-Adam. “El convidado
de las últimas fiestas”, en Cuentos
crueles, trad. Manuel Granell, Madrid, Espasa, 2003, col. Grandes clásicos
universales, pp. 100-101.
[9] Carlos Fuentes. Gringo viejo, Barcelona, RBA, 1993, col. Narrativa actual No. 8, p.
45.
[10] Isak Dinesen. Memorias de África, trad. Barbara McShane y Javier Alfaya,
Barcelona, RBA, 1993, col. Narrativa actual No. 11, p. 43.
[11] Horacio Quiroga. “El almohadón de plumas”,
en Cuentos de amor, de locura y de muerte,
México, EMU, 1995, pp. 62-65.
[12] Michael Ende. Jojo. Historia de un saltimbanqu, trad. Analis Gruber y flora
Casas, 3ª ed., Barcelona, Plaza & Janés, 1998, pp. 11-12.
[13] Francisco Montes de Oca. Literatura universal, 29 ed., México,
Porrúa, 1990, p. 13.
[14] José Luis Santos Fernández (ed.) Terrae
Antiqvae Revista de Arqueología e Historia Antigua online [en
línea], SMO Sistemas, España, 2005 <http://terraeantiqvae.blogia.com>
[Consultada el 16 de diciembre de 2005].
[15] Idem.
[16] Ello alude a la caracterización de la
región: islotes en medio de pantanos, cubiertos de cañaverales.
[17] Félix Guirand (dir.) Mitología general, trad. Pedro Pericay, Barcelona, Labor, 1965, pp.
62-63.
[18] Félix Guirand. Op
cit., pp. 64-65.
[19] Francisco Montes de Oca, Teoría y técnica de la literatura, 8ª
ed., México, Porrúa, 1983, p.148.
[20] José María González-Serna Sánchez.
“Literaturas mesopotámicas”, en Aula de
letras [en línea]
<http://www.auladeletras.net/> [Consultado el 17 de diciembre de 2005].
[21] “Epopeya de Gilgamesh” (fragmento), en Félix
Guirand. Op. cit., p. 90.
[22] José María González-Serna Sánchez.
“Literatura egipcia”, en Aula de letras
[en línea]
<http://www.auladeletras.net/> [Consultado el 17 de diciembre de 2005].
[23] Francisco Montes de Oca. Literatura universal, p. 12.
[25] Biblia. Madrid / Navarra,
San Pablo / Editorial Verbo Divino, 1999, Antiguo Testamento, Salmo 59, p.
1245.
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