“El Gato Negro”
De Edgar Alan Poe
Comentario por Leonel García
Resumen
Es la historia que cuenta un hombre, espantado, anonadado por los
momentos que tuvo que enfrentar; vivía muy bien, se había casado joven, y poseía
casi un albergue de muchas mascotas, aunque este hombre tenía un problema: no
podía controlar los demonios internos que lo poseían y más de una vez se ha
desquitado con varios animales de su posesión; cuando se encuentra a un gato
negro, este gato le toma tanto cariño que en sus momentos diabólicos él no
quiere hacerle daño alguno, ya que este hombre estimaba mucho a tal gato negro,
cuyo nombre es Plutón; pero llega un momento el cual este hombre para imponer
respeto al gato (porque este estaba huyendo de él) lo atrapa de manera brusca,
el gato, por instinto, le suelta la mordida a su mano, es entonces cuando los
demonios de nuestro protagonista se apoderan de él y es donde, él, con un cortaplumas,
le quita un ojo al pobre gato; después de tal acto, nuestro personaje se da
cuenta que quiere al animalito; por lo tanto, le invade ese “remordimiento”
(aunque no lo sienta verdaderamente como remordimiento), y se queda con esa
pena de tal acto, seguidamente vuelve al alcohol y ahí es donde sucede, el
hombre, decide acabar con la vida del gato ahorcándolo, sin compasión ni
titubeos; este ha sido el primer pecado que ha cometido, y las consecuencias son
graves, ya que su hogar ha sido quemado, se ha quemado hasta las cenizas, y,
con un poco de suerte, llegan a salvar a algunos de
sus animales; como consecuencia de estos hechos se tienen que mudar. Sin dinero y con un poco
de fe, nuestro protagonista vuelve a su anterior y quemada casa, quedó un pedazo
de vivienda intacto, sus aposentos, pero aquí había una sorpresa, Plutón, el
gato negro ahorcado sin la soga, en su cama, quizá un vecino lo vio y lo puso ahí;
pasó el tiempo y al ahogar sus penas en alcohol una vez más, éste se encuentra
a otro gato, igual negro, pero la diferencia es que éste tenía blanco el pecho,
a diferencia de Plutón, que no mostraba ningún pelo blanco o de otro color; el
hombre, al recordar su pecado, se lo lleva y lo adopta, pero al instante se da
cuenta que este gato tenía la misma maldición que Plutón, era tuerto y no tenía
ojo, este felino fue distinto a Plutón, nuestro protagonista esperando a que
haya sido lo mismo que Plutón se da cuenta que no, no es lo mismo y además este
gato nuevo se encariña con la mujer; el hombre, celoso, quiere darle a
bocajarro con todo lo que tiene, pero no puede, ese fantasma de Plutón le
impide hacerle algo, no quiere volver a cometer ese pecado; poco después, para
realizar un pequeño quehacer doméstico, el hombre y su mujer junto con el gato,
bajan al sótano viejo del edificio, pero este gato lo hace tropezar, el hombre,
con la ira que se había apoderado de él, le intenta dar un hachazo para acabar con esa
carga pero sucede algo inolvidable, su mujer protege al gato y recibe el hacha
en su cráneo, asustado de tal asesinato, este intenta buscar un escondite para
su mujer muerta, finalmente lo halla, y al terminar la tarea de su mujer, es
hora de acabar con la misión principal, acabar con el gato, pero no lo
encuentra. Finalmente, llega la policía, después de unos momentos de
tranquilidad absoluta para nuestro protagonista, éste, calmado, les da todo el
recorrido por toda su casa, desligándose de toda culpa del caso de su mujer,
después de la investigación, y sin nada qué contar, nuestro protagonista comete
uno de sus peores errores de toda la vida, ya que con un bastón que él tenía lo
golpea con tanta fuerza, que la pared en donde escondió el cuerpo de su mujer
cae, y al momento, se escucha un quejido, ahí buscan los oficiales, y es
entonces cuando descubren el cuerpo de su mujer, y ahí estaba el pequeño monstruo.
El personaje había enterrado al monstruo en la tumba.
Sobre el comienzo.
Poe nos encamina a un mundo en el que tenemos a un hombre, consumido
por sus propias maldiciones y demonios y malas decisiones, las cuales nos llevarán
a un final que este se podría considerar, malo (Sad Ending); este cuento
comienza a contarse con una prolepsis, ya que nuestro narrador lo menciona en
el mismo comienzo:
“-Ni espero ni quiero que se dé crédito a la historia más
extraordinaria, y, sin embargo, más familiar, que voy a referir. Tratándose de
un caso en el que mis sentidos se niegan a aceptar su propio testimonio, yo
habría de estar realmente loco si así lo creyera. No obstante, no estoy loco,
y, con toda seguridad, no sueño. Pero mañana puedo morir y quisiera aliviar hoy
mi espíritu”. (Poe, 1843)
A partir del momento en el que éste nos menciona que
puede morir, su existencia misma se hace de alguna manera justificable. Pues ya
conoce sus pecados, sus acciones, sus demonios, y de alguna manera ya sabía
cuál era el destino que le aguardaba. A pesar de todo, aún anonadado por los
sucesos que acontecieron, aún con ganas, espera a contar toda la historia que
acaba de pasar.
Etopeya de los personajes.
Reconocemos grandes facetas de los personajes como nuestro narrador nos
lo describe, el hombre, una persona dócil y humana desde el nacimiento, con un extremo
cariño y afecto hacia los animales; pero de un momento a otro todas estas
cualidades llegan a desaparecer gracias al demonio de la perversidad, al que éste
le entra por culpa del alcohol; esa violenta actitud será la que llevará a nuestro
protagonista y narrador a su tumba.
En cambio, a la mujer del protagonista, se le nota
un carácter bastante dulce, amable y comprensible, hacia el hombre y a los
animales que éstos tienen; aunque no se nos menciona este personaje por mucho,
se hace notoria una dualidad entre las personalidades de estos dos; de un lado
tenemos a uno bastante agresivo, mientras que, por otro lado, tenemos a un
sujeto pasivo, esta dualidad creará un conflicto en el que ninguno sale
vencedor.
Sobre el tiempo y espacio.
En el cuento el tiempo nunca se hace presente, pero lo temporal se
asocia inevitablemente con lo espacial, esto de acuerdo con las maneras de comportamiento
y con los edificios u hogares en los que éste les hace mención. La taberna a la
que va el protagonista o hasta su misma casa, conociendo toda a la escenografía
que nos deja el narrador en su descripción, podemos imaginar un mundo de un
tiempo muy alejado al que estamos ahora en el presente.
La analepsis y prolepsis: El pasado y futuro temporal del texto.
Justamente al comienzo del relato, nos dan una cálida bienvenida
hablándonos de su futuro y de su pasado al mismo tiempo; la más corta será la
prolepsis, donde nuestro protagonista narrador nos contará lo que le va a pasar
no en mucho tiempo. Conociendo ya su futuro y aceptando lo que hizo, confiesa
al lector su pecado:
“-Pero mañana puedo morir y quisiera aliviar hoy mi espíritu”. (Poe,
1843)
Justamente después de la prolepsis, comenzamos con la analepsis, éstas aparecen
igual al principio de la obra, ya que nuestro narrador nos quiere poner dentro
de sus zapatos con el contexto que tiene para contar, esto lo hace para adentrarnos
a su más horrible y espantoso suceso que le pudo pasar jamás:
“-Mi inmediato deseo es mostrar al mundo, clara, concretamente y sin comentarios,
una serie de simples acontecimientos domésticos que, por sus consecuencias, me
han aterrorizado, torturado y anonadado. A pesar de todo, no trataré de
esclarecerlos. A mí casi no me han producido otro sentimiento que el de horror;
pero a muchas personas les parecerán menos terribles que insólitos”. (Poe,
1843)
Catábasis: El descenso al infierno.
En el cuento del “gato negro”, nos podríamos referir al momento en el
que los personajes bajan al sótano de la nueva casa.
“-Para un quehacer doméstico, me acompañó un día al sótano de un viejo edificio
en el que nos obligara a vivir nuestra pobreza”. (Poe, 1843)
Con una tremenda catábasis, ya que ahí es donde
comete uno de los pecados más imperdonables de toda la vida, tomando en cuenta
que ahí mismo es donde él cava su propia tumba:
“-Una rabia más que diabólica me produjo esta intervención. Liberé mi brazo
del obstáculo que lo detenía y le hundí a ella el hacha en el cráneo. Mi mujer
cayó muerta instantáneamente, sin exhalar siquiera un gemido”. (Poe, 1843)
Conclusión.
El gato negro, una obra de unos de los autores reconocidos del terror,
Poe, por medio de este cuento, nos muestra el monstruo y demonio humano de una persona,
cuyas intenciones son indefinidas, no se tiene alguna razón para liberar los
demonios internos de manera agresiva hacia sus propias mascotas; el cronotopos
de este relato es un tanto desconocido, ya que nunca se nos menciona algún
tiempo o algún lugar en específico, pero por los lugares se nos puede dar a entender
el tiempo en el que transcurre el relato; solo se nos mencionan las casas del
protagonista (cuyo nombre es desconocido), aunque al inicio de la historia nos
la cuenta con una breve prolepsis, ya que nos menciona su futuro, y éste
continúa con una analepsis, mencionando su vida y lo que transcurrió para llegar
a tal destino; respecto a la etopeya de los personajes, Poe nos deja una gran
dualidad respecto a la mujer del protagonista en relación con éste mismo, uno tiene
demonios internos de los cuales no puede afrontar o vencer y por otro lado tenemos
a alguien sereno, muy calmado; y gracias a tales demonios, por el pecado del
asesinato del gato y el de su mujer se nos da una anagnórisis tremenda hacia el
protagonista, darse cuenta que en realidad ha sido un monstruo, un horrible
demonio a quien no se arrepiente de tales pecados, aun así conociéndolo puede
dormir; El leitmotiv es como el nombre de la obra dice, es El gato Negro, quien
carga con todo el peso de la historia, ya que es la parte y la pieza principal
del rompecabezas; además que esta obra tiene cierta Catábasis, al momento de
bajar al sótano al esconder el cuerpo de su mujer, podría ser representado,
como bajar al infierno, donde pertenece nuestro protagonista, además de que el
tipo de narrador de este cuento es un Narrador Protagonista, ya que el que nos
cuenta la historia es nuestro personaje maléfico.
Referencias:
(Edgar Allan Poe, El Gato Negro, 1843)
https://web.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/2%20El%20gato%20negro.pdf
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