viernes, 3 de marzo de 2023

 

CAPÍTULO 4. 

Otros géneros breves

Leyenda

Te explico qué es una leyenda, sus características, elementos y diferencias con un mito.

Además, hablaré de los diferentes tipos de leyendas y proporcionaré diversos ejemplos.

Una leyenda es un relato que cuenta hechos humanos o sobrenaturales, que se transmite de generación en generación de manera oral o escrita dentro de una familia, clan o pueblo. Las leyendas relatan hechos y sucesos relacionados con la patria, héroes populares, criaturas imaginarias y ánimas.

A pesar de que contienen hechos sobrenaturales, milagrosos y criaturas ficticias, las leyendas son consideradas por muchas personas como relatos verídicos, ya que intentan dar explicación a un fenómeno y suelen estar situadas en un lugar geográfico conocido y en un período determinado de la historia.

Usualmente las leyendas están relacionadas con la cultura popular tradicional de los pueblos. Algunas son muy antiguas por lo que fueron mutando a medida que se transmitían de forma oral. En estos relatos se pueden rastrear los sentimientos más profundos de una comunidad, su entorno, su religiosidad y su identidad.

Características de una leyenda

1.      Tiene su origen en la tradición oral.

2.      Se transmite de generación en generación.

3.      Se centra en un personaje principal.

4.      Se sitúa en un tiempo y lugar específico.

5.      Se basa en hechos naturales o sobrenaturales.

6.      Forma parte de un hecho o suceso histórico concreto.

7.      Incluye elementos de la realidad y elementos fantásticos.

8.      Intenta dar una explicación a un fenómeno.

9.      Es una narración verosímil, pero no verdadera.

10.  Se transforma a través del tiempo y puede tener varias versiones.

Elementos de una leyenda

Contexto. Se narra en un tiempo y espacio determinado.

Trama. Tiene un argumento y es una narración con una introducción, un nudo y un desenlace

o moraleja.

Narrador. Relata en tercera persona toda la acción.

Personajes. Suele estar protagonizada por un personaje principal, humano o no, y tiene pocos

personajes secundarios.

Ejemplos de leyendas

“La llorona”

Cuenta la leyenda que en el año mil quinientos, una joven mestiza, hija de un español

y de una india del Nuevo Mundo se enamoró de un capitán español, con quien concibió dos

hijos. Al tiempo, el capitán se casó con una mujer española, y en un ataque de locura, la

primera mujer mató con un puñal a sus dos hijos. Con las manos ensangrentadas, salió a la calle llorando y gritando.

La llorona es una de las leyendas más extendidas en México, América Latina y el Caribe. Este personaje suele aparecer en ríos, y las personas que viven en zonas aledañas afirman que de noche se la escucha llorar.

“El monstruo del Lago Ness”

Según la leyenda se sostiene que existe en las aguas del Lago Ness (ubicado a 270

km de Edimburgo en Escocia) una bestia similar a una ballena. La leyenda tiene sus antecedentes en el siglo VI, pero no fue hasta fines del siglo XIX que los periódicos comenzaron a difundir la noticia y la leyenda cobró fama internacional.

En una oportunidad, el animal fue avistado por una pareja que iba en su auto cerca de

la costa del lago, la noticia fue difundida por el diario Inverness Courier, quién le puso a la criatura el nombre de “monstruo”.

A partir de allí, la historia tomó un curso mediático, se realizaron múltiples

investigaciones, y muchas personas aseguraron haber visto al monstruo sin que se llegara a comprobar.

“Robin Hood”

Es una de las leyendas más populares del mundo ambientada en la época medieval en

Inglaterra. La historia cuenta que Robin Hood era el líder de una banda de bandidos que vivía en el bosque de Sherwood, que robaba a los nobles para darle a los que menos tenían.

El personaje representa el arquetipo del héroe y su historia fue llevada al teatro, a la literatura y al cine y forma parte de la cultura popular.

Leyenda y mito

Con frecuencia se suele utilizar el término “leyenda” como sinónimo de “mito”, y

aunque ambas son narraciones usadas para explicar fenómenos naturales o sobrenaturales, existen ciertos aspectos que las diferencian:

1.      Veracidad. Las leyendas pueden ser tomadas como narraciones reales por algunas personas, pero se sabe que son ficción, mientras que los mitos sólo pueden ser originados si fueron considerados verdaderos dentro del contexto de una cultura o religión. Sin embargo, en otras culturas los mitos son considerados ficción, como ocurre hoy con la mitología griega. Por otro lado, las leyendas se basan en hechos de la realidad que fueron experimentados u observados y a los que se les intenta dar una explicación, también pueden basarse en hechos sobrenaturales o imaginarios pero que se conciben como reales.

2.      Forma. Las leyendas suelen cambiar de forma con el paso del tiempo, mientras que los mitos son narraciones más concretas y acabadas.

3.      Protagonista. Las leyendas tienen como protagonista a hombres o animales que se cree que existen o existieron en la realidad, mientras que en los mitos los protagonistas son héroes, dioses o semidioses que no existieron.

4.      Contexto. Las leyendas se sitúan en un contexto reconocible, están localizadas en algún lugar concreto y en un momento histórico preciso. Los mitos suelen localizarse en lugares y épocas pasadas y difíciles de reconocer.

“Leyenda”. Autor: Equipo editorial, Etecé. De: Argentina. Para: Concepto. De. Disponible

en: https://concepto.de/leyenda/. Última edición: 14 de julio de 2022. Consultado: 02 de noviembre de 2022 © 2013-2022 Enciclopedia Concepto. Todos los derechos reservados.

(https://concepto.de/leyenda/#ixzz7jWReBjNw, consultado el 02/11/2022).

 

 

 

 

 

 

Fábula.

Narración, generalmente en verso, de la que se deduce una enseñanza de  carácter moral. El

género procede de la literatura oriental, pero fueron, sobre todo, el griego Esopo y el romano Fredo los que dieron la forma definitiva. El francés La Fontaine fue el maestro de los fabulistas modernos. Entre los españoles destacan Tomás de Iriarte y Félix María de Samaniego. La voz “fábula” posee una acepción más amplia y vale entonces tanto como argumento o narración. En este sentido, lo encontramos empleado en autores antiguos y modernos. Un ejemplo tomado de Luis de Góngora Fábula de Polifemo y Galatea lo puedes leer en: https://www.poemas-del-alma.com/sor-juana-ines-de-la-cruz.htm, consultado el 02/11/2022).

Actualmente se emplea el verbo fabular y el sustantivo fabulación para designar la capacidad de entretejer historias e incidencias narrativas.

(Bustos Tovar, 1985: 216.

Parábola

Narración simbólica, generalmente breve, que entraña una enseñanza moral. Es una forma de alegoría y se diferencia de la fábula o del apólogo en el carácter grave de su asunto, en que trata hechos de los hombres y en que no hay personificación de animales. Las parábolas más conocidas son las incluidas en los evangelios. (1985: 453).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Apólogo.

Además de ser uno de los subgéneros más significativos del mundo literario dentro

del género didáctico, es uno de los tipos de texto más importante debido esencialmente a su función, dado que mantiene una intención moralizante. Es así como, el apólogo es una forma de narración moral de corta o mediana extensión, que a menudo se relaciona con el relato simbólico.

También se le suele relacionar con la fábula, sin embargo, la principal diferencia radica

en que el apólogo no tiene incluidos personajes de animales, sino que todos ellos son seres

humanos.

Significado del subgénero apólogo

El término apólogo proviene del latín apolŏgus, y que a su vez procede del griego

ἀπόλογος  que puede traducirse como cuento. De ahí que el apólogo sea un texto de corta o mediana extensión que narra una historia.

Definición del subgénero apólogo

Podemos definir el apólogo como un tipo de narración cuyo enfoque principal es la

instrucción sobre un principio ético, en el que los protagonistas son seres humanos que atraviesan vicisitudes verosímiles, como sucede en la vida real.

¿Cuál es la función del apólogo?

La intención principal del apólogo consiste en la instrucción sobre un principio moral

o de conducta que puede ubicarse en cualquier parte del texto, de manera que su propósito es la exposición de una moraleja que aparece protagonizada por seres humanos. Es así como el apólogo persigue ideales que son reforzados a través de la reflexión, la abnegación por grandes causas, elevación de los principios y demás elementos que permitan alcanzar la perfección interna en el ser humano.

Historia y origen del apólogo

Se considera que el nacimiento del subgénero didáctico se remonta al siglo VI a.C.

Momento en el que Nixhue, el rey persa, decide enviar al médico de su corte, llamado Barzuyeh, a la búsqueda de hierbas que, según se creía, tenían la facultad de resucitar a los muertos y que encontraría en la India. Tras la consulta del médico con los sabios de la región, se explica que las hierbas en realidad eran una serie de libros para el entendimiento de los ignorantes, libros que recibían el nombre de Calila y Dimna.

En el viaje de retorno de Barzuyeh, llevaba las escrituras y las tradujo para que su rey

pudiera entender su contenido. Estos libros posteriormente darán origen al subgénero. Sin

embargo, de las dos versiones no quedaron muestras, sino que la que se tiene es del siglo VI a.C. dado que luego fueron traducidas al árabe y al siríaco. Con la transcripción del texto al griego, pudo traducirse posteriormente al hebreo, al persa y al castellano.

Sin embargo, es en Persia donde se establece el subgénero finalmente, destacando las

primeras características de ésta como por ejemplo la presencia de diferentes virtudes y

defectos del ser humano entorno a situaciones variadas que van a desencadenar en principios morales o éticos para configurar la moraleja. Durante la Edad Media, el apólogo empieza a difundirse a través de los países de Occidente y es finalmente en Francia donde consigue su máximo desarrollo con la elaboración de las obras más importantes de representación.

Características del subgénero apólogo

A continuación, veremos una serie de elementos clave para profundizar en este subgénero

literario:

1.      Tema: una de las características más importantes del apólogo tiene que ver con los

temas que suele tratar dentro de los textos, dado que, teniendo en cuenta su intención moralizante y el tipo de personajes que plantea, los hechos que presenta son historias verosímiles, es decir, creíbles y que podemos encontrar fácilmente dentro de la vida real. Sin embargo, no por ello se descarta la presencia de la fuerza de la imaginación dentro de la creación.

2.      Forma de escritura: a diferencia de otros tipos de texto con los que se le suele

Relacionar, especialmente por su contenido e intención moralizante, el apólogo mantiene una escritura  en prosa. Además de ello, su extensión se debe a que muchos de los acontecimientos y demás giros que toman las historias narrativas, son explicadas.

3.      Lenguaje: otro aspecto importante que se debe mencionar es que el apólogo mantiene

un lenguaje sencillo que no cuenta con términos técnicos o complejos, sino que es sumamente

accesible para los lectores, de manera que aumenta su facilidad de comprensión y permite que su difusión sea mucho más simple. Esto, precisamente por la intención de enganchar la atención del lector dentro de la historia para conducirlo al principio moralizante que integra.

4.      Personajes: el apólogo se caracteriza, entre otras cosas, porque sus protagonistas y

personajes son siempre seres humanos, a diferencia de la fábula en la que éstos con frecuencia son animales.

5.      Mensaje: como mencionamos, una de las principales características del apólogo tiene

que ver con el principio moral que lleva al lector, el cual se fija como principal objetivo. Es así como el mensaje va dirigido a la superación de las personas en función de una serie de condiciones que pueden relacionar fácilmente con su vida diaria.

Autores y obras más importantes del subgénero apólogo

Una de las obras más importantes de este subgénero didáctico es “Calila y Dimna”,

una colección de relatos cuya fecha data del año 1251 y que procede de Oriente, específicamente de India y que logró una gran difusión gracias a la traducción al castellano. Sin embargo, aún se discute sobre si se trata de una fábula o un apólogo. Además, también destaca el Conde Lucanor.

Ejemplo de apólogo

A continuación, presento un fragmento del apólogo del Conde Lucanor:

V: “Lo que sucedió a una zorra con un cuervo que tenía un pedazo de queso en el pico”

Don Juan Manuel:

El Conde Lucanor o Libro de Patronio. Siglo XIV

Hablando otro día el Conde Lucanor con Patronio, su consejero, le dijo:

   Patronio, un hombre que se llama mi amigo comenzó a alabarme y me dio a entender que

yo tenía mucho poder y muy buenas cualidades. Después de tantos halagos me propuso un negocio, que a primera vista me pareció muy provechoso.

Entonces el conde contó a Patronio el trato que su amigo le proponía y, aunque parecía

efectivamente de mucho interés, Patronio descubrió que pretendían engañar al conde con

hermosas palabras. Por eso le dijo:

   Señor Conde Lucanor, debéis saber que ese hombre os quiere engañar y así os dice que

vuestro poder y vuestro estado son mayores de lo que en realidad son. Por eso, para que

evitéis ese engaño que os prepara, me gustaría que supierais lo que sucedió a un cuervo con

una zorra.

Y el conde le preguntó lo ocurrido.

   Señor Conde Lucanor -dijo Patronio-, el cuervo encontró una vez un gran pedazo de queso y se subió a un árbol para comérselo con tranquilidad, sin que nadie le molestara. Estando así el cuervo, acertó a pasar la zorra debajo del árbol y, cuando vio el queso, empezó a urdir la forma de quitárselo. Con ese fin le dijo:

»-Don Cuervo, desde hace mucho tiempo he oído hablar de vos, de vuestra nobleza y de vuestra gallardía, pero, aunque os he buscado por todas partes, ni Dios ni mi suerte me han permitido encontraros antes. Ahora que os veo, pienso que sois muy superior a lo que me decían. Y para que veáis que no trato de lisonjearos, no sólo os diré vuestras buenas prendas, sino también los defectos que os atribuyen. Todos dicen que, como el color de vuestras plumas, ojos, patas y garras es negro, y como el negro no es tan bonito como otros colores, el ser vos tan negro os hace muy feo, sin darse cuenta de su error pues, aunque vuestras plumas son negras, tienen un tono azulado, como las del pavo real, que es la más bella de las aves. Y pues vuestros ojos son para ver, como el negro hace ver mejor, los ojos negros son los mejores y por ello todos alaban los ojos de la gacela, que los tiene más oscuros que ningún animal. Además, vuestro pico y vuestras uñas son más fuertes que los de ninguna otra ave de vuestro tamaño. También quiero deciros que voláis con tal ligereza que podéis ir contra el viento, aunque sea muy fuerte, cosa que otras muchas aves no pueden hacer tan fácilmente como vos. Y así creo que, como Dios todo lo hace bien, no habrá consentido que vos, tan perfecto en todo, no pudieseis cantar mejor que el resto de las aves, y porque Dios me ha otorgado la dicha de veros y he podido comprobar que sois más bello de lo que dicen, me sentiría muy dichosa de oír vuestro canto.

» Señor Conde Lucanor, pensad que, aunque la intención de la zorra era engañar al cuervo, siempre le dijo verdades a medias y, así, estad seguro de que una verdad engañosa producirá los peores males y perjuicios.

» Cuando el cuervo se vio tan alabado por la zorra, como era verdad cuanto decía, creyó que no lo engañaba y, pensando que era su amiga, no sospechó que lo hacía por quitarle el queso. Convencido el cuervo por sus palabras y halagos, abrió el pico para cantar, por complacer a la zorra. Cuando abrió la boca, cayó el queso a tierra, lo cogió la zorra y escapó con él. Así fue engañado el cuervo por las alabanzas de su falsa amiga, que le hizo creerse más hermoso y perfecto de lo que realmente era.

» Y vos, señor Conde Lucanor, pues veis que, aunque Dios os otorgó muchos bienes, aquel hombre os quiere convencer de que vuestro poder y estado aventajan en mucho la realidad, creed que lo hace por engañaros. Y, por tanto, debéis estar prevenido y actuar como hombre de buen juicio.

Al conde le agradó mucho lo que Patronio le dijo e hízolo así. Por su buen consejo evitó que lo engañaran.

Y como don Juan creyó que este cuento era bueno, lo mandó poner en este libro e hizo estos versos, que resumen la moraleja. Estos son los versos:

Quien te encuentra bellezas que no tienes,

siempre busca quitarte algunos bienes.[1]

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Conclusiones

Les ofrezco a mis lectores un libro múltiple en donde podrán encontrar —en el marco de la

obra narrativa, por supuesto— lecturas, ejercicios, reflexiones, análisis literarios, propuestas e indicaciones generales en donde hallarán también respuestas para sus inquietudes personales, que les permitirán empezar a desarrollar un sentido autocrítico, que representa hoy una de las habilidades que con mayor entrega debemos llevar a cabo. Al mismo tiempo, hice posible un recorrido parcial por el cuento europeo iniciando desde  sus más lejanos orígenes, como quedó explicado en el índice y en el prólogo respectivamente, hasta la literatura contemporánea. He subrayado los grandes cambios que con el correr del tiempo se han ido gestando en la literatura, observada ésta desde la óptica del relato breve.  Aunque el hombre es el principal protagonista, autor y actor de los cuentos compendiados, nuestra intención no ha sido plantear una antropología, sino más bien ubicar el papel que el ser humano cumple hoy en el contexto de esos dos polos que son la realidad y la ficción. Hay en el libro juicios personales y reflexiones generales; ambos aspectos forman parte de una postura crítica individual que he desarrollado con la mayor fidelidad posible.

 



[1] Don Juan Manuel. El conde Lucanor, Madrid, Biblioteca virtual Miguel de Cervantes: 46-48, www.cervantesvirtual.com, consultado el 03/11/2022.

 

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