miércoles, 9 de diciembre de 2020

Algunos mini relatos anónimos

 

 

Mini relatos ignorados.

Reflexiones de una mente ociosa.

Crítica mordaz y otros recuerdos

1.      Cuando vivía pensaba que soñaba; cuando soñaba dejaba de vivir.

2.      La toqué con suavidad en el hombro. Me miró con ojos llenos de ternura impaciente.

3.      Estoy solo; la compañía del mundo es inútil; la existencia es una vez y nunca más.

4.      Quiero creer en un dios redentor; quiero creer en una existencia en la que el mal falte a la cita.

5.      Me encerraron en la torre en donde no había arañas, sino paredes sudadas que reclamaban la fugacidad del instante.

6.      Abrieron la puerta de mi celda y salí temeroso al encuentro del futuro.

7.      He muerto diez veces y he renacido muchas más. ¿En dónde está mi alma que extravié en tanto comienzos inútiles?

8.      La perdí tantas veces que ya ni siquiera me atrevo a buscarla.

9.      Cerraron sus ojos que aún tenía abiertos. Cerraron sus ojos y volvió a nacer.

10.  Soñé que despertaba de un sueño tenebroso. Soñé con un sueño y desperté para volver a soñar.

11.  “¡Chojé, chojé!”, repetía en el espacio siniestro de mi sombra.

12.  Ahora debo irme; pero muy pronto volveré para reencontrarme con mi pensamiento que enhebra ideas absurdas sin descanso alguno.

13.  Estamos condenados irremediablemente a morir; pero nadie habla del martirio de vivir a cada instante.

14.  Más allá de todo, está el carisma de unos pocos y la absurda estulticia de la mayoría.

15.  Hoy soy lo que mañana anhelaré volver a ser.

16.  Pienso en el misterio de la muerte. Veo ángeles, demonios y luces infinitas. Contemplo lo que en realidad no deseo tener entre mis ensueños oníricos.

17.  Los políticos critican hoy lo que ellos mismos no supieron llevar a cabo ayer.

18.  Margaret ha dejado de existir y está en “el seno de Dios”. ¡Ojalá que no se repita la hazaña de Lázaro!

19.  ¿Por qué? Por orgullo mentiroso que no se resigna a morir.

20.  Cuando evalúan son duros como la roca; cuando piensan en sus propios errores son blandos como el almidón.

21.  Muchas veces es mejor callar que decir cosas que deberíamos haber callado antes de decirlas.

 

Intertextuales

22.  Soy un fue, un será y un es más cansado que nunca.

23.  ¿Ariadna? ¿Helena? ¿Antígona? Quién sabe: El nombre es sólo humo que vela la celeste llama del amor.

24.  Una mentira repetida con saña se vuelve verdad aparente. ¿Mentira? ¿Verdad? Dos polos que se encuentran en el nudo de la existencia.

25.  Volveré cansado para repetir aquellas resentidas palabras de triunfo aparente: “Decíamos ayer”. Pero, ¿quién me devuelve los días perdidos?

26.  La utopía nunca ha existido. La distopía regresó con más ahínco para zaherir el destino de los hombres.

27.  Las interminables golondrinas de Bécquer vuelan incansables por el espacio de la canción popular.

28.  Cuando desperté el presidente todavía estaba allí.

29.  ¿Traición, resignación, olvido? Cuándo me lo dijeron mi frente ya se había adaptado.

30.  No quiero que nadie me diga que has muerto, menos quiero verte resucitar cuando ya mi vida ha tomado por otros senderos.

31.  “Levántate y anda” es la voz que, según el poeta, le habló a Lázaro en el momento de su resurrección. La magia de la poesía no radica en el conocimiento, sino en la impecable pureza de su creación.

32.  Soergel compró a coste de sangre la memoria de Shakespeare; yo no pagaría ni un centavo por la memoria de Gioconda, la improvisada escritora de la FIL.

33.  “Tu pupila es azul” y tu iris también. Es cierto, Bécquer, que el corazón y la cabeza prosiguen batallando en lucha sin fin.

34.  ¿Cuándo? Mañana. Lo mismo me dirás mañana.

35.  ¿Desde cuándo? Hace ya mucho tiempo que dejé de pensar en Bajtín: si el plagio no es al coste de sangre puede ser tolerable.

36.  He mandado un cuento de Faulkner con mi nombre a una revista de alto prestigio y lo rechazaron por su mala redacción.

37.  García Márquez nunca pensó que un grupo de mediocres dejarían de leerlo por las palabras altisonantes que, con frecuencia, utilizó en sus gloriosos escritos.

38.  Pablo Neruda es un misógino dicen hoy algunos defensores de los derechos de la mujer. Estoy dispuesto a aceptarlo con el único comentario de que es un “exquisito misógino” que amó y respetó sin ofender a nadie.

39.  “Me gustas cuando callas porque estás como ausente”. Los convidados de piedra, que nunca faltan al gran banquete de la poesía, han leído mal estos versos. No hay desprecio, hay admiración y reconocimiento por la fémina amada.

40.  Me acusan cuando callo porque estoy como disperso; disperso y pensativo como si hubieras muerto.

41.  Dante y Balzac escribieron comedias que son novelas. Al genio, a diferencia del académico, no lo desvelan los géneros literarios.

42.  Bufe el eunuco; crear es la única regla válida en la literatura, lo demás es basura que se pierde con el desgaste de los siglos.

43.  Repetir lo que otros han escrito ya es otra de las normas por las que el plagiario se rige.

44.  Roberto Bolaño copió sus propios textos. Quiso verse repetido hasta el infinito sin miedo al “qué dirán”.

45.  Borges y Menard idolatraron al manco de Lepanto sin titubear un momento, porque descubrieron que la verdadera creación no es del que la hace sino del que, feliz, la recibe.

 

 

 

Paisajes del mundo

46.  Desde lo alto de la torre Eiffel puedo ver la inmensidad de París. Desde lo alto de mi torre de marfil, apenas si puedo escuchar tus palabras diciéndome adiós.

47.  Mientras subo por la enorme escalinata del Sacré Coeur, el misterio del Déjà vu

me regresa al pasado que perdí.

48.  Me arrojé desde lo alto del Big Ben; mientras caía pensaba: presente absurdo y futuro irremediable.

 

Al amigo muerto con opiniones compartidas

49.  Quiero creer que no has muerto, pero tus cenizas esparcidas en el Mediterráneo me dicen lo contrario.

50.  Hay una placa para conmemorar tu nombre; pero no hay nadie que en verdad recuerde lo que realmente hiciste.

51.  Literatura basura, canción popular: dos espacios en donde la inteligencia ha faltado a la cita.

52.  Críticos literarios, jurados en concursos de televisión, dictaminadores ciegos: idénticos ciertamente en su siniestro codo con codo de cuerpos que se ignoran.

53.  Me dijeron que mi artículo sería dictaminado a par de ciegos; pero no me dijeron que también, el otro, que no soy yo, sería tímidamente incompetente e irremediablemente pendejo.

54.  ¿Por qué no creemos que la estulticia está también en nosotros?

55.  Tráiganme a un hombre que reconozca su indecencia intelectual y le regalaré un unicornio.

56.  Anoche maté a un rinoceronte con una indiferencia tenaz.

 

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