Mini relatos ignorados.
Reflexiones de una mente ociosa.
Crítica
mordaz y otros recuerdos
1. Cuando
vivía pensaba que soñaba; cuando soñaba dejaba de vivir.
2. La
toqué con suavidad en el hombro. Me miró con ojos llenos de ternura impaciente.
3. Estoy
solo; la compañía del mundo es inútil; la existencia es una vez y nunca más.
4. Quiero
creer en un dios redentor; quiero creer en una existencia en la que el mal
falte a la cita.
5. Me
encerraron en la torre en donde no había arañas, sino paredes sudadas que
reclamaban la fugacidad del instante.
6. Abrieron
la puerta de mi celda y salí temeroso al encuentro del futuro.
7. He
muerto diez veces y he renacido muchas más. ¿En dónde está mi alma que extravié
en tanto comienzos inútiles?
8. La
perdí tantas veces que ya ni siquiera me atrevo a buscarla.
9. Cerraron
sus ojos que aún tenía abiertos. Cerraron sus ojos y volvió a nacer.
10. Soñé
que despertaba de un sueño tenebroso. Soñé con un sueño y desperté para volver
a soñar.
11. “¡Chojé,
chojé!”, repetía en el espacio siniestro de mi sombra.
12. Ahora
debo irme; pero muy pronto volveré para reencontrarme con mi pensamiento que
enhebra ideas absurdas sin descanso alguno.
13. Estamos
condenados irremediablemente a morir; pero nadie habla del martirio de vivir a
cada instante.
14. Más
allá de todo, está el carisma de unos pocos y la absurda estulticia de la mayoría.
15. Hoy
soy lo que mañana anhelaré volver a ser.
16. Pienso
en el misterio de la muerte. Veo ángeles, demonios y luces infinitas. Contemplo
lo que en realidad no deseo tener entre mis ensueños oníricos.
17. Los
políticos critican hoy lo que ellos mismos no supieron llevar a cabo ayer.
18. Margaret
ha dejado de existir y está en “el seno de Dios”. ¡Ojalá que no se repita la
hazaña de Lázaro!
19. ¿Por
qué? Por orgullo mentiroso que no se resigna a morir.
20. Cuando
evalúan son duros como la roca; cuando piensan en sus propios errores son
blandos como el almidón.
21. Muchas
veces es mejor callar que decir cosas que deberíamos haber callado antes de
decirlas.
Intertextuales
22. Soy
un fue, un será y un es más cansado que nunca.
23. ¿Ariadna?
¿Helena? ¿Antígona? Quién sabe: El nombre es sólo humo que vela la celeste
llama del amor.
24. Una
mentira repetida con saña se vuelve verdad aparente. ¿Mentira? ¿Verdad? Dos polos
que se encuentran en el nudo de la existencia.
25. Volveré
cansado para repetir aquellas resentidas palabras de triunfo aparente: “Decíamos
ayer”. Pero, ¿quién me devuelve los días perdidos?
26. La
utopía nunca ha existido. La distopía regresó con más ahínco para zaherir el
destino de los hombres.
27. Las
interminables golondrinas de Bécquer vuelan incansables por el espacio de la
canción popular.
28. Cuando
desperté el presidente todavía estaba allí.
29. ¿Traición,
resignación, olvido? Cuándo me lo dijeron mi frente ya se había adaptado.
30. No
quiero que nadie me diga que has muerto, menos quiero verte resucitar cuando ya
mi vida ha tomado por otros senderos.
31. “Levántate
y anda” es la voz que, según el poeta, le habló a Lázaro en el momento de su resurrección.
La magia de la poesía no radica en el conocimiento, sino en la impecable pureza
de su creación.
32. Soergel
compró a coste de sangre la memoria de Shakespeare; yo no pagaría ni un centavo
por la memoria de Gioconda, la improvisada escritora de la FIL.
33. “Tu
pupila es azul” y tu iris también. Es cierto, Bécquer, que el corazón y la
cabeza prosiguen batallando en lucha sin fin.
34. ¿Cuándo?
Mañana. Lo mismo me dirás mañana.
35. ¿Desde
cuándo? Hace ya mucho tiempo que dejé de pensar en Bajtín: si el plagio no es
al coste de sangre puede ser tolerable.
36. He
mandado un cuento de Faulkner con mi nombre a una revista de alto prestigio y
lo rechazaron por su mala redacción.
37. García
Márquez nunca pensó que un grupo de mediocres dejarían de leerlo por las palabras
altisonantes que, con frecuencia, utilizó en sus gloriosos escritos.
38. Pablo
Neruda es un misógino dicen hoy algunos defensores de los derechos de la mujer.
Estoy dispuesto a aceptarlo con el único comentario de que es un “exquisito
misógino” que amó y respetó sin ofender a nadie.
39. “Me
gustas cuando callas porque estás como ausente”. Los convidados de piedra, que
nunca faltan al gran banquete de la poesía, han leído mal estos versos. No hay
desprecio, hay admiración y reconocimiento por la fémina amada.
40. Me
acusan cuando callo porque estoy como disperso; disperso y pensativo como si
hubieras muerto.
41. Dante
y Balzac escribieron comedias que son novelas. Al genio, a diferencia del
académico, no lo desvelan los géneros literarios.
42. Bufe
el eunuco; crear es la única regla válida en la literatura, lo demás es basura
que se pierde con el desgaste de los siglos.
43. Repetir
lo que otros han escrito ya es otra de las normas por las que el plagiario se
rige.
44. Roberto
Bolaño copió sus propios textos. Quiso verse repetido hasta el infinito sin miedo
al “qué dirán”.
45. Borges
y Menard idolatraron al manco de Lepanto sin titubear un momento, porque descubrieron
que la verdadera creación no es del que la hace sino del que, feliz, la recibe.
Paisajes del mundo
46. Desde
lo alto de la torre Eiffel puedo ver la inmensidad de París. Desde lo alto de
mi torre de marfil, apenas si puedo escuchar tus palabras diciéndome adiós.
47. Mientras
subo por la enorme escalinata del Sacré Coeur, el misterio del Déjà vu
me regresa al pasado que perdí.
48. Me
arrojé desde lo alto del Big Ben; mientras caía pensaba: presente
absurdo y futuro irremediable.
Al
amigo muerto con opiniones compartidas
49. Quiero
creer que no has muerto, pero tus cenizas esparcidas en el Mediterráneo me
dicen lo contrario.
50. Hay
una placa para conmemorar tu nombre; pero no hay nadie que en verdad recuerde
lo que realmente hiciste.
51. Literatura
basura, canción popular: dos espacios en donde la inteligencia ha faltado a la
cita.
52. Críticos
literarios, jurados en concursos de televisión, dictaminadores ciegos: idénticos
ciertamente en su siniestro codo con codo de cuerpos que se ignoran.
53. Me
dijeron que mi artículo sería dictaminado a par de ciegos; pero no me dijeron
que también, el otro, que no soy yo, sería tímidamente incompetente e
irremediablemente pendejo.
54. ¿Por
qué no creemos que la estulticia está también en nosotros?
55. Tráiganme
a un hombre que reconozca su indecencia intelectual y le regalaré un unicornio.
56. Anoche
maté a un rinoceronte con una indiferencia tenaz.
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