Corrientes literarias del siglo XIX
Luis Quintana Tejera
Luis Quintana Tejera
Es indiscutible que el Romanticismo es
la corriente literaria por excelencia del siglo XIX; no obstante, es necesario
aclarar que no toda la cultura decimónica es romántica ni todo el romanticismo se
desarrolla en este siglo exclusivamente.
Durante el siglo XVIII comienza a
gestarse el Romanticismo europeo, sobre todo en Alemania con la generación de
los Stürmer.
Antes de analizar los antecedentes del
romanticismo mencionaremos las corrientes decimónicas que junto a él integraron
el prolífico y nutrido siglo XIX.
Se sabe que estas tendencias fueron, en
orden de aparición:
1. Romanticismo.
2. Realismo.
3. Naturalismo.
4. Parnasianismo.
5. Simbolismo.
6. Decadentismo.
7. Impresionismo.
8. Modernismo.
Si bien el impresionismo es
preponderantemente pictórico, adquiere también un carácter cultural genérico
muy marcado, que no sólo invade la esfera de la literatura, sino que además se constituye
en el elemento de transición básico que nos conduce a las corrientes de vanguardia
de principios del siglo XX que serán presentadas posteriormente
Sturm
und Drang en Alemania
En toda Europa, Alemania es la primera
nación que logra imponer un maduro y fecundo romanticismo frente al
neoclasicismo. La inicial manifestación del romanticismo alemán como corriente
filosófico-literaria se ubica entre los años 1798 y 1803. Las circunstancias
que motivaron esta acelerada transición entre una y otra corrientes se
concentran, aunque no de forma exclusiva, en el grupo de Weimar. Este grupo,
encabezado pese a su juventud por Goethe, es la fuente del Sturm und Drang, movimiento
cuyas actitudes explosivas buscan el equilibrio que permita la fructífera unión
entre la razón y el impulso. Desde 1777 Herder, Goethe, Schiller, Wieland y
Lessing, entre otros, comenzaron a manifestar mediante escritos filosóficos,
científicos, críticos y literarios su concepción del pensamiento como una
actividad libre y espontánea, nutrida por las legendarias fuentes de la
autóctona tradición germana, regida en todo momento por la disciplina de la
crítica no dogmática.
En la filosofía de Goethe “el
inconsciente es la raíz del ser humano, su punto de inserción en el vasto
proceso de la Naturaleza”, es lugar desde el cual surge el ímpetu, el impulso
creador que distingue al individuo a la par que lo eleva cual copartícipe de la
Naturaleza, universo en el que todo confluye armoniosamente.
En la Alemania de los Stürmer, sólo
un espíritu templado podía ser capaz de conjuntar con éxito los contrastantes
extremos que éstos exigían.
Goethe es autor de otra versión del tema
de Fausto, que ya hemos mencionado al hablar de Christopher Marlowe. Al
mismo tiempo, recibe la influencia de J.J. Rousseau en lo que al tema de la
naturaleza se refiere, como motivo preponderantemente romántico. (Cfr.
Paul van Tieghem. El Romanticismo en la literatura europea, México,
UTEHA, 1958)
Sturm und Drang significa “tormenta y
pasión”. Estos términos están tomados de un drama de Maximiliam Klinger.
(Albert Béguin. El alma romántica y
el sueño. Ensayo sobre el romanticismo alemán y la poesía francesa, México,
FCE, 1981).
Romanticismo europeo
Al inicio del siglo XIX se dan las
primeras manifestaciones del romanticismo en la literatura europea y en directa
relación con la incidencia alemana. El Fausto de Goethe abre las puertas
para la contemplación de un mundo en el que los clásicos temas románticos
prevalecerán: el escepticismo ante el conocimiento, la insatisfacción humana,
la búsqueda de nuevos horizontes, el amor desde una óptica diversa, la muerte
como portadora de misterios.
Al plantear el presente tema es preciso
dejar constancia de la enorme extensión que reviste, y por ello
proporcionaremos primero las características generales, hablaremos luego del
romanticismo en algunos países de Europa, para centrarnos por último en algunos
representantes y sus obras más destacadas; todo ello con un criterio selectivo
debido a la dificultad ya anunciada. Respecto al romanticismo como movimiento
artístico dice Valbuena Prat en Historia
de la literatura española:
El Romanticismo es a la vez un
movimiento revolucionario que abarca desde la política a las letras, y una
nueva valoración de actitudes y paisajes[...] Romanticismo es la Revolución
francesa y un drama de Hugo; el nuevo
concepto de la Naturaleza por Rousseau y un poema de Byron; la síntesis del Fausto
y el análisis psicológico del Werther. [...] Nos encontramos con un
aspecto histórico y un aspecto estético del Romanticismo. En el primero, notamos
el sentido de vuelta a la Edad Media y valoración de determinados factores del pasado
despreciados en la centuria clásica anterior. En el segundo, el nuevo valor
esencial que percibimos es el sentimiento de la Naturaleza.
Características literarias del
Romanticismo
1.
Puede considerarse más que una corriente
literaria, un nuevo modo de ser y actuar ante el universo. El romántico ha
hecho de la soledad y el aislamiento su refugio.
2.
El romanticismo —ya lo decíamos antes—
constituye un rechazo al neoclasicismo que había imperado durante gran parte
del siglo XVIII. El predominio de la razón da lugar ahora a un ingreso de la
parte espiritual humana y el nuevo individuo intenta crear un equilibrio entre
razón y sentimiento.
3.
La Naturaleza desempeña un papel
esencial en la nueva expresión del pensamiento y en conformidad con los
planteamientos de J.J. Rousseau en El Contrato Social, el hombre ha nacido
libre y en pleno contacto con el espacio natural; pero la sociedad lo pervierte
debido al contrato social que el ser humano se ve obligado a sellar con los
demás, para asegurar su permanencia en este mundo.
4.
Expresión libre de los sentimientos del
poeta.
5.
Preferencia por los temas exóticos,
raros, extraños.
6.
Libertad del autor frente a las rígidas
normas que imponía el neoclasicismo.
7.
Vivencia de la soledad en un marco de
honda melancolía.
8.
Predilección por temas lúgubres que de
una manera u otra se relacionan con la muerte.
9.
Amor a primera vista y deseo inmediato
de posesión.
10. Búsqueda
del conocimiento como un camino para dominar al mundo.
11. Prevalece
la actitud escéptica ante la existencia: quisieran saber más de lo que los
libros les han enseñado, pero se encuentran de pronto frente a tantos misterios
que desearían desentrañar y no pueden, porque su limitada condición humana se
los impide.
El Romanticismo en Francia
1. El sentimiento religioso.
Chateaubriand.
2. El platonismo: Lamartine
3. El arte aristocrático: Alfred de
Vigni, Saint Beuve.
4. La última expresión romántica: Alfred
de Musset
5. La autocrítica romántica: Victor
Hugo. El drama romántico.
6. Alexandre Dumas y la novela.
El Romanticismo en Alemania
La poesía en Alemania: Hölderlin,
Novalis, Heine.
El romanticismo en Inglaterra
La poesía en Inglaterra: Lord Byron,
Keats, Shelley.
Realismo
El realismo es el movimiento
literario surgido a finales del siglo XIX como reacción ante el Romanticismo.
Propone una observación rigurosa de la realidad, captada en todos sus detalles,
para lo cual recurre a descripciones de ambientes y personajes, así como a
reproducciones del habla coloquial. Sus planteamientos se fundamentan en la filosofía
positivista, que se opone al idealismo romántico. Se ha discutido mucho la
posibilidad de que exista una literatura “realista” como tal, ya que toda obra
literaria implica una invención del autor y, aunque tome de la realidad muchos
de sus elementos, tiene un sello propio que conlleva una deformación de la
realidad consultada. No obstante, la aplicación de estas teorías dio por
resultado una literatura diferente a la del movimiento anterior, manifestada
sobre todo en la novela, que adquiere gran auge al llevar a la práctica las
tendencias realistas. Éstas reprimen el sentimiento, lo fantástico y lo
maravilloso, así como la vuelta al pasado, sustituyéndolo por un afán de objetividad
para reflejar la vida diaria. El lenguaje literario adquiere una gran riqueza
al empaparse de la lengua coloquial.
Algunos autores del realismo europeo: el
tema de la mujer
y el perfil de la avaricia
Hay en el siglo XIX y en el marco del
realismo y del naturalismo una literatura sobre mujeres escrita por hombres.
Autores como Flaubert, Balzac, Zola, Tolstoi, Dostoievski, nos regalan un modelo
interesante de mujer que se esconde tras las máscaras de Madame Bovary, Eugenia
Grandet, Nana, Ana Karenina, Nathasha.
Emma Bovary y Ana Karenina simbolizaron
el intenso deseo de libertad en el marco de la pareja; incomprendidas por sus
respectivos cónyuges se refugiaron en alternativas válidas, para optar finalmente
por la puerta falsa del suicidio. Nana —dentro del naturalismo, por supuesto—
implica una perspectiva de rebeldía profunda frente a la imagen del macho en turno.
Dominadora por excelencia conserva la condición de mujer con que todo hombre
sueña para desvanecerse por fi n y caer en la destrucción de su cuerpo, víctima
de la enfermedad
y del delirio. Natasha Filipovna, en
Dostoievski, implica una decisión de vida en la que el hombre tiende a cumplir
igualmente el papel de dominado o, por lo menos, de sometido a la forma de
actuar de una mujer bella e inteligente. Cuando el príncipe idiota en la obra
homónima observa el retrato de Natasha comenta: “¡Qué hermosa mujer! Si fuera
buena todo se habría salvado”. Ciertamente es hermosa, pero está muy lejos de
representar el ideal de bondad aquí presupuesto. Para el escritor ruso la
axiología dominante en su universo de creación incluye lo bueno como categoría
preferente. A este personaje femenino lo que realmente le interesa está más
allá de cualquier escala de valores tradicionales. Vivir e imponerse
representan una categoría primordial. En el caso específico de Balzac y a
través de su obra Eugenia Grandet encontramos una mujer diferente a las
postulaciones de sus contemporáneos, pero conlleva igual la magia de una
aspiración y de una grandeza de espíritu imponderable. Ella es la hija de un avaro
siniestro y en una primera etapa de su existencia se somete a la tiranía del
padre. Comienza a rebelarse cuando conoce el amor en la persona de Carlos
Grandet, su primo. Pero muy pronto la vida le demostrará que ese joven no vale
la pena y ella se recluirá en la infi nita
soledad de la casa de los Grandet.
Naturalismo
Es el movimiento estético producido a finales
del siglo XIX y comienzos del XX, que adapta a la literatura y al arte
principios y métodos de las ciencias naturales, en especial de las teorías darwinianas.
Literariamente, supone una extensión del realismo, aunque se diferencia de él por
presentar la realidad sin someterla a un juicio moral, por aplicar un
determinismo científico, a la vez que una serie de teorías psicológicas y
sociológicas. Nacido en Francia, tiene en Zola a su principal representante;
esta tendencia considera al novelista no mero observador, según sucediera en el
realismo, sino como autor que experimenta con los caracteres y pasiones de sus
personajes. Los somete a determinadas pruebas, igual que el científico
experimenta
con la materia. Las leyes del
determinismo biológico y del ambiental son aplicadas con rigurosidad a la
novela, convertida ahora en campo de experimentación. Predomina la observación sobre
la imaginación, cuyo fondo es la fi losofía positivista de Comte y las teorías
médicas de Claude Bernard. Se da preferencia a lo psicopatológico, unido a los
fenómenos
sociales.
En 1880 aparece La novela
experimental, colección de estudios que Zola había publicado en diversos
diarios y revistas donde expone su teoría del naturalismo, inspirada en la Introducción
a los estudios de la medicina experimental de Claude Bernard. Es también
el año de Nana, perosobre todo es el año en que se publica, con el
título de Las tertulias de Médan, la serie colectiva de relatos escrita
en colaboración con Maupassant, Huysmans, Céard, Hennique y Alexis, y que figurará
como verdadero manifiesto de la escuela. Ese mismo año muere Flaubert, quien será
reivindicado por Zola y sus amigos como uno de los padres del naturalismo, por
haber reducido y enunciado claramente la fórmula de la novela moderna y por
haber creado, con Madame Bovary, la novela tipo, el modelo defi nitivo
del género.99 Por supuesto, esta última afirmación se atribuye a Zola, porque
en el terreno de los estudios literarios se reconoce a Flaubert como un
escritor del realismo. No obstante, conviene aclarar que los grandes creadores tienden
a escapar del molde que un marbete les pueda otorgar; por esta causa será
frecuente encontrar en las obras de Balzac, de Stendhal, de Dostoievski y del
propio Flaubert características románticas, realistas, naturalistas e incluso
simbolistas. Pero no debemos perder de vista que en ellos, si bien domina el
modelo impuesto por el realismo, también están presentes —aunque en menor
escala— las otras tendencias.
(Cfr. José Jesús de Bustos Tovar
(coord.). Op. cit., pp. 427-428).
(Cfr.
Paul Morelle. “El
naturalismo” en La Literatura, versión española por Juan José Ferrero,
Bilbao, Mensajero,
1976, pp. 337-357).
Simbolismo
Es la escuela poética nacida en Francia
a finales del siglo XIX como reacción a los movimientos realistas y
naturalistas, surgidos en el mismo país en la segunda mitad de esta centuria.
Su significado rebasa el de ser un simple movimiento literario, ya que
representa una total renovación
poética, afirmando la libertad en el
arte, el desdén por la anécdota y el abandono de lo conocido. Llevó la poesía a
nuevos caminos, en los que la capacidad de sugerir y la musicalidad de la
palabra superaban cualquier otra meta. El movimiento simbolista tendrá por
resultado la capacidad evocadora y el simbolismo de la palabra.
Entre sus representantes habría que
destacar a Verlaine, Rimbaud y Mallarmé. También a Baudelaire, en quien se
encuentran los gérmenes de esta corriente, esbozada en su teoría de las “correspondencias”,
de enorme repercusión en la poesía moderna y contemporánea. Dicha teoría
relaciona objetos que en la vida ordinaria parecen distantes, basándose
fundamentalmente en las conexiones existentes entre ellos, cuya raíz descansa
en el poder sugeridor y metafórico de las palabras. Por ello este movimiento se
considera padre de la poesía contemporánea.
Parnasianismo
Los poetas que integran esta tendencia
se ubican a mediados del siglo XIX y las características principales del
Parnasianismo son las siguientes:
1. No tendrán un jefe de fila relevante
como había sucedido con el Naturalismo, por ejemplo.
2. Se agrupan a partir de 1860 en torno
a la “Revista Fantasioso”, posteriormente “La revista del Progreso” acogerá
numerosos versos antes de que el grupo encuentre en “El Parnaso contemporáneo”
su periódico tutelar.
3. Antes de ser poetas del Parnaso, se
llamaron Estilistas, Formistas, Fantasiosos o Impasibles.
(Cfr. José Jesús de Bustos Tovar
(coord.). Op. cit., p. 569).
Decadentismo
El decadentismo es una corriente
artística, filosófica y literaria que tuvo su origen en Francia en las dos
últimas décadas del siglo XIX y se expandió por toda Europa y algunos países de
América. El término “decadentismo” surgió como despectivo e irónico y fue
empleado por la crítica académica. A pesar de lo anterior el marbete fue
adoptado por aquellos a quienes iba destinado.
La literatura del decadentismo
Literariamente el decadentismo tuvo su
inspiración en las doctrinas poéticas posrománticas, denominándose decadentes a
todos aquellos escritores ligados a la herencia espiritual o formal de
Baudelaire, considerado el padre espiritual del decadentismo. Baudelaire
descubrió la correspondencia entre perfumes, sonidos y colores y la tenebrosa y
profunda unidad de la naturaleza. Baudelaire es uno de los predecesores del
simbolismo, pero sus planteamientos terminan anclando en el Decadentismo.
También influyó en el Decadentismo
Rimbaud, para quien el poeta debe hacerse vidente a través de un razonado
desarreglo de los sentidos. Se trata de registrar lo inefable y para ello es preciso
una alquimia verbal que, nacida de una alucinación de los sentidos, se exprese
como alucinación de las palabras, al mismo tiempo, esas invenciones verbales
tendrán el poder de cambiar la vida.
Para algunos, la alucinación de los
sentidos a la que hacía alusión Rimbaud no excluía el recurso de lo que
Baudelaire había defi nido como paraísos artificiales, es decir, las
alucinaciones producidas por los estupefacientes.
Sin embargo, la mejor expresión de este
movimiento la refleja el verso de Verlaine: yo soy el imperio al fin de la
decadencia. Precisamente Verlaine estuvo durante algún tiempo a la cabeza
del movimiento, especialmente después de la publicación de Los poetas
malditos (1884).
El decadentismo fue la antítesis del
movimiento poético de los parnasianos y de su doctrina está inspirada en el
ideal clásico del arte por el arte.
El decadentismo arremete contra la moral
y las costumbres burguesas, pretende la evasión de la realidad cotidiana,
exalta el heroísmo individual y desdichado y explora las regiones más extremas
de la sensibilidad y del inconsciente. Para el Decadentismo la axiología
tradicional estaba en crisis y por ello los ha de caracterizar un nihilismo muy
marcado.
Pero la máxima expresión del
decadentismo lo constituye la novela A contrapelo, escrita en 1884 por
el francés Joris Karl Huysmans, quien es considerado uno de los escritores más
rebeldes y significativos del fin de siglo. La novela narra el estilo de vida
exquisito del duque Jean Floressas Des Esseintes, que se encierra en una casa
de provincias para satisfacer el propósito de sustituir la realidad por el
sueño de la realidad. Este personaje se convirtió en un modelo ejemplar de
los decadentes, de tal manera que se consideran descendientes directos de Des Esseintes,
entre otros, personajes como Dorian Gray, de Oscar Wilde, y Andrea Speretti, de
Gabriel D’Annunzio. A contrapelo fue definida por el poeta inglés Arthur
Symons como el breviario del decadentismo.
Impresionismo
Si bien el Impresionismo es un
movimiento pictórico iniciado por Claude Monet con su cuadro “Impresión de
amanecer”, también posee profundas características culturales que abarcan el amplio
espectro de estas manifestaciones. El Impresionismo descubre un nuevo universo
inexplorado hasta el momento; en la pintura realista existía el mundo exterior
que debía ser plasmado con la mayor fidelidad posible por el artista. En el
Impresionismo si bien continúa operando este universo externo, la visión que se
tendrá de él será completamente distinto.
El término nihil significa “nada” en latín y
nihilismo se aplica a la negación de los valores morales de la sociedad
tradicional.
Modernismo
Es un movimiento que reacciona contra el
realismo y el naturalismo. Se
preocupa ante todo por el arte y tiene
su origen en América Latina con Rubén Darío, poeta nicaragüense; llega luego a
infl uir en la literatura española de principios del siglo XX. El modernismo de
Darío reconocerá la notable infl uencia de los movimientos simbolistas y
parnasianos. Infl uirá en la literatura española de principios del siglo XX.
Mencionamos la figura sobresaliente de Manuel Machado y Juan Ramón Jiménez.
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